El realizador Carlos Polo Menárguez acaba de estrenar El Talento, su tercer largometraje. La película transcurre como un thriller psicológico que gana intensidad a lo largo de sus 103 minutos, con desenlace abierto tras la dura encrucijada moral que debe arrostrar la protagonista. Transitan por la cinta conflictos familiares, de conciencia y de género, entre otros, que hacen tambalear los andamiajes de una artista en ciernes. Una película valiente que plantea asuntos tan candentes como el abuso desde posiciones de poder que allanan o dinamitan carreras artísticas.

La historia que narra El Talento comienza en una fastuosa fiesta de cumpleaños que organiza un potentado para su hija, un ricachón interpretado por un Pedro Casablanc en estado de gracia. Asiste a la celebración Elsa (Ester Expósito), amiga de la festejada y estudiante de violonchelo poseedora de gran talento musical. La velada jocosa se torna en angustia para la protagonista de forma repentina, tras una llamada telefónica de su madre. Se sumerge abruptamente en un dilema moral que evapora su alegría y pone en juego tanto su futuro artístico como el personal, tras catorce años de concienzuda preparación que pueden irse al traste por una voluminosa deuda familiar de la que no era consciente.

El chantaje emocional sobrevuela todo el largometraje y plantea una ristra de pugnas morales. Clasismo, machismo, luchas de poder, edadismo o la obscenidad del lujo plutócrata se entreveran con los conceptos de sacrificio y pérdida de dignidad. El hilo narrativo recuerda, salvando las distancias, al caso Harvey Weinstein, escándalo que conmocionó a la industria de Hollywood hace ocho años y derivó hacia el movimiento Me Too. Las hemerotecas están repletas de otros nombres para la infamia, como Larry Nassar (médico del equipo de gimnasia de Estados Unidos), Roger Ailes (Fox News) o Jeffrey Epstein, primos hermanos de esta historia. La película rebasa de alguna manera la ficción y tiene su remedo en demasiados sucesos de la vida cotidiana que afectan a todo tipo de clases sociales. Y ese es precisamente uno de los grandes aciertos del filme: abordar con sensibilidad y riqueza de matices un problema tan universal como intemporal. En España hay dichos tan longevos como “Poderoso caballero es Don dinero”; “Cuando el dinero habla, la verdad calla”; “Es de necios confundir valor y precio”, o “La ética se alquila y el dinero la paga”.

El punto de partida del guion, coescrito por Carlos Polo y Fernando León de Aranoa, radica en una novela de Arthur Schnitzler, publicada en 1924. No es la primera vez que una obra literaria de este escritor alemán se adapta para la gran pantalla. Ya lo hizo el legendario Stanley Kubrick en su obra póstuma Eyes Wide Shut, inspirada en la novela Traumnovelle, donde explora asuntos como el deseo sexual o los celos.

Carlos Polo, de 36 años, explica que “en la adaptación, hemos descubierto algunos grandes temas, como el desclasamiento y las consecuencias que tiene sobre la dignidad de una persona. La leí con 18 años y me atrapó también acompañar a Elsa en ese viaje hacia la dignidad, hacia enfrentarse al cruel mundo de los adultos. De repente, una chica joven que pensaba que su vida era absolutamente perfecta y feliz, se da cuenta de cómo funciona el mundo, cómo funcionan las estructuras de poder… Y de repente su cuerpo tiene un precio, justo en cuanto alguien le pega una patada y desciende en el escalafón social. Con todo esto, un día pasé la novela a Fernando”.

Fernando León de Aranoa. Fotografía de Ana Hortelano.Fernando León de Aranoa. Fotografía de Ana Hortelano.

Por su parte, el coguionista Fernando León apunta que “Carlos y yo nos conocemos desde hace muchos años y hemos colaborado en algunos trabajos. Desde entonces nos entendimos muy bien y sentía que hablábamos idiomas parecidos, a la hora de cómo se cuentan las historias. Pude ver algunos cortometrajes que él había hecho, hace 10 años, y un largo de bajo presupuesto, además de algunos documentales también fuera de España. Viendo todo ese trabajo me apetecía mucho hacer algo juntos”. Y añade: “Sentía que podía hacerlo de dos maneras. Por un lado, como productor, porque tenía la experiencia de haber realizado algunas de mis películas con mi productora Reposado, y con Patricia de Muns. Sentía que podía, como productor, empujar un proyecto que nos interesara a los dos. Y luego también me ofrecí como escritor, porque al final lo que más he hecho yo en mi carrera ha sido trabajar como guionista. Llevaba muchos años sin escribir para otro director y me apetecía mucho, porque es algo que me gusta hacer. Dejaron hace tiempo de llamarme como guionista y muchos decían ´este ya no hace guiones´, pero en realidad sí, y me gusta hacerlo, me gusta escribir para otra persona. La propuesta fue esa, encontremos alguna historia y la escribimos juntos, pero si quieres la escribes tú solo. Entonces puso en mis manos esa novela, La Señorita Else, el título original, y la leí en durante un vuelo, porque es muy corta, de apenas 60 páginas, un monólogo interior del personaje que padece toda esta situación. Me pareció muy interesante, por los temas que aborda, pero, sobre todo, como siempre, por cómo los aborda, por la aproximación a esos temas, por la finura que yo sentía que ya estaba en la novela a la hora de plantear una historia acerca de un abuso y del desclasamiento de una muchacha que, de repente, en una fiesta maravillosa, se ve sometida a una situación muy jodida, muy tensa y muy difícil, y cómo gestiona todo eso y va tomando esas decisiones”.

Carlos Polo durante la presentación de “El Talento”. Fotografía de Ana Hortelano.Carlos Polo durante la presentación de “El Talento”. Fotografía de Ana Hortelano.

A la pregunta de si son parecidos ahora los conflictos morales a los planteados en la novela hace un 101 años, Polo considera que “las estructuras de poder y los abusos de poder van a más, seguro, sin ninguna duda. Y el dinero compra personas, compra vidas, compra países, compra dignidades, es verdad. Y, ya que me lo has puesto en bandeja, en la actualización que hemos hecho creo que, a la vez que hay más presión, también hay más gritos de dignidad y más rebeldía. En la novela, la Else de Schnitzler estaba completamente atrapada en un callejón sin salida que conduce a otro final, Nosotros elegimos darle a esta Elsa la posibilidad de rebelarse y de decir que no. En la novela, Schnitzler no concedía esa salvación y creo que, por poner un poco de optimismo aquí, tengo la sensación de que hay una generación con ganas de decir que no y con ganas de cierta rebeldía. Esta película anima a eso”.

Uno de los puntales de la cinta es la música. Además del violonchelo que utiliza la protagonista, la atmósfera diseñada por Carla F. Benedicto inyecta emociones sonoras que impulsan la narración. Es sabido que el violonchelo es uno de los instrumentos más asociados a la voz humana por su rango (de agudos a graves), por su timbre rico en armónicos y también por su expresividad, pues parece que habla como si fuera uno de los intérpretes. Carlos Polo apunta que “ella (Ester Expósito) no tocaba ningún instrumento de ningún tipo y tuvo que aprender. Pasó tres meses con un reto imposible, porque, obviamente, no conseguía que sonara bien. El sonido es doblado. Pero la colocación de las manos, del cuerpo… Es que todo el cuerpo actúa en ese instrumento. Lo recordamos como un reto, una tortura. A Ester era lo que más le preocupaba, que no pareciera una cosa falsa. E hizo un esfuerzo ímprobo, gracias también a una maravillosa chelista que ayudó, muy joven como ella, que también se hicieron amigas e hicieron juntas un trabajo muy chulo”.

Precisamente el trabajo actoral es uno de los puntos fuertes en la trayectoria cinematográfica de Polo. Aparte de los protagonistas, Ester Expósito (series Veneno o Vis a Vis, película Venus) y Pedro Casablanc (B, serie Querer), conforman el reparto Mirela Balic (Élite, Zorras), Juan Pablo Fuentes (Bandidos, Isla brava), Carlos Suárez (La Promesa, Caminantes), Itziar Manero (Itxaso, Días Mejores), Clara Sans (Cardo, Celeste) o el actor uruguayo Diego Niski, junto a veteranos como Rocío Muñoz Cobo (Que Dios nos Perdone, Vestidas de azul), Marta Aledo (Vis a Vis) y Eva Martín (Pan de limón con Semillas de Amapola, La Promesa), entre otros. En varias escenas cumbre, como la comida del cumpleaños o en la piscina, las relaciones y diálogos funcionan de forma perfecta. Han colaborado en el proyecto The MediaPro Studio (con Laura Fernández Espeso y Javier Méndez como productores), Reposado Producciones, RTVE, Movistar + y 3 Cat, con rodaje en el País Vasco.

El director considera que en la cinta se plantea “un tema de género desde una perspectiva de clase, porque al final, cuando ella pierde su poder de clase, cuando ella de repente, por decirlo llanamente, es pobre, enseguida, a los cinco minutos, aparece un hombre que se quiere aprovechar de ella. Ante eso, se está dando cuenta de que ahora que no es rica y su cuerpo tiene un precio para un señor que estaba esperando la oportunidad”. Y añade: “Ella, de repente, tiene un peso, ha cambiado su manera de ver su cuerpo. Cuando se mira en el espejo, qué preguntas se hace. Son escenas donde no hay monólogo interior, en la novela sí, pero hay preguntas a través de su mirada. Ella se mira en el espejo y dice ´¿de verdad hay alguien capaz de pagar ese dinero por esto? ¿Por qué?`. ¿Sigue habiendo gente con ganas de pagar dinero por ver el cuerpo de una mujer desnuda? ¿Y eso en qué nos convierte? Porque al revés, si cambiamos el género, ¿qué hubiera pasado si a Jaime, el mexicano, Ignacio, le hubiera dicho, quiero verte desnudo? Sería absurdo hasta plantearlo. Entonces es cómo una mujer toma conciencia de que ante un desplazamiento se convierte en un objeto para ese señor. Nosotros incidimos desde la película, la novela quizá no era tan así, en la familiaridad. No se lo hace un tío que no conoce de nada. Quizá alguien que no conoce de nada no lo hubiera hecho, no lo sé. Pero ese tipo de abusos se producen mucho en los ámbitos familiares y cercanos y conocidos. Son terribles, pero es verdad que ocurren. Y es su padrino el que se lo está diciendo. Sí, nos hemos metido en esa oscuridad porque es común, lamentablemente”.

Polo ha recogido algunas experiencias personales para trasladarlas a la historia y explica: “Yo alguna vez fui monitor en un campamento de niños ricos, muy ricos, niños de 17 años que iban con Rolex y que tenían choferes, y esos niños trataban así a la gente del servicio. Son así, que no es una invención ni es una exageración, es que son así, muy despectivos”. El retrato de jóvenes muy adinerados y sin escrúpulos está entre lo más logrado de la película y realza los contrastes con personajes secundarios de gran valor, como una limpiadora del hotel, al tiempo que refuerza la evolución de la protagonista desclasada tras el impacto emocional recibido.

“El Talento” es el tercer largometraje de este joven director.“El Talento” es el tercer largometraje de este joven director.

Polo explica que “ella está rompiendo con ese mundo mediante ese ´no` del final. Está diciendo ´No voy a seguir perteneciendo a esta clase social, si pertenecer a esta clase social implica esto. Ahí yo la salvo y la salvamos. O, por lo menos, es nuestra una intención. ¿Y por qué Elsa nos gusta tanto también? ¿Porque es imperfecta? ¿Porque es desleal? Estoy un poco cansado de personajes perfectos, bondadosos… Que no les pasa nada, porque yo no soy así. Yo a veces también puedo ser desleal. No creo que Elsa cometa ninguna deslealtad imperdonable. ¿Es pura esa relación de amistad con su mejor amiga o está basada en el poder también? Está basada en que todo el mundo tiene que revolotear ante la hija del magnate, porque es lo que hay que hacer”.

Intensa trayectoria

Carlos Polo Merárguez, 36 años, tras estudiar Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III, acumula experiencias en programas de televisión de todo tipo. En 2008, compaginando su actividad televisiva, dirigió y firmó el guion del cortometraje La Culona. Al año siguiente se traslada a Tulsa (Oklahoma) y graba el documental Eric Likes Chicken, estrenado en 2011, año en que dirige un segundo corto titulado Son Los Padres.

En 2013, se estrena su primer largo de ficción: Dos Amigos (con Mordisco Films). Esta ópera prima participa en varios certámenes con acogida muy favorable y obtiene una mención especial del jurado en la sección de largometrajes del Festival de Cine de Madrid. El siguiente jalón fue su tercer corto, Si Tuvieran Ojos, con once premios internacionales cosechados y el premio a mejor actriz en el Festival de Cine de Hong Kong.

En 2017, llega el turno del documental Invierno en Europa, que da paso después a un nuevo largometraje, El Plan, estrenado en la sección oficial de Seminci en 2019, que obtuvo dos nominaciones a los premios Goya. En ese filme, Polo ya se adentraba en las perversiones vinculadas a cierto tipo de masculinidad. También ha dirigido capítulos para series de televisión como Los Farad (Prime Video), HIT (RTVE) y más recientemente Las Abogadas (RTVE). Asimismo es director de la ficción sonora La Esfera (Podium Podcast), ganadora de dos premios Ondas, en 2022, y nominada a cuatro Premios Ondas en 2024.