Tlaxcala vivió un fin de semana intenso de tauromaquia, con dos festejos que dejaron sensaciones distintas: la encerrona en solitario de Angelino de Arriaga en la capital, suspendida por la lluvia, y la gran final de la Copa Pana en Apizaco, marcada por un indulto.

Se consolida la entidad tlaxcalteca como epicentro de la fiesta, teniendo aún en puerta la celebración de la feria de Tlaxcala, momento climático del año.

Indulto en la final de la Copa Pana en Apizaco

La emoción se trasladó a Apizaco con la gran final de la Copa Pana, en la que se lidiaron novillos de la prestigiosa ganadería de De Haro. La tarde fue de contrastes, pero con un cierre apoteósico que quedará en la memoria de los asistentes.

Los ejemplares de De Haro dieron un juego variado, destacando especialmente el primero, segundo y quinto, que se ganaron arrastre lento, y sobre todo el sexto, de nombre «Acompasado», número 532, de 320 kilos que fue para recordar y resultó indultado entre la emoción del público.

En el plano individual, Carlos Valencia abrió plaza y saludó una ovación; Isaías López también fue ovacionado tras mostrar valor y oficio; Abraham Guerrero pasó un trago amargo al escuchar los tres avisos; Guillermo Veloz “Pausao II” dejó detalles de calidad que le valieron una ovación; Hugo Granados dio la vuelta al ruedo con mérito, y finalmente Alejandro Moreno “Castelita” se erigió como gran triunfador tras lograr el indulto del sexto novillo, asegurándose el título de la Copa Pana.

Así, la fiesta taurina en Tlaxcala vivió un fin de semana que unió dos caras de la moneda: la frustración por una encerrona inconclusa en la capital y la euforia por el indulto en Apizaco.

Dos escenarios distintos, pero ambos con un mismo hilo conductor: la pasión y el arraigo de una tierra que sigue respirando tauromaquia en cada rincón.

Lluvia interrumpe valentía de Angelino 

La emblemática plaza Jorge “El Ranchero” Aguilar de Tlaxcala abrió sus puertas para una tarde de expectación: Angelino de Arriaga se encerraba con seis toros de distintas ganaderías tlaxcaltecas y nacionales, un gesto de compromiso y entrega retribuido por la afición que ocupó media plaza pese a las inclemencias del tiempo.

En el cartel figuraban ejemplares de Piedras Negras, Zacatepec, Torreón de Cañas, Felipe González, Julián Hamdan y Tenopala, en una combinación que prometía variedad de encastes y matices en el ruedo para el gran desafío del diestro tlaxcalteca.

El inicio tuvo emoción, con un primer astado que permitió al matador mostrar su disposición. Sin embargo, la faena no cuajó del todo y el público guardó silencio al término de la lidia.

Con el segundo, Angelino encontró mejor conexión, dejando momentos templados y de mérito que le valieron cortar una oreja. Parecía que la tarde iba a levantar vuelo, empero, el cielo se encargó de frustrar la gesta: la lluvia arreció con fuerza y el festejo tuvo que ser suspendido, quedando en el aire la ilusión de ver completa la encerrona.

Aún así, quedó el gesto y el compromiso de Angelino de Arriaga, que en dos toros demostró carácter y disposición, dejando la sensación de que la cita merecería una segunda oportunidad.