La Vuelta a España 2025 concluyó con un escenario insólito y sin precedentes: el danés Jonas Vingegaard, vencedor final, no pudo subir al podio en la tradicional ceremonia de Madrid debido a las masivas protestas en apoyo a Palestina y contra la presencia del equipo Israel Premier Tech. El último día de la ronda española fue bastante caotico. Manifestantes bloquearon las calles y obligaron a suspender la etapa final, evidenciando la magnitud de la polémica que acompañó a la carrera durante tres semanas y que ha abierto interrogantes sobre el futuro inmediato del ciclismo en España.
Lo que comenzó como protestas aisladas se convirtió en una constante que marcó el desarrollo de la competición. Varios días estuvieron condicionados por interrupciones, bloqueos e incidentes que pusieron en evidencia unas protestas imparables. «A Israel-Premier Tech le quedaban siete corredores en carrera, lo que representa el 4,5% del pelotón. Inicialmente, la protesta estaba dirigida obviamente contra ellos, pero todo el pelotón es la víctima”, explicó el comentarista Renaat Schotte de la ‘VRT’, canal belga.
«LOS ORGANIZADORES NO VIERON OTRA OPCIÓN»
La Unión Ciclista Internacional (UCI) no intervino directamente para recomendar la retirada del equipo, lo que generó un vacío de decisiones y mantuvo la tensión hasta el final. Finalmente, los organizadores se vieron obligados a suspender el último día de Madrid. «Los manifestantes se congregaron tan masivamente que la carrera era imposible. Los organizadores no vieron otra opción que suspenderla», complementó Schotte.
Pese a ello, el Israel Premier Tech mantuvo presencia en el podio gracias al estadounidense Matthew Riccitello, premiado como mejor joven. Pero ni él ni el ganador de la general, Jonas Vingegaard, pudieron celebrar como es acostumbrado: «Es terrible para un corredor, no se gana la Vuelta todos los días. Quizás lo compensen con una ceremonia alternativa en otoño, pero eso nunca reemplazará la verdadera sensación de estar en el podio como el ganador final«.
ASO PEDIRÁ GARANTÍAS
El desenlace amargo de la Vuelta no se limita a un cierre atípico, sino que proyecta dudas hacia el futuro del ciclismo internacional en territorio español. La atención se centra ahora en la salida del Tour de Francia 2026, prevista en Barcelona.
La organización de la ronda gala, Amaury Sport Organisation (ASO), que también gestiona la Vuelta, observa con preocupación lo sucedido y exigirá garantías a las autoridades españolas para evitar que un escenario similar empañe la carrera más prestigiosa del calendario.
«El Tour empieza el año que viene en Barcelona. Así que creo que ASO, la organizadora del Tour, que también participa en la Vuelta, pedirá garantías a los políticos españoles. En estas circunstancias, es difícil organizar un evento de élite como el Tour si tienes todo esto encima», lanza Schotte, dejando la duda en el aire.