Pese a los sustos y las dudas que había ayer en la salida de Robledo de Chavela ante factores incontrolables (“el ciclismo tiene el estadio más grande del mundo”, repiten habitualmente en el pelotón), La Vuelta se pudo decidir en la Bola del Mundo y hoy, si todo va según lo previsto, será el final de fiesta en Madrid después de un largo viaje que empezó, al menos en cuanto a lo deportivo se refiere (se viaja entre 3 y 4 días antes) el 23 de agosto en Turín. Hoy hay convocadas numerosas manifestaciones para tratar de ‘boicotear’ la carrera en su llegada a Madrid por parte de las personas a favor de Palestina y en contra de la presencia del equipo Israel contra el, considerado por la mayoría de la comunidad internacional, genocidio de Israel en Gaza.
La Delegación del Gobierno en Madrid informó de un refuerzo “extraordinario” en una reunión de coordinación de seguridad con presencia de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, del Ayuntamiento de Madrid, la DGT, de la Policía Local de quince municipios, de la RFEC y de Unipublic, organizadora de la prueba. Serán más de 2.000 los agentes presentes. Ayer se modificó la etapa, siendo 5 km menos de los iniciales, evitando el paso por Aravaca pero por motivos de tráfico, cuestión ajena a los manifestantes. Además, en el podio de Madrid, junto a la Cibeles, subirá hoy el estadounidense Riccitello, del equipo Israel, con el maillot blanco del mejor clasificado de los jóvenes. En lo deportivo, una previsible volata con Philipsen y Pedersen de favoritos.
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