Darren Hayman tira de coletilla (‘And His Electric Guitars’) para firmar su última entrega hasta la fecha, en lo que sería un recurso autorizado ya que, en efecto, un colchón de guitarras eléctricas ampara a las canciones incluidas en la referencia. Fuera como fuese, esta entrega de Darren Hayman tiene todas las papeletas para convertirse en una de esas gemas de la temporada que, si nada lo remedia, podría quedar disimulada entre la actual maraña de lanzamientos, corriendo el (injusto) riesgo de pasar ante el oyente con disimulo y sin pena ni gloria.
El nuevo conjunto de canciones del ex Hefner no es sino resultado del duelo que sigue al fallecimiento de un amigo, circunstancia que queda expresada a las claras en el primer fraseo del disco. Un luto que deriva, en manos del británico, en bonito disco –por momentos incluso precioso–, además de supurar sentida honestidad desde composiciones tan cargadas de melancolía y añoranza como de esperanza y luz. Un equilibrio en el que no tienen cabida esos graznidos interpretativos marca y seña de la casa en la época de los infravalorados Hefner, apostando ahora el de Essex por una concreción vocal bastante más austera y, de paso, acorde al motivo principal de “Amazing Things”.
Un decálogo en el que Hayman expande sentimientos en forma de canciones inspiradas y bien posicionadas en torno a este álbum casi conceptual, con la presencia en primer plano de las mencionadas guitarras. Indie-pop atemporal con influencias de los dos lados del charco, concretado en piezas tan bien parecidas (y con preferenicas por los medios tiempos) como son “Nobody You’d Know”, la propia “Amazing Things” que da título al producto, el acercamiento a la new wave de “Clean White Page”, “Heart’s Been Broken Before”, una “All the Toys” a lo Robert Forster, o esa auténtica maravilla que es “Something Beautiful”, mientras que “Do Whatever You Want” acelera el ritmo y es lo que más se asemeja al antiguo catálogo de Hefner del lote.
Es verdad que el disco relaja su interés implícito en el que sería su último tramo, pero no es menos cierto que el LP supone un logro en sí mismo, gracias a valiosas composiciones ante las que sería un error pasar de largo. “Amazing Things” es un disco ambicioso dentro de su propia sencillez de intenciones. Canciones extensas en forma de exorcismos que no son sino remedios para paliar ese dolor motivado por una conclusión irreversible que Darren Hayman pule, con esmero, hasta sacar a la superficie el diamante sonoro que esconde la experiencia.