CORSAIR se ha visto obligada a poner sobre la
mesa un acuerdo millonario después de varios años de
litigios por una demanda sobre la forma en la que promocionaba sus
memorias RAM. Todo empezó en 2022 con una demanda colectiva
en California, en la que se acusaba a la compañía de vender módulos
de las series Vengeance y Dominator con
velocidades como 3.200 o 3.600 MHz, cuando en realidad arrancaban
de fábrica a los 2.133 MHz estándar que marca el JEDEC.
Como sabemos, para alcanzar las cifras impresas en la caja, en
el marketing, era necesario activar perfiles XMP en la BIOS y
confiar en que el IMC de la CPU soportase la velocidad a base de
aumento de voltaje, algo que no siempre pasaba. Ahora, tras negar
haber hecho nada mal, pero para zanjar el asunto, CORSAIR ha
aceptado crear un fondo de 5,5 millones de dólares
destinado a compensar a los compradores afectados en
EE.UU.
CORSAIR cede para acabar con la demanda a sus memorias RAM,
¿arrastrará a la industria?
El núcleo de la polémica es fácil de entender: un consumidor
medio que adquiere una memoria anunciada a 3.600 MHz, u otra cifra
de velocidad, espera que funcione así nada más
instalarla. Pero la realidad técnica era distinta, ya que
esas frecuencias se logran únicamente con ajustes manuales, y
encima con resultados que dependen de la placa base, del procesador
e incluso de la suerte con el IMC para la memoria.
Lo que la demanda subrayaba es que CORSAIR nunca lo dejó
claro en su publicidad, generando la idea de que la
velocidad indicada era la operativa por defecto. Para muchos
jugadores que buscaban mejorar el rendimiento de sus equipos,
descubrir que sus módulos se quedaban en los 2.133 MHz fue un jarro
de agua fría.
El acuerdo, recién anunciado, establece que cualquier persona
que haya comprado memoria de escritorio DDR4 de CORSAIR con
velocidad superior a 2.133 MHz o DDR5 por encima de 4.800 MHz
entre el 14 de enero de 2018 y el 2 de julio de
2025 puede reclamar parte del fondo. Eso sí, la compra
debe haberse hecho en Estados Unidos y no aplica a módulos para
portátiles, lo cual es muy curioso.
Sobra decir que estas prácticas, aunque con menor publicidad,
son comunes a prácticamente todos los fabricantes de DRAM actuales.
La demanda podría ser la chispa para que se emprendan
acciones contra el resto de actores del mercado, puesto
que pocos ofrecen sus módulos a velocidades JEDEC como tal, el
resto es puro overclock que, en teoría, debería ser publicitado
como tal.
Pagos prorrateados, plazos hasta octubre para reclamar
Los pagos se repartirán de forma prorrateada,
es decir, en función del número de reclamaciones que se registren
por parte de los usuarios. Quien no presente pruebas de compra
puede reclamar hasta cinco módulos por hogar, mientras que quienes
sí tengan facturas o recibos podrán superar ese límite.
Los plazos también están definidos. Quien quiera excluirse u
objetar tiene hasta el 3 de octubre de 2025,
mientras que la fecha límite para presentar una reclamación es el
28 de octubre del mismo año. La audiencia final en
la que se revisará el acuerdo está prevista para el 8 de
enero de 2026. El dinero que toque a cada afectado
dependerá de la cantidad de solicitudes válidas que entren en el
sistema, ya que el bote de 5,5 millones se reparte
entre todos.
Más allá del dinero, CORSAIR se ha comprometido a
cambiar su manera de anunciar estos productos. A partir de
ahora, el empaquetado y las páginas oficiales deberán dejar claro
que las frecuencias publicitadas son “hasta” cierto
nivel y que requieren ajustes en la BIOS o el uso de
perfiles de overclock para llegar a esas cifras.
Es un matiz que marca una gran diferencia, porque ya no quedará
la impresión de que basta con enchufar la memoria para disfrutar de
3.600 MHz, o superior, garantizados. Si eres uno de esos
consumidores estadounidenses puedes presentar tus
reclamaciones por esta demanda de RAM a través de la web oficial
del acuerdo, un trámite sencillo y gratuito
que busca cerrar uno de los episodios más polémicos en la
trayectoria reciente de CORSAIR.