La carrera deportiva del joven Jaime Gallego cambió de un día para otro en 2023. Una prometedora trayectoria en el balonmano se vio truncada por una lesión en su tobillo izquierdo durante la Copa de España de ese año, cuando por aquél entonces, esta articulación se hinchó sin causa aparente. 

Sólo llevaba unos meses como jugador del Barça al haber fichado ese verano por el club catalán después de despuntar como uno de los pivotes más talentosos en las filas del Torrelavega, donde pasó tres temporadas. Su incorporación, junto a otra promesa en este puesto como Javier Fernández, llegaban motivadas por la marcha del francés Ludovic Fàbregas rumbo al Veszprém húngaro. 

Pero tras levantar el trofeo como campeón de la Copa de España con el conjunto azulgrana el 17 de diciembre de 2023, nunca más pudo volver a las pistas. Al madrileño le diagnosticaron en agosto de 2024 una artritis en el tobillo después de pasarse en blanco toda la segunda parte de la campaña 2023/24. Una baja que también se alargó durante el siguiente curso,finalizando su contrato con el Barça en junio de 2025 sin poder haberse vestido de nuevo con la camiseta azulgrana por culpa de una bacteria que afectó a toda la articulación.

«Tras visitar varios reumatólogos ninguno conseguía determinar qué me estaba ocurriendo ante la falta de respuesta a la batería de tratamientos. Pasé una vez por quirófano para hacer una limpieza y coger muestras para analizarlas, las cuales indicaron que no había infección y que se trataba de un proceso inflamatorio de origen desconocido», señalaba Gallego en un comunicado en sus redes sociales para explicar su retirada al no poder llevar una vida normal a sus tan sólo 23 años.

Seguía con el tobillo hinchado y sin poder caminar debido al dolor. A los meses uno de los doctores decidió pincharme el tobillo para extraer líquido y analizarlo. El cultivo dio positivo en un estreptococo

Jaime Gallego, exjugador internacional de balonmano

De una manera tan dura y prematura, Gallego se tiene que despedir del balonmano después de debutar con el Barça, levantando una Supercopa Ibérica y una Copa de España, y con la selección española, con la que conquistó los Juegos Mediterráneos de 2022. «Seguía con el tobillo hinchado y sin poder caminar debido al dolor. A los meses uno de los doctores decidió pincharme el tobillo para extraer líquido y analizarlo. El cultivo dio positivo en un estreptococo y tuve que entrar a quirófano por segunda vez para eliminar la infección y hacer un tratamiento de antibiótico», explica el ya exjugador madrileño. 

Ahora, su único objetivo es intentar llevar una vida normal, a pesar del dolor en su tobillo y de los incesantes tratamientos de rehabilitación. «La articulación había quedado muy dañada debido a todo el proceso que había sufrido, dificultando la rehabilitación e imposibilitándome si quiera poder hacer una vida normal. Tras acabar mi contrato con el Barça, intento recuperarme para poder sentir que el tobillo no me limita y recuperar una normalidad que, aunque sin el deporte de élite, me permita poder caminar sin dolor y pasar horas fuera de casa», avanza Gallego, que también sueña con volver algún día a jugar al balonmano, un deporte que le debe una segunda oportunidad.