19/09/2025
Actualizado a las 19:47h.
Había bastante expectación entre la prensa alemana sobre si Sánchez lograría arrastrar al canciller alemán a posiciones más hostiles contra Israel durante su visita a Madrid. Todos los periódicos germanos constatan hoy que el presidente español lo intentó, pero destacan que el desencuentro persistió entre ambos jefes de gobierno.
El semanario progresista ‘Der Spiegel’ titula la información sobre la reunión bilateral: «¿España? Merz tiene que pensar en su infancia», sugiriendo que el canciller recurrió a la mención a las vacaciones familiares de su niñez en Cullera para destensar la confrontación argumental. «El canciller Merz y el presidente del gobierno español Sánchez están siguiendo un curso fundamentalmente diferente hacia Israel. Durante su visita inaugural a Madrid, los dos ni siquiera intentaron ocultar su disidencia», firma desde Madrid Marina Kormbaki para el semanario.
«Merz se enfrenta a diferencias de opinión sobre la guerra de Gaza en España», informa el diario ‘Frankfurter Allgemeine Zeitung’, que encabeza su artículo con las declaraciones de Merz en las que reconoció durante la rueda de prensa que «No es ningún secreto» que el gobierno alemán y el gobierno español sacan «conclusiones diferentes».
«Mientras el presidente del gobierno español habla de genocidio y barbarie, Merz enfatiza la solidaridad de Alemania con Israel e insiste en que el reconocimiento de un Estado palestino no está en debate en Berlín», explica la información del canal de televisión alemán de formato todo noticias ‘N-tv’.
El diario ‘Die Welt’, por su parte, enfatiza el desacuerdo con Sánchez y las diferencias de opinión entre los dos gobiernos y explica que Sánchez ha expresado su «admiración» por los manifestantes propalestinos que forzaron la interrupción de la etapa final de la vuelta en bicicleta de La Vuelta con sus protestas el domingo.
Solamente el diario de Múnich ‘Süddeutsche Zeitung’ alaba en su titular que «La relación entre Berlín y Madrid goza de la mejor salud», aunque su autor, Patrick Illinger, reconoce que se trata «más de una unidad táctica que ideológica» en torno a «un importante proyecto de armamento», en referencia al FCAS. Se trata del proyecto militar más ambicioso de Europa, con un presupuesto estimado de más de 100.000 millones de euros, y su objetivo es desarrollar un sistema de combate aéreo de sexta generación que incluya un nuevo caza furtivo que sustituya al Rafale (Francia) y al Eurofighter (España y Alemania), drones de combate capaces de operar en enjambre y una nube digital de combate que conecte todos esos elementos en tiempo real.
Las empresas involucradas son Dassault Aviation (Francia), Airbus Defence and Space (Alemania) e Indra (España), pero Francia se empeña en controlar el 80% del proyecto, y los jefes de Alemania y España muestran la unidad necesaria para defender una participación igualitaria, como se pactó al inicio del proyecto.
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