El Barça necesitaba respuestas y las ha encontrado en una de las jugadoras más jóvenes del vestuario. Vicky López, con apenas 19 años, ha iniciado la temporada como un torbellino creativo: cuatro contribuciones de gol en tres partidos –dos tantos y una asistencia en San Mamés y otra más frente al DUX– jugando en una posición que, hace apenas unos meses, todavía estaba asimilando: la de extremo derecho. Del banquillo en el primer encuentro a disputar los 90 minutos en los dos siguientes, su progresión se palpa.
Su conexión con Ona Batlle y Aitana por la derecha está siendo uno de los grandes focos del equipo. Tras un curso pasado en el que tuvo que adaptarse a un rol nuevo y pelear por minutos, su explosión llegó en la Eurocopa: ocupó el hueco de Aitana, que aún se recuperaba de una meningitis, y brilló. Ahora, con la baja de Graham Hansen y una plantilla corta, ha llegado el momento de dar un paso adelante. Como Pina en su día, como Kika… ahora es el turno de Vicky.
Ella misma reconoce que le costó adaptarse a la banda. “No toco tanta bola como en el medio, pero me adapto. Me ha costado, pero me siento bien. Y voy a dar lo mejor de mí allí donde me pongan”, confesó en SPORT este pasado verano. Hoy, esa promesa ya es una realidad.
Vicky López anotó un doblete en San Mamés / FCB
Su temporada
Vicky juega con la picardía de quien empezó en la playa y en el patio del colegio, intentando copiar los regates de Neymar antes de subir a casa. La visión de juego la aprendió de su hermano, pero la magia nació en esos días de fútbol callejero.
Aún es joven, pero su fútbol habla ya en presente. Si esta es la temporada en que Vicky se confirma como pieza clave, el Barça tendrá mucho ganado. Y ella, que siempre dice “yo soy Vicky y quiero disfrutar”, parece estar haciéndolo