«Lo indeterminado y lo vago son medios de expresión que tienen su razón de ser y sus propiedades; gracias a ellos, la sensación se prolonga; ambos son el símbolo de la continuidad», Claude Monet.
La armonía en rosa de los nenúfares de Monet abre la exposición Desenfocado. Otra visión del arte, en la que el hilo conductor son los contornos indefinidos, la representación borrosa como técnica artística deliberada. El cuadro impresionista convive con un cubo de condensación de metacrilato con agua destilada en su interior de Hans Haacke.
CaixaForum Madrid muestra hasta el 12 de abril de 2026 un total de 72 obras de 55 artistas en colaboración con el Musée de l’Orangerie parisino. Las piezas seleccionadas despliegan una amplia variedad de técnicas y formatos de pintura, obra gráfica, escultura, fotografía y vídeo. Con respecto al montaje en la capital francesa, las comisarias Claire Bernardi y Emilia Philippot han incorporado nuevas obras.
‘T1982-H31’, 1982. Hans Hartung. © Hans Hartung, VEGAP, Barcelona, 2025
«En realidad, no vemos nada. Nada preciso. Nada definitivo. Tenemos que acomodar la mirada constantemente», Grégoire Bouillier.
La exposición cuenta con 49 prestadores de colecciones privadas, galerías y museos, y reúne una decena de obras de la Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa” creadas por los artistas Gerhard Richter, Soledad Sevilla, Roni Horn, Eulàlia Valldosera, Hiroshi Sugimoto, Pedro G. Romero y Perejaume.
Expresividad de lo impreciso
Las piezas de grandes nombres del arte como Alberto Giacometti, Mark Rothko, Thomas Ruff, Yves Klein, Julia Margaret Cameron, Nan Goldin o Bill Viola exploran la expresividad de lo impreciso.
Fragmento de ‘Sin título’, 1948, Mark Rothko. Fondation Beyeler, Riehen/Basel, Beyeler Collection © 1998 Kate Rothko Prizel and Christopher Rothko/VEGAP/Barcelona, 2025
El recorrido parte de las raíces estéticas del desenfoque en el siglo XIX y los albores del XX, y sigue las convulsiones intelectuales, científicas, sociales y artísticas para hablar de lo borroso, que más allá de la pérdida de nitidez es una técnica ideal para plasmar un mundo inestable sin líneas claras.
La muestra se divide en cinco grandes ámbitos temáticos: un prólogo marcado por el impresionismo, que conduciría a la disolución de las figuras; las fronteras de lo visible, que desafían los modos de percepción; la erosión de las certezas, con fotografías intervenidas; el elogio de la indefinición para buscar una nueva identidad y la sala final que reflexiona sobre un futuro incierto.
Un ciclo de cine ayuda a profundizar en la experiencia estética de la exposición. La plataforma gratuita CaixaForum+ emite ocho películas que permiten conocer mejor la obra de Monet, Viola o Rothko.
La estructura de la realidad
El espíritu humano insiste en esclarecer la confusión, pero esta necesidad de estructurar la realidad comporta el riesgo de limitar su sentido. El desenfoque se alimenta de nuestra experiencia, nos interpela, se desarrolla en el tiempo y alcanza nuestro interior.
‘Six Seconds’, 2001. Cortesía del artista. © Alfredo Jaar, VEGAP, Barcelona, 2025
En muchos casos, supone una elección moral frente al horror, como en Seis segundos de Alfredo Jaar, sobre el genocidio ruandés. «Esta chica fue testigo del asesinato de su padre y su madre a machetazos. Había concertado una cita con ella para que me contara su historia. Pero cuando llegó, cambió de opinión […]. En el momento en que se dio la vuelta y se alejó, tomé la cámara y disparé sin realmente enfocar, de ahí que aparezca borrosa. Esta imagen representa mi incapacidad para contar la experiencia de esta mujer o la experiencia de Ruanda – mi imposibilidad», explica el chileno.
Los límites del ojo
Desde los límites de lo visible, a través de imágenes científicas, hasta la alteración de las referencias artísticas tradicionales, los artistas juegan con la vaguedad más que con la oposición entre representación y no representación.
El desenfoque cuestiona nuestros modos de percepción y nos anima a dejar atrás la lectura unívoca de la realidad. Algunos creadores exploran los límites de lo visible retomando el vocabulario de la imagen científica, desde la visión de lo infraleve hasta la inmensidad del cosmos. Otros alteran las categorías tradicionales (figuración y abstracción) jugando con la indefinición.
En esta sección, las piezas ponen a prueba al espectador y estimulan con astucia su agudeza visual evocando la circularidad de la retina en sus obras en forma de diana como en Número 17 de Wojciech Fangor.
‘Number 17’, 1963, Wojciech Fangor. © Fotografía: The Museum of Modern Art, New York / 2025 Scala Archives
La erosión de las certezas
Tras la Segunda Guerra Mundial, empieza a desplegarse plenamente la dimensión política de la estética de lo indefinido. Ante la erosión de las certezas, artistas como Zoran Mušič o Alfredo Jaar asumen la profunda convulsión del orden mundial y adoptan el desenfoque como estrategia necesaria.
Tras el descubrimiento de los campos de concentración, el desenfoque desdibuja una realidad que la mirada no puede soportar. Nos obliga a reflexionar, nos fuerza a concentrarnos y a mirar de frente el mal. Al cuestionar el estatus y el valor de la imagen, los artistas proponen una visión poética y desencantada de las tragedias del siglo XX y de la actualidad
El desenfoque revela así su potencia cegadora como un mecanismo de olvido, pero constituye otra forma de poner de manifiesto las atrocidades de la historia difundidas por la imagen mediática, como en la impactante fotografía de Thomas Ruff.
‘Jpeg ny01’, 2004. Imagen desenfocada del ataque a las Torres Gemelas © Thomas Ruff
El público se coloca en un terreno en el que los artistas proponen enfoques diferentes y hacen que su material sea transitorio, desordenado, móvil, inacabado y dudoso.
Elogio de la indefinición
El mundo es difuso por más que intentemos dibujar sus contornos. El espacio-tiempo se extiende continuamente y dificulta fijar el foco, como en los espejismos de Bill Viola, que engañan a nuestros sentidos. La identidad también es indefinida, está constantemente en cambio, revelando total o parcialmente sus facetas tanto a los demás como a nosotros mismos.
Resultado de cierta ingenuidad técnica, pero también garantía de espontaneidad del instante capturado, en la fotografía amateur, el desenfoque refleja la vida en su máxima realidad. Las imágenes de la Colección Sébastien Lifshitz’s dan cuenta de los lugares más íntimos, los más difíciles de narrar y muestran aquello que a menudo escapa a la mirada.
‘Morfología del sueño #6’, 2021. Cortesía de la artista y de Stevenson, Cape Town / Johannesburg / Amsterdam. © Mame-Diarra Niang
La vaguedad del desenfoque se convierte en una búsqueda de identidad como en el trabajo de Mame-Diarra Niang. La artista francesa explora el cuerpo negro, alejándose de siglos de representación occidental. Busca abstraerlo, a través de «formas de no retratos«. En esta serie iniciada en la pandemia, fotografía una y otra vez su pantalla y con cada nueva toma desdibuja aún más los contornos. El sujeto desaparece y se disuelve en esa nebulosa espectral, «como un territorio hecho de recuerdos y desapariciones cuidadosamente conservados».
Futuros inciertos
La cuestión del tiempo emerge en el reloj digital analógico de Maarten Baas, una instalación con un toque de humor, sincronizada en tiempo real, que da la hora exacta. Los números se pintan de naranja o se borran por una pequeña figura armada con un rodillo. Merece la pena detenerse más de un minuto para observar el efecto.
El futuro impredecible anunciado por Mircea Cantor, se presenta como objeto de contemplación y reflexión existencial. Paradójicamente, el desenfoque se convierte a la vez en síntoma y condición para una nueva motivación, signo de inquietud y espacio para la reinvención de lo posible.
Detalle de ‘Futuro impredecible’, 2015. Colección particular, París. © Mircea Cantor, VEGAP, Barcelona, 2025
En la última sala apreciamos la relación de Y. Z. Kami con la espiritualidad, abordada a través de lugares y gestos sagrados, que calman las incertidumbres contemporáneas y el ramo de Nan Goldin, fotografiado durante el confinamiento, belleza y fugacidad de lo cotidiano en un mundo que pierde sus referentes.
El espacio de contemplación Re-ver. Mirar el cielo con ojos diversos, invita a recostarse en un espacio cómodo para observar un cielo lleno de nubes sugerentes. Los visitantes pueden ponerse unas gafas que distorsionan la visión o mirar con sus propios ojos y dejar volar la imaginación.