Diecisiete minutos cronometrados han bastado para que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con parte de su gabinete, convierta en «acto institucional» su paso por Málaga antes de un compromiso de partido en Andalucía. La agenda fijaba la llegada del líder del … PSOE a las 10.45; Sánchez se ha bajado del coche oficial a las 11.05 y se ha marchado a las 11.22, tras un recorrido de cortesía por las obras de una promoción de 530 viviendas de protección oficial en alquiler en el sector Universidad (Teatinos). Le han acompañado la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez; el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández; y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

El perímetro estaba blindado: controles de acceso, policías en una rotonda próxima y un cordón que hacía imposible que los ciudadanos pudiesen ver al presidente ni siquiera con prismáticos. Los cortes de seguridad dejaron el estacionamiento más cercano a un kilómetro, de modo que el vecindario quedó apartado de la visita. A este blindaje se sumó una restricción inédita: solo se permitió la entrada al recinto a fotógrafos y cámaras de televisión, mientras que se prohibió expresamente el acceso a periodistas de prensa escrita y otros medios no gráficos.

El Falcón de Sánchez en el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol

El Falcón de Sánchez en el Aeropuerto de Málaga-Costa del Sol

Francis Silva

El resultado fue una visita diseñada para la foto, no para el contraste de información ni las preguntas. Con tanto blindaje y secretismo, se ha desincentivado que los malagueños pudiesen presenciar al presidente en esta visita institucional, hasta el punto de que no acudió ni un solo ciudadano a la zona.

La escenificación ha obligado, además, a movilizar a operarios un domingo, día no laborable en el sector, con el consiguiente pago de horas extra para que hubiera presencia de actividad en el recinto en el momento de la comitiva.

Los representantes políticos han visitado la promoción de Lagoom Living en la confluencia de C/ Ingeniero Agustín Escolano con C/ Ingeniero López Peláez. Son 530 VPO de uno a cuatro dormitorios, con garaje y trastero y zonas comunes, huerto urbano, parque infantil, gimnasio exterior y piscina. El Ayuntamiento ha otorgado un derecho de superficie por 75 años a canon 0 sobre cuatro parcelas (R3, R11, R12 y R15), y la renta media prevista ronda los 600€/mes.

Las obras se desarrollan según lo previsto: colocaron la primera piedra en septiembre de 2024 y conservan la entrega prevista para diciembre de 2026, a 15 meses vista. La comitiva ha entrado en una de las viviendas piloto y los encargados les han explicado el nivel de avance y la planificación de los próximos hitos.

El presupuesto del proyecto asciende a 77,6 millones de euros, con un reparto que habla por sí solo: 43,6 millones del Ayuntamiento; 22,1 millones procedentes de fondos Next Generation; 10,2 millones del Plan Estatal de Vivienda del Gobierno y 1,7 millones de la Junta de Andalucía. Es decir, el peso inversor es mayoritariamente municipal y europeo, con la aportación estatal muy por detrás. Pese a ello, la convocatoria ha partido del Ministerio de Vivienda, cuya titular ha amparado el desplazamiento institucional que permite cargar al erario el desembarco del presidente en Málaga para una visita éxpres y restringida de diecisiete minutos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, observa los planos del proyecto de 530 VPO en Teatinos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, observa los planos del proyecto de 530 VPO en Teatinos

Francis Silva

No es la primera vez que Sánchez aprovecha su condición de presidente para desplazamientos de carácter partidista. Ya ocurrió en 2023, tras la gala de los Goya en Sevilla, cuando el Falcon voló apenas 25 minutos a Málaga para una visita exprés y un mitin, en un desplazamiento cuyo gasto en combustible se estimó en 600 veces más que hacerlo por carretera. Al viajar como presidente, Sánchez se permite licencias y despliegues de seguridad que no tendría como simple secretario general del PSOE, lo que reabre el debate sobre el uso de recursos públicos para agendas políticas.

La secuencia de la jornada es elocuente: una visita institucional mínima en Teatinos, inmediatamente antes del acto en el que Sánchez ha apoyado a María Jesús Montero como futura candidata socialista en Andalucía frente a la mayoría absoluta de Juanma Moreno. El solapamiento entre agenda gubernamental y agenda de partido ha reavivado las críticas sobre el uso partidista de los recursos públicos, más aún cuando la obra exhibida se sostiene principalmente con fondos municipales y europeos.

El balance de la visita, para el ciudadano, es nítido: blindaje, distancia y una puesta en escena burocrática que no ha permitido ver al presidente ni de lejos. Para Moncloa, en cambio, sí ha habido acto institucional con el que justificar un viaje público en vísperas de la ofensiva política socialista en Andalucía. Diecisiete minutos han sido suficientes para la foto; insuficientes para despejar la impresión de que Málaga ha servido de telón de fondo a una estrategia de partido.