En Peralta, el exigente público navarro obligó a Trigueros a saludar una clamorosa ovación desde el tercio tras ejecutar una estocada en la cruz a su primer novillo, de impecable ejecución.
En el segundo, poco pudo hacer el murciano ante la manifiesta mansedumbre que mostró el de Cebada Gago desde su salida por chiqueros, extraña condición en una ganadería en la que suele destacar la casta, que en esta ocasión se pudo ver afectada por las querencias adquiridas por los animales tras entrar a la misma plaza en el encierro matinal. Aun así, Trigueros se mostró solvente en todo momento frente a un lote de escasa condición que no permitió el triunfo.
Screenshot
En Miranda del Castañar la suerte cambió, embistiendo con transmisión y nobleza dos de los tres novillos de Guadalest que le correspondieron en la singular Plaza del Castillo. Momento de dulce el que atraviesa esta ganadería brava. Con ellos, José María Trigueros se mostró capaz, resuelto y, en el último, hasta inspirado, puntuando en una plaza nada fácil por sus terrenos y ante una novillada de imponente presencia por volumen y morfología astifina.
El festejo arrancó con una intensa faena de muleta al que abrió plaza, aunque el triunfo hubo de esperar al último de la tarde. Trigueros ofreció entonces un auténtico recital de toreo de gusto, con varias series templadas de bella ejecución al natural ante un enclasado novillo de Guadalest y un final vibrante en las cercanías que impactó al público por la seriedad del morlaco. Tras la estocada, el murciano paseó la última oreja de su etapa como novillero con picadores, ya que el próximo 27 de septiembre se doctorará en Abarán (Murcia), compartiendo cartel con las figuras del toreo Sebastián Castella y Tomás Rufo.
Screenshot
FOTOS: Navarra Taurina – López y Alemán