El yo-yó del rendimiento de Aston Martin en 2025, más veces abajo que arriba en el promedio del año, se encuentra en Bakú aparentemente en uno de sus puntos más bajos, quizá solo por delante de aquellos nefastos fines de semana en Miami y Bélgica. El AMR25 sufre en demasía en circuitos donde las curvas rápidas no imperan y las rectas largas son la norma, una auténtica receta para el desastre en este Gran Premio de Azerbaiyán.
En otros viernes se ha predicado que los resultados, a menudo con los Aston Martin rondando el top 5, no eran una representación realista del rendimiento del coche, y seguramente tampoco lo sean en esta ocasión. Pero los números no son nada alentadores, sin que ninguno de los dos coches pasara de la 15ª plaza conseguida por Fernando Alonso en la fracturada primera sesión del día. En la segunda, pese a mejorar más de un segundo, Alonso se encontraba en 19º lugar, mientras Lance Stroll se mantenía constante en el puesto 17.
Situado en ambas sesiones a segundo y medio del mejor tiempo, y en ninguno de los casos con comparativas que muestren el verdadero ritmo de McLaren, Alonso solo batió en los segundos libres a Franco Colapinto, cuyo ineficiente Alpine sigue demostrando por qué es el peor coche de la temporada. No anda mucho mejor la máquina del Team Silverstone, y así lo atestigua Alonso en sus escuetas palabras sobre la jornada.
«No es ninguna sorpresa, sufrimos en este tipo de circuitos. Necesitas eficiencia en esta clase de trazados, y no era nuestro fuerte en Spa ni en Monza», comentó el piloto asturiano, que vaticinó otro escenario donde se podría dar una repetición de esta situación dentro de pocos meses. «Será lo mismo en Las Vegas. Son curvas de velocidad muy baja junto a rectas muy largas, con lo que necesitas equilibrar la carga aerodinámica y el drag, y ahí es donde necesitamos mejorar».
«Viendo los tiempos, parece que aún tenemos algo de ritmo por encontrar este fin de semana. Veremos qué podemos encontrar por la noche», sentenciaba Alonso, casi a modo de eufemismo por la notoria falta de velocidad y, sobre todo, de estabilidad que presentaba su vehículo, palpable en cada uno de sus planos onboard. El asturiano ya sabe lo que es hacer caldo azerí con pocos ingredientes, como demostró hace ya varios años en McLaren, pero necesitará sacar toda su experiencia en los ‘fogones’ para que no se le indigeste.