El 21 de septiembre se inauguran los Jardines Calder, un nuevo espacio cultural en el corazón de Filadelfia dedicado al escultor estadounidense Alexander Calder. Lejos de ser un museo tradicional, este proyecto propone un recorrido que fusiona arte, paisaje y arquitectura. Obra del estudio suizo Herzog & de Meuron y el paisajista neerlandés Piet Oudolf, el conjunto evita la monumentalidad de los museos cercanos y opta por un enfoque más íntimo e inmersivo.

El edificio de dos plantas, parcialmente subterráneo, se integra con el entorno mediante un revestimiento metálico reflectante, que diluye sus límites con la vegetación circundante. A su alrededor, los jardines diseñados por Oudolf generan una secuencia espacial al aire libre, como galerías naturales esculpidas en el terreno triangular, ubicado entre las transitadas vías de Vine Street y Benjamin Franklin Parkway.

El acceso se realiza por senderos que conducen a una plaza circular donde la entrada se define por una cubierta de madera. A ambos lados de este patio central, que protege las galerías inferiores, se excavaron dos jardines: el ‘Sunken Garden’, con una forma geométrica pura, y el ‘Vestige Garden’, con una disposición irregular que revela trazos del pasado urbano del lugar. Estos patios resguardan las esculturas más delicadas, a la vez que aportan luz natural a las galerías circundantes.

Los Jardines Calder ofrecen una experiencia, donde la forma, el color y el movimiento que definen las obras del escultor no se reproducen en un museo convencional. Se trata de un jardín con un edificio en su interior que se revela gradualmente como una serie de espacios diferenciados, con lugares inesperados como los jardines rehundidos. Los criterios expositivos huyen de la concepción clásica de las galerías, y cada rincón —desde la escalera hasta los pasillos— se aprovecha para colocar las piezas de arte.