El Bada Huesca comenzó con mal pie la liga en Valladolid, no solo por la derrota, sino por una imagen de un equipo que se frustró pronto y al que le faltó reacción para sobreponerse a las adversidades de sus errores. Fue más una cuestión de carácter y de liderazgo que de juego, campo en el que hubo también aspectos positivos, aunque quedaran empañados por el final.
Fallando muchísimo en lanzamientos de 6 y 7 metros y no estando lo suficientemente duro en defensa, el equipo entró en los últimos quince minutos con opciones de pelear. Fue entonces cuando se vino abajo.
El técnico del equipo, José Nolasco, fue crítico en sus declaraciones tras el partido y lamentó la falta de lucha y deseo, así como la falta de espíritu. Comentó que se habían sentido derrotados demasiado pronto y que en el tramo final no habían estado. También recordó que no se puede ganar si no se iguala la intensidad del rival. Y exige de los suyos otra actitud para afrontar las dificultades que se van a encontrar en cada partido.
Después de un año en el que tuvo que pelear lo indecible para conseguir la salvación, en el estreno de la temporada no se vio esa rebeldía que permitió la remontada del pasado año.
El equipo se ha mantenido en gran medida respecto a aquel, pero hay que recordar que los que se fueron eran pesos pesados en el vestuario. Se ha perdido poso de experiencia, pero también el empuje y el tirón de Dani Arguillas, Adriá Pérez, Miguel Malo o Javi Borragán, jugadores que tiraban del carro en los malos momentos, asumían la responsabilidad y daban ejemplo con su entrega y a la vez frialdad en los momentos más duros.
Encontrar nuevos liderazgos es una de las tareas pendientes para el equipo. El equipo tuvo una situación para ponerse a cuatro y estar totalmente en partido con más de un cuarto de hora por jugarse y falló y se vino abajo, en lugar de intentarlo hasta el final pese a la dificultad que tenía la empresa.
Hubo mucho fallo de lanzamiento, pero tambien faltó en los momentos del final de partido ser más rigurosos en el juego y ceñirse al plan o no caer en exclusiones absurdas. Nolasco lamentó enredarse en batallas individuales. Y en esos momentos es cuando se notan más los líderes.
En la defensa está claro que el liderazgo está bien cubierto con Drasko Nenadic o con Frank Cordiés.
Pero en el ataque no queda tan claro por ahora. El puesto de central es esencial porque marca el juego y los ritmos y decide. Miguel Malo asumía ese liderato y la pasada temporada Javi Borragán fue también de los que tiró del grupo.
Tchitombi está aún haciéndose al grupo y en Valladolid le penalizaron los errores en el lanzamiento y algunas pérdidas. Y en el tramo final del partido el equipo perdió algo de orden y se equivocó demasiado.
Frank Cordiés fue el que más claridad puso, además de lanzamiento. Y hubo otras notas positivas como la aportación durante mucho rato de Parera, el buen papel de Samuel Cordiés o acciones de contraataque.
En definitiva, el equipo tiene que ganar consistencia competitiva y necesitará del paso adelante de los jugadores para conseguirlo desde este mismo sábado.