Célebre como poeta en su país, Matei Vişniec (Rădăuți, Rumanía, 1956) también ha escrito varios ensayos y novelas, de las que esta es la única publicada en castellano. En sintonía con las ficciones literarias más recientes, presenta una amalgama de géneros y temas que giran alrededor del propio hecho de narrar, y que comparten el tono irónico, la burla de baja intensidad hacia las obsesiones contemporáneas y un ánimo lúdico que el autor sostiene con firmeza hasta la última frase.

De forma intercalada, Vişniec va desplegando un conjunto de historias con trasfondo libresco, que arrancan con la intervención del enigmático hombre del título, que afirma haber inspirado incluso a varios premios Nobel. Los capítulos, breves, incluyen las cartas que envía este a un escritor bloqueado, quien intenta dar forma a una obra que, a su vez, se incluye como una capa más del relato, donde también se cuentan las andanzas del portero del edificio en el que vive, que por su parte se cruza con un personaje que, en cierto modo, tiene que ver con los sueños de otro más…

La evidente falta de linealidad, sin embargo, no es desconcertante, porque el autor tampoco se toma demasiado en serio, e invita de forma sutil a los lectores a que se sumerjan en ese batiburrillo. Esta disposición añade una ventaja, y es que le permite conjugar los géneros, desde el enredo romántico hasta la ciencia ficción, pasando por la novela epistolar, la de intriga e incluso la gótica.

La historia reciente de Rumanía, y su dependencia cultural de Francia, son otros de los elementos que aglutinan la disparidad; en los fragmentos dedicados a los cenáculos literarios relacionados con el poder –cuando el poder usaba mayúsculas– se adivinan trasuntos de personajes reales, y no pocas pinceladas autobiográficas. A pesar de este enredo de temas, tonos y estilos, lo más sobresaliente es que Vişniec consigue articularlo como si solo tuviese en mente entretener, aplicando su panoplia de recursos al fin único de divertirse y divertirnos.