Ver a Jannik Sinner como número uno del mundo fue lo habitual durante largos meses. Hasta que llegó Carlos Alcaraz para arrebatarle algo que parecía únicamente suyo y hacerle ver que el mejor tenista del planeta es murciano. En la final del US Open lo demostró, ganando al italiano en su superficie favorita y conquistando su sexto Grand Slam. Ante esta situación, Sinner ha tomado una decisión.

«Voy a intentar incluso perder algunos partidos a partir de ahora, pero intentando hacer algunos cambios, intentando ser un poco más imprevisible como jugador, porque creo que eso es lo que tengo que hacer, intentar convertirme en un mejor tenista. Al fin y al cabo, ese es mi principal objetivo», analizó el italiano después de perder en la final contra Alcaraz.

Muchas veces se ha catalogado a Sinner de ser un jugador robótico, capaz de devolver cualquier bola, aunque este tipo de juego resulte menos mágico. Y la magia va acompañada de la imprevisibilidad, por lo que a veces es necesaria para sorprender a tu rival. Sobre todo si ambos sois muy buenos. Por eso, pocos minutos después de la derrota, el italiano ya había encontrado su problema principal.

Jannik Sinner y Carlos Alcaraz se saludan tras la final del US Open

Jannik Sinner y Carlos Alcaraz se saludan tras la final del US Open / BRIAN HIRSCHFELD

«Ha mejorado. Las cosas que hice bien en Londres, él las hizo mejor hoy. Ese es el resultado. Sentí que él estaba haciendo todo un poco mejor, especialmente sirviendo, en ambos lados, con golpes muy limpios. Le doy mucho crédito, porque manejó la situación mejor que yo«, reconoció sobre el nuevo número uno, y especificó qué facetas le gustaría mejorar de su juego.

«No saqué y voleé ni una vez, no usé mucho la dejada. Para enfrentarme a Carlos, tengo que salir de la zona de confort«, dijo. Y es que una de las principales debilidades de Sinner es el juego en la red. Pocas veces se ve al italiano subir si no es por necesidad. Es un jugador que se siente más cómodo desde el fondo de pista, pero ser agresivo en la red es una virtud que te hace ganar encuentros.

En su equipo son conscientes de ello. De hecho, visitaron el año pasado antes de las ATP Finals a Radek Stepanek, un maestro del saque y red, para trabajar este apartado del juego de manera específico. Es probable que este año vuelva a repetir esos entrenamientos para mejorar su juego en pistas duras y de hierba.

Sinner también quiere ser un ‘mago’

Sin renunciar del todo a aquello que lo hace diferente, y que le ha permitido ser el número uno durante mucho tiempo, Sinner quiere tener algo de magia en su juego. Es muy difícil verle hacer una dejada o incluso jugar con diferentes alturas o efectos de derecha. El italiano es un jugador que apuesta siempre por un golpe plano, seco. Un abanico mucho más limitado que el de Carlos Alcaraz.

El próximo torneo de Jannik Sinner será en Pekín, lugar donde cayó el año pasado en la final contra Alcaraz precisamente. A diferencia de los demás tenistas con el ranking más alto, no estará presente en la Laver Cup, una competición de exhibición donde los grandes nombres se divierten representando a su ‘continente’. Pero Sinner no está para eso. Sinner no está para risas.