El verano en que me enamore ha planteado una tormenta de preguntas en pocos días. ¿Por qué una serie publicada en 2022 alcanza su pico de audiencia tres años más tarde? ¿Por qué tengo más de 40 años y estoy enganchado a una serie de adolescentes?, ¿Qué soy team Jeremiah o team Conrad? ¿Qué demonios pasa con El verano en que me enamore? A escasas horas de que se emita el capítulo final, y de que Belly (Lola Tung) decida su destino en París o no, El HuffPost hace balance del verano que engancho a millones de espectadores.
El fanatismo ha sido casi patológico. El propio equipo de producción de la serie se ha visto obligado a lanzar un comunicado en redes sociales recordando que los personajes de la serie son ficticios. «La serie no es real, pero las personas interpretando a los personajes sí que lo son». Además, la tercera temporada de la serie de Jenny Han ha multiplicado las ventas de los libros en los que se basa —El verano en que me enamoré, No hay verano sin ti y Siempre nos quedará el verano—, impulsando estrategias de marketing o generado intensos debates en redes que han atrapado tanto a nuevos espectadores como a quienes crecieron con la historia original.
La trama no tiene ningún tipo de complejidad. El eterno retorno al amor romántico. La protagonista, Belly, es una chica que siempre ha veraneado en la casa de una amiga de su madre en un pueblo ficticio del norte de Estados Unidos. La anfitriona tiene dos hijos, Conrad (Christopher Briney) y Jeremiah (Gavin Casalegno), que siempre la han tratado como una hermana pequeña, hasta que cumple 15 años y la cosa cambia. De esta forma, comienza un triángulo amoroso lleno de romanticismo y momentos de intensidad emocional que pueden avivar las hormonas de cualquier adolescente, o nostálgico. Puede que el título original en inglés sea más adecuado: The Summer I turned pretty (El verano en que me hice guapa, en su traducción al castellano).
Noelia Rodríguez tiene 25 años y confiesa que la empezó a ver después de hacer zapping por las plataformas de streaming. Ahora, en conversación con El HuffPost, asegura estar enganchada y se siente identificada con Belly, la protagonista, «una chica que pasaba los veranos en un lugar diferente, viviendo todo eso de las primeras veces, los amores de verano, las salidas con amigos y los inevitables dramas adolescentes. Me recordaba mucho a mis propios veranos en el pueblo». Asimismo, reconoce que «los personajes masculinos también tienen ese encanto: aunque vivan experiencias propias de un entorno más acomodado, en el fondo sus vivencias resultan muy cercanas y fáciles de reconocer».
Como era de esperar, el triángulo amoroso le ha «terminado de enganchar». «Desde el principio es inevitable encariñarte con uno de ellos y elegir equipo, así que cada gesto o decisión de Belly hacia ese personaje lo vives como una victoria. Es como seguir un partido: te emocionas, sufres y quieres saber en qué acaba todo». Rodríguez se coloca en el team de Conrad: «No lo niego». «Todos hemos cometido errores en esos años, pero se nota que está enamorado de Belly y que la pone por encima de todo». Así, percibe «un amor sincero, profundo y casi perfecto, sin mencionar lo guapo que es».
No obstante, es erróneo concebir la serie como una producción dirigida a adolescentes. Inevitablemente, muchas mujeres adultas se han enganchado al culebrón. Si bien es cierto que desde un primer plano se puede ver una serie televisiva juvenil común, con una mirada más profunda se plantean problemas reales y dolorosos de la vida adulta. Las historias que tienen que ver con las progenitoras, que plantean temas como el trabajo o la enfermedad, pueden apelar a los espectadores más mayores.
Conrad, interpretado por Christopher Briney, y Belly, por Lola Tung.ERIKA DOSS
Precisamente, la madre de Noelia, María González, tiene 58 años y está de acuerdo con que la serie no es «tan juvenil». «Sí que es verdad que es una serie que me trae recuerdos de mis propios veranos, y de los amores de juventud: inocentes y llenos de emoción que siempre quedaran en mi corazón», relata en conversación con este periódico, de la mano de su hija. Además, «como madre», «me trae recuerdos de mi hija, cómo vivió su adolescencia, recordando lo feliz que fue, y a veces infeliz, pero los recuerdos siempre están ahí».
La relación entre las madres de los tres protagonistas, Laurel (en la imagen) y Susannah, son el gran atractivo de la serie para sus seguidores adultos.ERIKA DOSS
Los personajes de Susannah (Rachel Blanchard) y Laurel (Jackie Chung), las madres de los adolescentes, son, para muchos, los más profundos y carismáticos. Un ejemplo de amistad incondicional. González coincide con esta tesis. «Me identifico con las dos madres porque siempre están pendientes de sus hijos, de cómo los ven crecer, y lo único que quieren es protegerles, y que todo vaya lo mejor posible». Aun así, «en cuanto a los chicos», no quiere posicionarse ni en grupo de Conrad, ni en el de Jeremiah. «Soy un poco de los dos», asegura. «Los dos chicos son maravillosos y están viviendo su primer amor y luchan por él y cada uno lo hace a su mejor manera», concluye.
«Verano, sofá y tardes relajadas»
Mariola Cubells, periodista especializada en audiovisuales, explica, en conversación con este periódico, que la serie tiene muchos factores que le han llevado a la cima, es «facilísima de ver». Aunque reconoce que «la he visto por obligación», concluye que «está todo masticadito, no hay nadie malvado, es bonita la amistad de las madres, crecer juntos, tener nostalgia de la infancia…». Junto a su hija, se ha «zampado la serie»: «Verano, sofá, tardes relajadas».
La propuesta de valor de El verano en que me enamoré ha sido clave a la hora de atraer a un público multigeneracional. Cubells cree que el optimismo generalizado aporta atracción. De este modo, el sexo, dice, «ya ha aparecido hasta la extenuación en otro tipo de series adolescentes (a mi modo de ver y de intuir de manera desproporcionada con la realidad) y hay cierta saturación después de Elite, de Euphoria…». «Gente guapa, rica, casas divinas, momentos emocionales reconocibles, estética narrativa mil veces vista en la ficción hollywodiense, playas atlánticas, todo es elegante, bonito», relata la periodista y también colaboradora de El HuffPost. Asimismo, cree que la serie plasma relaciones cálidas y de calidad. «Conflictos llevaderos desde todos los puntos de vista, amistades que perduran…», describe.
González y Cubells coinciden como madres en que ver la serie «te traslada a tu adolescencia». «Todas vimos Sensación de vivir, que sin duda fue la serie que nos inició en este tipo de ficciones», explica. «Me reí con mi hija, a quien ya no se la da con queso esta serie, porque ya tiene casi 20 años, pero que la ha visto un poco también. Como placer culpable», concluye.
De las páginas a la gran pantalla: la era dorada de la literatura juvenil
Aunque el fenómeno de El verano que me enamore ha superado todas las expectativas (de acuerdo a los datos de Prime Video ha alcanzado los 25 millones de espectadores), no es la única saga de libros que ha irrumpido con fuerza en la gran pantalla. Los datos lo dejan claro: el 75,3% de los jóvenes entre 14 y 24 años lee libros en su tiempo libre en España, según el barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2024. Es el grupo de edad con más lectores. Por ello, es lógico que la televisión busque en la literatura las historias con las que atraer a estos espectadores.
Los personajes secundarios de la serie, Taylor y Steven, amigos de los protagonistas.ERIKA DOSS
Blue Jeans, pseudónimo de Francisco de Paula Fernández González, es un escritor bien conocido en la literatura moderna por sus novelas románticas y policiacas. Aunque hace ocho años que no escribe sobre amor, cree, en conversación con El HuffPost, que la clave estriba en la autenticidad de los personajes para que «el lector pueda identificarse con ellos». «La diversidad hoy en día también es muy importante, y los triángulos amorosos nunca pasan de moda«, admite. «Creo que el ser del Team Conrad o Team Jeremiah ha hecho que se hable mucho en redes de la serie», agrega.
El éxito de la serie también se puede medir entre las páginas que la concibieron. «La novela tuvo mucho éxito», asegura Blue Jeans. «No es una historia que llegara de la nada. La incertidumbre de con quién se quedará la protagonista es lo que hace que quieras ver un capítulo más», explica. Sin embargo, cree que el triángulo amoroso «es lo que más engancha», aunque sea entre hermanos y, «por supuesto», el hype en redes sociales. «También su sencillez y que es muy actual».
En cuanto a la diversidad generacional del público, asegura que lo juvenil «no es sólo para los jóvenes». «Pasa también con los libros. Es para cualquier público porque los adultos también han sido jóvenes, ya tienen una edad, añoran esa época y desearían regresar a vivir el amor con esa intensidad«, reza en su conversación con este periódico. Asimismo, y como conclusión, reitera el éxito del género romántico en cualquier formato: «Tanto en juvenil como en adulto, es el género más vendido».