Domingo 14 de septiembre en Salamanca, con olor a fin de feria, cualquiera diría que nos encontramos ante la tercera de abono, y en el papel un cartel de campanillas con tres toreros de lo más cotizado esta temporada: Emilio de Justo, Juan Ortega y Andrés Roca Rey.
Este último, figura poderosa e indiscutible del toreo, vestido con un particular traje de blanco y oro rematado en figuras de arlequín, el mismo traje que vistió en una de sus tardes en la pasada feria del toro. Y 6 toros del hierro local de Garcigrande, ese que tantas pasiones y detractores levanta.
¿Una tarde histórica de Garcigrande o el último petardo de las fiestas?
Sale dormido y sin alegría el primero de la tarde, de nombre ‘Pulserito’, silbado y protestado por el respetable, más por su comportamiento que por su presencia que para la plaza que no está mal. Tiene que ser Emilio de Justo el que acuda a por el toro al burladero del tendido 1, el mismo animal que en cuanto vio al caballo de guardar la puerta acudió presto a por él.
Deslucido tercer par de banderillas de Morenito de Arles. Brindis del matador extremeño a su amigo Arsenio Muñoz. Con la muleta, derechazos de calidad, después de mucho trabajo, sin arrimarse, sacando las embestidas del toro. Estocada trasera y desprendida tras aviso. Palmas.
El segundo de la tarde, ‘Afrutado’, sale también sin alegría. Acude el subalterno Jorge Fuentes a quitarle el ‘rocío’, antes del exquisito toreo a la verónica de Juan Ortega. Rehuye el toro de su paso por las varas obligando al aplique de un segundo puyazo, donde es severamente castigado, astillándose el pitón de su choque con el peto.
Chicuelinas al paso antes de las banderillas. Brindis al público en el toro de su debut en La Glorieta. ‘Cartucho del pescado’ para empezar con la muleta, y una serie indescriptible de muletazos al paso hasta acabar en los medios y rematarlos impecablemente con una trincherilla. La plaza se calienta y se rompen las manos a aplaudir, sucediéndose las tandas con ambas manos con una suavidad y elegancia que parecieran sus manos las de una doncella del palacio del Marquesado de Santillana, herederos del Cid.
Increíble, se hace presente la gran nobleza del de Garcigrande y las finas muñecas del trianero. Estocada en todo lo alto. Oreja.
Pisa el albero charro ‘Rarito’, un negro de 612 kilos, de buena presencia, palmas a su presentación. Tímido puyazo del picador Sergio Molina, vestido llamativamente de nazareno y azabache y grandes pares de banderillas de la cuadrilla de Andrés Roca Rey, siendo estos, obligados a saludar.
Sin brindis. Inicia el peruano pegado a tablas avanzando con derechazos de cuajo, la primera serie, también con la mano derecha. Series de cuajo y poder del limeño, sin demasiadas honduras. Suerte suprema ejecutada recibiendo. Estocada caída. Ovación.
Florituras y buenos lances de capote de Emilio de Justo para recibir al cuarto de la tarde. De rodillas en los medios comienza su faena de muleta el de Torrejoncillo con valentía y mucha calidad, especialmente en el último pase de pecho.
Arroja la espada de mentira y pega unas series increíbles al natural, con ambas manos, especialmente elegantes con la derecha. Tremendo Emilio de Justo, toreando de verdad, entregado a la Glorieta de Salamanca, tanto que las mentes iluminadas de esta plaza se arrancan a pedir el indulto, a cada final de muletazo. Indulto sin media petición.
La cuadrilla del extremeño corta dos orejas y rabo sin que desde el palco presidencial haya aparecido ningún pañuelo más que el naranja que concede la máxima distinción al toro, no al torero. Por lo tanto, rabo simbólico que nadie ha pedido.
El quinto de la tarde, con menos presencia que los anteriores, deja claro desde su primera embestida que él también es un Garcigrande. Desafortunado tercio de los hombres de plata de Juan Ortega. Bellísimos pases, en la línea del sevillano, de manera destacada con la muleta al natural.
El astado va perdiendo fuelle terminando de humillar a la mitad del muletazo, parándose y subiendo la cara. Pinchazo y estocada pescuecera. Ovación tras aviso.
Como es de recibo, Andrés Roca Rey no se dejará comer el terreno y brinda un elegante toreo a la verónica rematado con medio capote al suelo. Empuja el bravo sexto al caballo, buena vara de José Manuel Quinta. Grandes pares de banderillas de Francisco Durán Viruta. Brindis de Roca Rey al conocido hostelero salmantino, Gonzalo Sendín. Pitos al peruano durante su faena de muleta, faena que sin ser vana, no terminó de ser rotunda. Estocada trasera. Silencio.
Tarde para la historia de esta plaza, no sabemos si para la historia trágica, pero para la historia.
Plaza de Toros de Salamanca. Feria de la Virgen de la Vega. 3ª de abono. Tres cuartos largos de plaza. Toros de Garcigrande para los diestros:
– Emilio de Justo, Palmas; y Dos Orejas y rabo simbólicos (indulto).
– Juan Ortega, Oreja y Ovación.
– Andrés Roca Rey, Ovación y Silencio.
*Incidencias: El ganadero Justo Hernández dio la vuelta al ruedo con el matador Emilio de Justo tras el indulto concedido al cuarto de la tarde.