El destino a veces escribe capítulos que parecen cerrarse con un círculo perfecto. Iker Benito, aquel joven que llegó a la cantera de Osasuna con la ilusión intacta y una maleta cargada de sueños, celebró ayer su primer gol con el primer equipo. Hoy, inevitablemente, muchos rojillos recuerdan aquel fichaje que, en su día, pasó casi desapercibido para el gran público, pero que marcó el inicio de una historia de entrega, constancia y amor por el club y sobre todo marcó el primer hito de la nueva época de Ángel Alcalde como director de Tajonar. Ahora, siete años después, Iker Benito se estrenó en Primera División con un tanto que cerró la victoria ante el Rayo Vallecano.

Benito fue, junto a Iker Muñoz u otros como Cristian Mutilva (ahora en la órbita del Athletic), el primer fichaje de la era de Ángel Alcalde como director de Tajonar, una apuesta en la que también tuvo un papel clave el que por aquel entonces era su mano derecha, Félix Vergara. Esa decisión se convirtió en un punto de partida simbólico para un proyecto que siempre ha tenido como bandera la formación y el talento de la casa y que ha ido reconstruyéndose con el paso del tiempo.

En ese momento llego con Félix Vergara y él es capaz de hablar con esas familias de esos jugadores y ellos demostraron un gran sentimiento de pertenencia y de creencia en Osasuna, ya que en ese momento les dijimos lo que íbamos a hacer, pero no había nada tangible para demostrarlo. Era hablar de futuro y con eso fue suficiente. Y eso me hace estar más que orgulloso, estoy agradecido. Su osasunismo les hizo apostar por nosotros en ese momento tan crítico para Osasuna”, contaba Ángel Alcalde en una entrevista a este medio hace pocos meses.

Era 2018 cuando apenas había aterrizado la nueva gerencia de Tajonar y tuvieron claros sus objetivos. Por aquel entonces la cantera había sufrido los estragos de un club pasando por su mayor crisis institucional en años. Alcalde apostó por ellos y logró convencerles tras una dura pelea con el Athletic, quien también quería incorporarlos a Lezama.

DOS CESIONES

El camino hasta ese gol no ha sido sencillo. Tras despuntar en Tajonar, Iker salió cedido al Andorra y más tarde al Mirandés, donde coincidió con Alessio Lisci y continuó forjándose como futbolista en el siempre exigente escenario de Segunda División. Aquellas experiencias, lejos de casa, curtieron al extremo navarro y le dieron la madurez necesaria para regresar a Pamplona con más recursos y confianza.

“Es mejor que en los sueños. Ha sido un momento superbonito que no voy a olvidar nunca. Es una temporada importante para mí, estoy con muchas ganas y creo que va a ser un buen año”, contaba emocionado tras acabar el encuentro del domingo contra el Rayo.

El gol del domingo no solo fue un premio a su talento, sino también a años de trabajo silencioso en Tajonar, donde forjó su carácter y su estilo de juego. El primer tanto de Iker Benito con el primer equipo simboliza mucho más que una estadística: es la confirmación de que el camino recorrido ha valido la pena. Para Osasuna, representa la esencia de su proyecto: confiar en la cantera y ver cómo los sueños de sus jóvenes se hacen realidad con la camiseta rojilla.

El movimiento de 2018, que entonces apenas ocupó unas líneas en las noticias deportivas, cobra hoy una dimensión distinta. Siete años después, Iker Benito ya ha debutado en Primera División con Osasuna, ha sumado experiencia en Segunda con Andorra y Mirandés, y se ha estrenado como goleador profesional. Todo ello partiendo de aquella apuesta inicial de Ángel Alcalde y Félix Vergara que lo llevó a Tajonar con apenas 16 años.