El exguardameta internacional Santiago Cañizares ha vuelto a abrirse en canal para hablar de uno de los momentos más dolorosos de su vida. A sus 55 años, el que fuera portero de Celta, Real Madrid, Valencia y de la selección española visitó este viernes los estudios de COPE, donde conversó con Herrera sobre la pérdida de su hijo Santi, fallecido el 23 de marzo de 2018 a los cinco años tras año y medio de lucha contra un tumor cerebral.

Cañizares, también colaborador de Radio MARCA, recordó cómo era su hijo y el impacto que dejó en la familia: «Santi siempre fue un niño muy especial, distinto a los demás. Tenía reacciones que nos desconcertaban. Iba feliz al colegio, pero al llegar a la puerta se paraba en seco. Un día me dijo: ‘Papá, yo no he venido a aprender, he venido a enseñaros. No estaré aquí mucho tiempo’», relató emocionado.

El exfutbolista explicó que, pese a la dureza del proceso, los meses de tratamiento le sirvieron para comprender que su hijo había llegado con un propósito: «Durante esos dieciocho meses entendimos que su mundo no era este, que quizá había venido a cumplir una misión y que todo tenía un sentido».

Aunque el tiempo ha pasado, el dolor sigue acompañándole. Sin embargo, asegura que lo sostiene una convicción profunda: «Sé que la muerte no es el final. Lo creo porque siento a mi hijo cerca. Cuando estoy mal, le pregunto y me ofrece respuestas».

Cañizares subrayó que esa conexión se hace más evidente en los momentos de mayor incertidumbre: «Cuando me encuentro ante un problema serio, cuando no sé qué camino escoger, busco su ayuda y él siempre me envía una señal. Nunca me ha fallado. No me ayuda a decidir qué comer, pero sí en lo importante, en lo que marca el rumbo. Por eso tengo claro que la muerte no lo termina todo».