El operativo diseñado para proteger a los ciclistas de la Vuelta Ciclista a su paso por Madrid recortó efectivos días antes de la prueba. Un total de 25 motoristas de la Unidad de Intervención Policial (UIP) que iban a escoltar el pelotón fueron retirados.

Fue la delegación del Gobierno quien, apenas 48 horas antes de su celebración, diera estas órdenes a quienes se iban a situar delante del pelotón para «limpiar» el recorrido, controlando que nadie entrar a la carrera, señalan fuentes sindicales a El Mundo. Estos declaraban que tenían claro que no iba a desplegarse un número similar de efectivos que el de la Cumbre de la OTAN, con 1.100 agentes.

Un policía en la manifestación propalestina por la Vuelta en MadridDPA vía Europa Press


El pelotón de ciclistas durante la 21 etapa de la Vuelta ciclista a España 2023

Sin embargo, no fueron las únicas directrices, denunciando que el operativo de seguridad se diseñó al revés. Se reubicó a los equipos Puma a lugares secundarios pese a que son la unidad más experimentada en control de escenarios críticos y multitudes. La primera línea quedó al cargo de antidisturbios que llegaron desde Valencia.

Por otro lado, la caballería fue situada en El Pardo, mientras que las fuentes policiales alegan que su presencia hubiera sido más efectiva en las zonas donde se situaban los más radicales. Así, señalan que el Ministerio del Interior tan solo desplegó 11 grupos en la capital, cuatro de la Unidad Central de Intervención y el equipo de valenciano, apuntando que solo en los partidos de fútbol u otros eventos de alto riesgo se movilizan muchos más.

El pelotón de la 80 edición de la Vuelta a España detenido de manera abrupta a unos en el centro de MadridEFE

De la misma forma, aluden a que los agentes recibieron órdenes de actuar tan solo cuando ocurrieran agresiones directas. Esto abría la puerta a los violentos sin que recibieran una respuesta rápida. Los sindicatos mencionan que en las imágenes se ve como después del lanzamiento de vallas en el paseo de la Castellana, los agentes dan la espalda a la multitud e incluso se retiran, un proceder que nunca ocurre.

Un policía por cada 300 personas

Cuando la situación empezaba a ser insostenible, fue cuando se retiraron para equiparse, aunque sin escudos y sin refuerzos suficientes, comentando que había un policía por cada 300 personas aproximadamente. Tampoco entienden la ausencia de cargas y que no los retiraran a las bases mientras recibían la lluvia de todo tipo de objetos: cascotes, vallas, botellas, latas… Igualmente, los propalestinos pincharon las ruedas de tres coches, al menos, retrasando la llegada del material antidisturbios.

Otra de las actuaciones habituales que no se llevó a cabo fue el embolsamiento, aunque estaban identificados, de los colectivos más violentos. Los sindicatos policiales se quejan de que se puso en riesgo a los corredores, el público y a los mismos agentes, culpando a las decisiones políticas de lo ocurrido.

Mientras tanto, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmaba que el «dispositivo fue absolutamente suficiente». «Tened en cuenta que uno como el de la capital de España, no se había desplegado desde la conferencia de la OTAN de 2022. Creo que ese dispositivo y esas circunstancias hablan por sí mismas», proseguía. Felicitó, del mismo modo, a los policías por «el trabajo desarrollado» en medio de «una situación absolutamente compleja, como siempre hace, en términos de proporcionalidad».

Por su parte, el delegado del Gobierno, Francisco Martín, niega haber estipulado no usar la fuerza durante la Vuelta. Tampoco se acordó de los policías heridos en su discurso.