El final de la Vuelta a España ha venido unido a noticias preocupantes para el futuro del ciclismo en España. Algunas autoridades políticas han afirmado a los medios de comunicación que no quieren tener carreras en sus ciudades o regiones si el equipo Israel – Premier Tech está en la línea de salida, lo que nos lleva a un callejón casi sin salida que intentaremos analizar en este artículo.

El equipo Israel – Premier Tech será WorldTeam en 2026, 2027 y 2028. Por tanto, no sólo tiene el derecho a correr pruebas como el Tour de Francia (con salida en Barcelona) o la Vuelta a España. La ley es todavía más contundente: ¡están obligados a participar! Así que ese punto no va a cambiar. Puede ser que el equipo modifique su denominación oficial o su indumentaria o puede que no lo haga. Pero la estructura estará en la línea de salida del Tour y de la Vuelta.

A partir de ahí, instituciones como el Ayuntamiento de Barcelona o los cabildos canarios deben decidir si quieren organizar etapas del Tour de Francia y la Vuelta a España. En sus primeras declaraciones públicas, han apuntado a que no quieren hacerlo. Eso significará un golpe mediático positivo o negativo, según la perspectiva de cada uno. Algunos pueden considerar que ese efecto será bueno porque significa un boicot a Israel, pero otros pueden pensar que no dice mucho de España que no sea capaz de organizar con un mínimo de seguridad un evento internacional deportivo.

Pero, ¿y ASO? ¿Qué hará el organizador del Tour de Francia y de la Vuelta a España? En el caso del Tour, ASO tiene una solución muy sencilla: hay lista de espera de ciudades que quieren acoger una salida de una etapa del Tour y todavía más la salida oficial, con tres etapas y con la repercusión mediática que eso significa. Así que traducido para que todo el mundo lo entienda: no podemos afirmar que Barcelona necesite al Tour de Francia, pero lo que es seguro es que el Tour de Francia no necesita de Barcelona. Pero, ¿y la Vuelta? ¿Qué ocurre con la Vuelta?

Ese es el principal problema en todo este asunto. Si los equipos, la organización, los ciclistas, los medios de comunicación y el Gobierno de España no son capaces de generar otro clima, no tiene sentido organizar la carrera en 2026. El bochorno de 2025 no puede volver a repetirse. ¿Significaría la desaparición de la Vuelta? Eso es harina de otro costal. No hay que olvidar que estamos hablando de una empresa multinacional como ASO, que ha vivido problemas de todos los colores y que no querrá renunciar a un nombre y a unas fechas en el calendario. Una situación mucho más dramática le sucedió con el rally París-Dakar y buscaron alternativas.

El rally Dakar sufrió atentados terroristas en las zonas de paso (no comparamos eso con lo sucedido en la Vuelta de 2025) y la organización se vio obligada a buscar soluciones para no perder dinero y mantener la base de su negocio. Durante años, ASO viajó hasta América para organizar el Dakar, nombre de una ciudad… africana a la que no viajaban. Ahora, los petrodólares han llevado el Dakar hasta Arabia Saudí, por lo que de nuevo nos olvidamos de la ciudad de Dakar. Se mantiene la marca… pero se compite en otros continentes y se mantiene el negocio. El precedente está encima de la mesa. Hay muchos meses para buscar soluciones, pero si la Vuelta de 2026 se parece a la de 2025, es evidente que en 2027 no tendremos la Vuelta en España. O dicho de otro modo: el ciclismo sobrevivirá con o sin paso por territorio español.