4 lecciones que hemos aprendido de las Viviendas de Protección Pública de Baleares

No es demasiado común que las viviendas de protección pública (VPP) ganen premios, ocupen portadas y marquen el camino a seguir para el resto. Sin embargo, el Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) lleva años lográndolo de manera tan discreta como efectiva gracias al saber hacer de Carles Oliver, su arquitecto interno, y al empuje del resto del equipo, capaz de trabajar decididamente a favor de la dignificación de este tipo de hogares.

Su trabajo constituye una hoja de ruta no solo para el futuro de las VPP, sino para el de la construcción en general, que sin duda se beneficiaría de seguir los principios que han hecho famosos los proyectos del IBAVI.

Cuando lo tradicional es moderno: las bellas viviendas sociales que recuperan la piedra ‘marès’. Más fotos, aquí.

José HeviaApoyo en la tradición y en los materiales locales

La arquitectura no hace más que demostrarlo: las soluciones vernaculares son, muchas veces, las más convenientes. Emplear materiales locales, por ejemplo, reduce la huella de carbono, pues minimiza la necesidad de transporte. Además, estas materias primas tenderán a ser naturales, lo que resulta mucho más saludable para los habitantes del hogar. Un buen ejemplo de esto es la piedra de marès, un tipo de arenisca muy abundante en Baleares, de bajo impacto ecológico y empleada en muchas de las construcciones del IBAVI.

Otra es la hoja muerta de posidonia oceánica seca empleada para el aislamiento de varios de sus edificios, procedente de calas cercanas a las obras. “Utilizar las hojas muertas de posidonia secadas al sol como material de construcción relaciona nuestro habitar con los ecosistemas circundantes”, explican desde el IBAVI. Asimismo, resulta una solución eficiente y responsable con el medio ambiente.