Andreu Buenafuente ha vuelto este jueves a La 1 con la segunda temporada de Futuro imperfecto, el programa donde analiza la actualidad desde una perspectiva humorística. Sin embargo, en el estreno de esta noche, el humorista ha sorprendido a muchos con un arranque que nadie se esperaba. Ni chistes fáciles, ni bromitas baratas para que el público vaya entrado en calor: sentado en el borde del escenario, ha pedido permiso para hablar “fuera del programa” con un monólogo tan crudo como lúcido, que muchos, siempre en las redes sociales, ya han bautizado como «un discurso para ver en bucle” una y otra vez.

Buenafuente arrancó la noche bromeando, incluso, sobre su edad: “Antes de empezar el programa y desplegar toda la comedia que podamos o sepamos hacer, quería compartir con vosotros una pequeña reflexión. Esto no es programa y si no les importa, me siento un momento, porque quieras que no la edad se va notando”. Fue el primer aviso de que la noche del regreso de Futuro Imperfecto no iba de risas ligeras.

“A partir de ahí, confesó lo que significa estar un tiempo sin programa: «No hay nada peor que un cómico parado. A mí en mi casa no me escucha nadie, me dan órdenes y yo las cumplo. Pero mis opiniones se me van quedando dentro y digo: esto va a petar”, confesó. Esa fue la mecha de un repaso que ha estado bien lleno de dardos directos y muy poco complacientes contra la política y el clima «irrespirable» del mundo. Hubo hasta un guiño a la ‘cancelación’ de Jimmy Kimmel: “Si no mira lo que le ha pasado, que esta mañana le han dicho, ¿sabes contar? Pues no cuentes con nosotros. Le han suspendido el programa. Sí, sí, sí”, recordaba Buenafuente.

No obstante, el grueso del monólogo de Andreu Buenafuente se concentró en la política española, contra la que cargó por la deriva verbal de algunos representantes: “Cuando un responsable político de primer nivel compara las protestas de Madrid en la Vuelta a España con el cerco de Sarajevo, donde murieron miles de personas, se convierte automáticamente en un irresponsable político. Y no veo humor ahí”. Poco después, volvía a disparar otra andanada de reproches: “Cuando otro habla de enterrar un partido en una fosa, a mí me agrede personalmente. Tampoco hay humor ahí. No hay humor”, señalaba en alusión a las palabras de Miguel Tellado contra el Gobierno realizadas en un acto del PP celebrado en Pamplona este verano.

La referencia no era gratuita. Buenafuente recordó a su abuelo, fusilado, y que aún está enterrado, sin identificar, en una fosa: “Mi abuelo Mariano sigue sin poder ser identificado en algún campo del Maestrazgo, como miles y miles de soldados republicanos que cayeron en combate. Así que por favor, no hablen así de las fosas”. Desde ese momento, el presentador de Futuro Imperfecto trazaba un diagnóstico demoledor de la política en España: “La banalización de la ignorancia nos hace peores. No tenemos valores, no tenemos pasado y, por lo tanto, no tenemos presente. O el presente que tenemos es una mierda”, remataba entre aplausos.

No se olvidó de las catástrofes naturales que han sacudido España recientemente: “Los peores incendios de nuestra historia han dejado un reguero de escaqueos. Aquí siempre la culpa es del otro, como la DANA. Esto es una doctrina trumpista: no admitas un error, no debatas, simplemente ataca, ataca, ataca, muerde y destroza», antes de rematar con la idea de que la política ha «conseguido que no haya rivales, solo enemigos». 

«Yo no me he peleado nunca. Ahora, el día que me pelee va a salir todo. Pero pelearme, yo no me he peleado nunca. Yo no quiero enemigos. Yo solo quiero que mi país sea un sitio justo y razonable», porque, continuaba Buenafuente, «a mí no me gusta un país donde se normaliza y se celebra llamar hijo de puta a tu presidente. No estoy a gusto, me agrede. Que responda por sus actos en las urnas o en los tribunales. ¿Qué hay corrupción? Que se investigue, se juzgue, venga de donde venga. Igual eso es lo único en lo que estamos de acuerdo”, apuntaba entre aplausos.

El discurso de Buenafuente tampoco esquivó el tema central de la política internacional y denunció la falta de reacción internacional por el asedio de Israel sobre Gaza: “Por no hablar del funambulismo de muchos por no admitir el genocidio, que hasta la propia ONU ya lo acaba de cualificar hace pocas horas. ¿Quién es la ONU para decirlo? ¡Coño, la ONU!”, apuntó con sorna el presentador de Futuro Imperfecto: “Yo veo las imágenes de Gaza y, como decimos en Cataluña, em cau un colló per cada camal. Que, traducido, es se me cae un huevo por cada pernera”, lo que provocó una ovación del público.

Hubo también una declaración de principios sobre la propia televisión: “Lo que sí hemos dicho este año es no dejemos entrar a todo lo que atente contra los mínimos valores de humanidad y de civismo. El exabrupto, la declaración para llenar telediarios. Con tu pan, te la comas”, al que le siguió un cierre que suena a leitmotiv de temporada: «Esto no va de partidos, va de no sentir vergüenza ajena”, despidió Buenafuente.

“Simplemente genial»

El discurso de Buenafuente ha empezado a correr como la pólvora en las redes sociales en las que lo ha compartido TVE, donde son muchos los usuarios que han compartido comentarios muy en sintonía con el tono del discurso: “El monólogo de Buenafuente en #FuturoImperfecto es para verlo EN BUCLE”, señalaba uno de los más repetidos.

Otros celebraban el giro serio y el retrato de la crispación política: “Simplemente genial. Por fortuna, la sensatez va ganando terreno. Y lo que venimos viendo una respuesta desmesurada..un genocidio, lo estamos denunciando cada vez con más fuerza”, resumía otro espectador. “Yo creo que somos muchos los que nos sentimos así de avergonzados por el circo que tenemos delante, lleno de odio. Bravo, bravo y bravo”, apuntaba otro.

Incluso hubo quien tiró de ironía para subrayar el contraste entre el papel del cómico y el de los políticos: “Tiene narices que tenga que venir un ‘payaso’ (entonado como a él le gusta, y dicho con todo el cariño) a soltar verdades, a poner cordura y a recuperar la decencia que muchos medios teóricamente serios han perdido”.

El arranque de Andreu Buenafuente encaja a las mil maravillas con la gran novedad de esta temporada: Futuro imperfecto se graba ahora los jueves por la tarde, apenas unas horas antes de su emisión. TVE quiere evitar fiascos como el de la primera temporada, cuando la dimisión de Santos Cerdán pilló al programa grabado y tuvieron que avisar a los espectadores con un rótulo: “Programa grabado antes de la dimisión de Santos Cerdán. Rogamos a los políticos que respeten nuestro calendario de producción”.

Además, RTVE coloca a Buenafuente de nuevo frente a Supervivientes y La Revuelta en una batalla del prime time que promete guerra. La pública llega en buen momento tras el estreno de Los archivos secretos del NO-DO y refuerza el formato con caras conocidas como Silvia Abril, Tamara García Romero, Raúl Cimas o Sergi Estella, a los que se sumarán cómicos invitados. Incluso se han guardado una novedad: por primera vez el programa saldrá de Terrassa para grabar en otra ciudad.

La primera entrega, titulada “Estamos de vuelta”, repasó el verano con música, sátira y las colaboraciones habituales. Pero lo que se lleva todos los titulares es ese prólogo inesperado: ocho minutos de monólogo serio que ya circulan por redes sociales como prueba de que Buenafuente ha vuelto más incómodo y más libre que nunca.