Desde pequeña, Mariana Santini convivió con historias. Las que le contaba su madre, mezcla de clásicos y cuentos inventados, fueron la semilla de una pasión que con el tiempo se volvió forma de vida. “Siempre fue ‘mi forma de vida’, vincularme con la palabra escrita”, dice la escritora, que es también docente y terapeuta holística. Este jueves, a sus 55 años, presentará su nuevo libro El club de los súper válidos en el salón de la Parroquia Santa María de la Paz, el mismo lugar donde nació el grupo que la inspiró.
“El club nació como propuesta de pensar juntos cómo acompañar a las personas con discapacidad en su necesidad de vincularse, de enamorarse, de pertenecer a un grupo para crecer integralmente”, explica Santini, que vive en el barrio Las Magnolias y lleva décadas trabajando en educación inclusiva. Con emoción, recuerda que las historias que componen su libro son reales, aunque los nombres fueron cambiados. “Ellos son los verdaderos súper válidos. Generosamente me compartieron sus vidas, sus pesares, sus amores y desamores”.
Las páginas de esta obra están cargadas de vivencias profundas y sensibles. A lo largo del proceso creativo, Mariana escuchó historias que la conmovieron y que, con su pluma, transformó en personajes que representan mucho más que sus limitaciones. “Al componer los personajes, descubrí que nacían otras clases de amor: filial, fraternal, el amor propio, amores truncos, correspondidos o sobreprotectores”, detalla. Y afirma con convicción: “La palabra escrita sana. Sana al que escribe y a quien la lee”.
El mensaje central de la obra está atravesado por la inclusión, la empatía y el amor como fuerza transformadora. Mariana invita a ver más allá de las apariencias: “Busco ayudar a abrir los ojos. Empezar a ver con los ojos del alma. Reflexionar acerca de qué vemos cuando vemos a personas con algún impedimento. Y qué hacemos con nosotros mismos cuando somos los que atravesamos las dificultades”. Cree que si logramos cambiar la mirada, ya no podremos permanecer indiferentes ante el dolor ajeno.
“La palabra escrita sana. Sana al que escribe, y también al que se anima a leer. Yo escribo para ayudar a abrir los ojos, pero no los que miran hacia afuera, sino los que nos conectan con el alma. Porque cuando cambiamos la mirada, dejamos de ser indiferentes al dolor ajeno”
El club de los súper válidos es su tercer libro, pero quizás el más personal. Aunque nació en un taller literario, la obra fue gestándose también en su recorrido de vida como docente en aulas diversas. “Me conecté con el dolor ajeno, con lo que falta, con la necesidad de desarrollar la empatía. Las personas que forman parte del Club me enseñaron que enfrentar desafíos es también descubrir las mil maneras de fortalecer el espíritu humano”.
Una de las frases que guía el libro es “ni perfectos ni imperfectos, personas diversas”, una definición que Mariana adopta como principio vital. “Lo que nos iguala como seres humanos es justamente la diferencia. No hay vara para medir la perfección. Somos perfectos porque somos obra de Dios”, afirma. Lejos de una mirada condescendiente, su propuesta es desafiante: construir nuestra mejor versión, compartiéndonos con otros, sin competir, sin juzgar.
“Las personas que inspiraron este libro no se quedaron en el lamento ni en el ‘no puedo’. Me compartieron sus vidas con generosidad, y me enseñaron que enfrentar desafíos es también descubrir las mil formas de ser valientes.”
La presentación del libro será, para Mariana, mucho más que un acto literario. Será una forma de honrar sus raíces, su barrio, su comunidad. “El grupo lo pensé en ese salón. Pertenezco al barrio desde hace más de 30 años, mis hijos crecieron aquí. Este es mi legado también como vecina”. Por eso, la emoción es doble: la del encuentro con los lectores y la del reencuentro con un lugar lleno de sentido.
¿Y qué espera que se lleven quienes lean el libro? “Que esta historia de inclusión, amor, valentía y libertad contagie muchas almas. Que nadie se quede solo porque no tenga con quién compartir su vida, sus historias, sus miedos. Que cada lector se anime a creer en su propio poder para trascender la adversidad con valentía y determinación”, responde. Mariana no duda: hay luz incluso en los momentos más oscuros.
Con palabras que conmueven y relatos que abrazan, El club de los súper válidos propone una revolución silenciosa, la de mirar con el alma, amar sin barreras y tender puentes allí donde muchos solo ven muros. Porque, como ella misma afirma, “lo que hacemos con lo que nos toca vivir, es lo que realmente nos hace sentir vivos”.
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