Casi la mitad (49,9%) de los gatos domésticos de Galicia presentan anticuerpos frente a la leishmania, según un estudio reciente presentado la semana pasada en el Congreso Europeo de Dermatología Veterinaria, celebrado en Bilbao. Las provincias del sur, Pontevedra y Ourense , lideran la incidencia, con el 63,2% y el 55,6%, respectivamente, por delante de A Coruña (44,4%) y Lugo (27,2%). El dato ha sorprendido a los veterinarios, ya que se consideraba que esta enfermedad parasitaria era muy poco frecuente en el norte de España.

Un ejemplar de flebótomo o mosca de la arena. |  FirmaFoto

Un ejemplar de flebótomo o mosca de la arena. | FirmaFoto

El trabajo, liderado por Sergio Villanueva Saz, de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, y en el que participaron clínicas veterinarias de las cuatro provincias gallegas, analizó 411 gatos domésticos de Galicia mediante ELISA, una técnica analítica de alta sensibilidad. Encontraron que casi 1 de cada 2 tenía anticuerpos frente a leishmania. Esto no significa que los gatos estén enfermos, sino que sus sistemas inmunes han reconocido el Leishmania infantum, el parásito que transmiten unos insectos llamados flebótomos. Las también llamadas «moscas de la arena» tienen la mitad del tamaño de un mosquito y se alimentan de sangre –solo las hembras, porque la necesitan para producir huevos–.

Diferencia sorprendente

La diferencia entre Galicia y otros territorios es enorme. Esta comunicación científica presentada en Bilbao menciona datos de estudios previos en otras partes de España. Por ejemplo, uno realizado en Zaragoza, en 2021, y que utilizó. Usando la misma técnica, daba una seroprevalencia del 2,79%. La de Galicia es casi 18 veces más.

«Teóricamente se considera que es una enfermedad o un parásito más prevalente en zonas del Mediterráneo y del interior de España: León, Zaragoza, Madrid…», señala Germán Quintana, veterinario de la Clínica Veterinaria A Marosa en Burela y uno de los investigadores que participaron en el estudio. «La sorpresa fue que aquí, en la costa de Lugo, una zona que considerábamos libre de leishmania, aunque veníamos teniendo un goteo creciente de casos en los últimos años, tenemos en torno a un 20-30% de gatos que han tenido contacto con el parásito, con lo cual posiblemente tengamos muchos más casos de los que realmente creemos», explica.

Según el informe de 2023 de la Rede Galega de Vixilancia de Vectores (ReGaViVec, integrada por la Xunta, la UVigo y la USC), Galicia está experimentando un aumento en la detección de flebótomos (especialmente Phlebotomus perniciosus, la especie que transmite el parásito de la leishmaniosis), ya confirmados en 16 municipios, con máxima actividad en verano.

Uno de los motivos que se apuntan para el aumento de estos insectos vectores, y por ello de la leishmaniosis, es el cambio climático, que podría estar afectando a dónde vive el insecto y cuándo pica. «Quizá no es tanto que el insecto esté más presente, sino que quizá tiene periodos de actividad mucho más amplios: a lo mejor aquí pasamos de tener una semana de buen tiempo a lo mejor tener un mes», apunta Quintana.

Entre otros datos, como el sexo, el tipo de pelo o posibles lesiones en la piel, los investigadores apuntaron el hábitat de los felinos analizados: si el gato tenía acceso al exterior o vivía siempre dentro de casa. Se piensa que salir fuera es un factor de riesgo clave para la transmisión. Sin embargo, el estudio no halló una relación clara entre ser positivo y las características del gato: daba igual si era macho o hembra, si salía a la calle, su tipo de pelo o si tenía lesiones visibles. Esto sugiere que la mosca de la arena está tan presente o tan activa en ciertas áreas que esas diferencias individuales de los gatos pierden importancia relativa.

Aunque se ha constatado que hay muchos gatos que han tenido contacto con el parásito, solo un porcentaje muy pequeño de estos felinos presenta síntomas. «Normalmente son gatos inmunodeprimidos, que tienen un virus de la inmunodeficiencia, virus de la leucemia, están con quimioterapia, con tratamientos inmunosupresores o tienen el sistema inmunitario deprimido por otro motivo», detalla el veterinario gallego.

El sistema inmunológico del perro hace que sea más propenso a sufrir la enfermedad, a tener síntomas. «Suele cursar con anemia, pérdida de peso, caída de pelo, ganglios aumentados de tamaño, crecen mucho las uñas… Suele ser crónica y requiere seguimiento y tratamientos a largo plazo. Puede afectar a algunos órganos, sobre todo al riñón», añade Quintana.

El veterinario gallego recuerda que el sistema inmunológico de las personas es muy eficiente para controlar la leishmania, por lo que es raro que se den casos en humanos. «En Zaragoza y en otros sitios, entre el 40% y el 60% de los perros tienen leishmania y no ves que la gente esté en los hospitales –apunta–. Suele ocurrir en residencias de mayores, pacientes que reciben quimioterapia… Es decir, personas con el sistema inmunológico muy comprometido».

Los gatos han actuado como centinelas de la leishmaniosis y han demostrado que el vector de la enfermedad está en Galicia. Por ello, los investigadores llaman a reforzar la vigilancia y la prevención en perros y gatos, lo que ayudará también a proteger a las personas más frágiles.

La importancia de la vacunación

La leishmaniosis está incluida en la lista de enfermedades tropicales desatendidas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El veterinario gallego Germán Quintana lleva tiempo resaltando la importancia de la vacunación, una medida que solo se aplica en los perros –reservorios frecuentes del parásito–, ya que no hay vacunas registradas para gatos. Quintana recuerda que hace unas décadas, cuando se empezaba a conocer la leishmaniosis, se llegó a plantear la eutanasia de los animales infectados como medida para controlar su expansión, algo impensable hoy en día, con esta enfermedad endémica en casi toda España. «Sin embargo, tampoco se da la importancia necesaria a la vacunación y a las medidas preventivas. La leishmaniosis tiene un curso crónico que exige un control y tratamiento continuado, lo que supone un elevado coste económico y personal para las familias», advierte el especialista gallego.

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