François Truffaut se quejaba del «cine de papá», el confortable academicismo en el que el cine galo parecía instalado en 1954. Aunque, como prueban El pequeño salvaje o La piel dura, la infancia y la educación formaban parte de sus preocupaciones, es probable que La primera escuela no hubiera sido objeto de la más laudatoria de sus críticas en Cahiers du Cinéma.
Como Delicioso, esta nueva película de época dirigida por Éric Besnard y coprotagonizada por Grégory Gadebois –uno de esos actores de la Comédie Française, de impecable dicción–, ilustra lo que sería aquel academicismo a día de hoy: todo está bien –una ambientación histórica y rural envolvente, una fotografía tan relamida como impresionante–, aunque le falta garra y todo discurre según lo previsto, atemperado por los buenos sentimientos.
Alexandra Lamy, también competente, es la maestra con un oscuro pasado –formó parte de la Comuna, y pagó por ello–, que trata de imponer la educación obligatoria en una aldea de la Francia profunda a finales del siglo XIX. Al principio los pupitres están vacíos, pero poco a poco… Una película que se ve con gusto, y no hace daño a nadie, incluso nos recuerda que la escuela para todos no fue algo que se consiguió así como así.
Título ‘La primera escuela’
- Director
Éric Besnard
- Género
Drama
- País
Francia
- Sinopsis
Francia, finales del siglo XIX. Louise Violet es una profesora parisina, enviada a la campiña francesa. En un lugar donde la vida cotidiana está ligada a las estaciones, la tierra y los cultivos, primero deberá convencer a los habitantes para que envíen a sus hijos a la escuela. Con la ayuda del alcalde, los padres y sus hijos acaban por aceptarla. Pero pronto, su pasado la alcanza. A pesar de los obstáculos, la señorita Violet se entregará en cuerpo y alma a su creencia: la educación es la clave de la libertad.
- Guión
Éric Besnard
- Duración
109 min
- Distribuidora
A Contracorriente
- Estreno
19 de septiembre
-
Reparto:
Alexandra Lamy, Grégory Gadebois, Jérôme Kircher