Este mismo martes llegó procedente de Hollywood una de las noticias más tristes, el fallecimiento de una leyenda de la interpretación, Robert Redford, a los 89 años de edad, como informó su propia agencia de representación.
Una muerte que, tal y como expresaron a través de un comunicado compartido en redes sociales, se dio mientras el artista estadounidense estaba durmiendo en su casa de Sundance, sin llegar a dar más datos de la causa de su fallecimiento.
Un actor que fue querido en todo el mundo y no solo por su labor en la pequeña y la gran pantalla, sino por lo que transmitía allá por donde iba, incluida España, un país que visitó en diferentes etapas de su vida.
La primera vez que visitó el país fue en plena adolescencia, a los 19 años: “Cuando tenía 19 años vine por primera vez. Estaba estudiando una carrera y quería ser artista. Estuve en Barcelona y luego pasé dos meses en Mallorca, donde pinté algunos cuadros”, confesó en una entrevista concedida a EFE.
Se casó con Lola van Wagenen y tuvo cuatro hijos, Scott, Shauna, James y Amy, y después volvió a pisar España para pasar un largo período de tiempo, alejado de los focos y de la vida pública, concretamente en Mallorca, a mediados de los 70: “Estuvimos en el Puerto de Alcudia, un pequeño pueblo de pescadores. Estuvo muy bien, porque quería educar a mis niños con otras culturas”.
Y, a posteriori, volvió a pisar nuestras tierras, esta vez para vivir durante siete meses: “No estaba seguro de si quería seguir siendo actor. Había hecho tres películas y me tomé un año sabático. Esa vez fuimos a Málaga, de allí a Fuengirola y luego a Mijas. Cogimos una granja en Mijas, donde pasamos siete meses. No bailaba flamenco, pero fue una experiencia maravillosa”.
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