La Feria de la Antigua, en Guadalajara, comprende cuatro festejos, con carteles bien combinados. Por desgracia, en la primera corrida, los percances fuerzan dos cambios. A última hora, se cae del cartel Manzanares, lesionado en una costilla, y le sustituye el joven Marco Pérez. Hace días, llegó la gran decepción por el parón de Morante, todavía no recuperado de la cornada de Pontevedra: le sustituye Borja Jiménez.
Se espera que el diestro de la Puebla reaparezca este viernes en Salamanca. Le quedan dos citas importantes: en la sevillana Feria de San Miguel, el domingo 28, alternando con Roca Rey. En Madrid, el día del Pilar, con una doble actuación (por la mañana, festival; por la tarde, corrida) que ha disparado todas las expectativas.
La primitiva Plaza de Guadalajara se abrió en 1860; se reinauguró en 1957, con una corrida que toreó Luis Miguel (lo vio desde una barrera Rita Hayworth). Es Plaza de segunda categoría, con la escasa exigencia que eso supone, pero acuden a ella numerosos buenos aficionados de Las Ventas, que luego cuentan lo que han visto: a los diestros les conviene dejar buena impresión.
En tarde de mucho calor, con una muy buena entrada, los toros de El Capea, de encaste Murube, que han triunfado reiteradamente en los festejos de rejones, salen nobles, en general, pero justos de fuerza y casta; apenas los pican. Borja Jiménez, muy seguro, corta dos orejas y pierde otras dos por la espada. Marco Pérez, voluntarioso y bullidor, falla con los aceros. Talavante queda inédito. El festejo dura dos horas y cuarenta minutos: un disparate, aunque lo veamos tantas tardes.
Por las ausencias de Morante y Manzanares, encabeza la terna Talavante. Esta temporada, ha elegido un estilo muy personal y no se sale de ahí: si, toreando así, corta trofeos, ¿para qué va a cambiar? Algunos elogian su inventiva. Yo no logro entenderlo.
Devuelto por flojo el primero, que había recibido una cornada en los corrales, el sobrero de Gavira flaquea, embiste sin celo alguno, pasa por allí sin emplearse: es imposible la emoción. Ha sido el polo opuesto de lo que debe ser una faena. Alejandro mata fácil.
Cuando sale el cuarto, llevamos hora y media para tres toros: ¡qué horror y qué error! El toro sale suelto y Talavante lo deja pasar, en vez de fijarlo; hace floja pelea en varas; no dice nada en absoluto. Se lo quita de encima Talavante a la primera. Resumen: nada.
Borja Jiménez se ha ganado la sustitución por su entrega y su regularidad. Sólo la espada frena su éxito algunas tardes, a la hora de cortar trofeos, por entrar a matar desde tan lejos (para mí, es un error, no entiendo que persista en él).
En el segundo, se luce en dos rotundos pares Iván García. El toro sale suelto pero es noble y Borja lo aprovecha: se muestra muy seguro y mandón, no le deja rajarse a tablas. Entra a matar desde muy lejos, da cuatro pasos antes de llegar a la cara del toro pero deja una buena estocada: dos orejas (generosa, la segunda).
Al quinto, el más alegre, sólo le señalan un picotazo. Brinda a El Capea. Dándole distancia, manda en muletazos de mano baja, se muestra mandón y entregado; a veces, se acelera pero el conjunto conecta mucho con el público. La faena ha sido más completa que la primera, tiene las orejas en el bolsillo pero falla al matar. Entrando desde tan lejos, lo normal es que el toro levante la cabeza y no le deje meter la espada. Él sabrá cómo no corrige lo que para mí es un error evidente. Puede redondear una gran temporada en San Miguel y en la Feria de Otoño, si no falla con la espada.
En su primera temporada como matador, el joven Marco Pérez está cosechando éxitos con un estilo bullanguero, populista. Ha de mejorar en la suerte suprema y sería bueno que evolucionara buscando más la calidad.
El tercero sale distraído. Brinda a Carlos Herrera. Muletea con oficio fácil, variado. Abusa de los remates yéndose del toro. Como éste se para pronto, recurre a los manidos muletazos invertidos, echando el toro hacia fuera, que tan poco me gustan. Mata a la segunda, defectuoso, y escucha un aviso.
El último también sale huido y las chicuelinas no ayudan a sujetarlo. Como este toro se mueve, comienza con los cambiados por la espalda, que ahora parecen inevitables; en los medios, con oficio y listeza, da muchos muletazos voluntariosos. Acaba otra vez con los invertidos y el arrimón: lo que ahora hacen casi todos, imitando a Roca Rey. Mata a la segunda, falla con el descabello y escucha otro aviso. Ha de mejorar, con la espada.
En una tarde muy calurosa, un festejo de dos horas y cuarenta minutos se hace interminable. Los toros nobles pero justos de fuerza y casta, a los que apenas se pica, transmiten muy poca emoción. Los jóvenes diestros debieran buscar la calidad, más que la cantidad, y entrenar más la suerte suprema.
POSTDATA. Este domingo vuelve a Las Ventas el diestro catalán Serafín Marín. Llevando al extremo la nueva norma del Gobierno, ¿podía haber exigido que la negociación para contratarlo fuera en catalán? A partir de ahora, ¿tendrá que tener Plaza Uno empleados que dominen todas las lenguas de España, por si lo exige un diestro gallego o vasco? Además de inconstitucional, es un disparate mayúsculo. Cuando se pierde el sentido común y se acepta todo, con tal de mantenerse en el poder, las ocurrencias que vemos cada día superan con mucho al esperpento, al teatro del absurdo y a la tragicomedia grotesca. Pero todo eso le parece estupendo al Ministro de Cultura…
FICHA
- Guadalajara, Feria de la Antigua, coso de Las Cruces. Jueves 18 de septiembre. Muy buena entrada, en tarde muy calurosa
- Toros de El Capea (4º) y Carmen Lorenzo (2º, 3º, 5º y 6º): en general, nobles pero sosos, justos de casta; el mejor, el quinto. Primero, un sobrero de Gavira, sin raza ni fuerza.
- TALAVANTE, de azul y oro, en el primero, pinchazo y estocada (silencio). En el cuarto, estocada contraria y descabello (silencio).
- BORJA JIMÉNEZ, de verde y oro, en el segundo, buena estocada (dos orejas). En el quinto, dos pinchazos y media (silencio). Sale a hombros.
- MARCO PÉREZ, de lila y oro, en el tercero, pinchazo, estocada defectuosa y cinco descabellos (aviso, silencio). En el sexto, pinchazo, media tendida y cuatro descabellos (aviso, palmas).