Irene es una adolescente, hija de padres divorciados, a quien envían a un internado del sur de Inglaterra para alejarla de la tragedia familiar. En estas circunstancias de sentimiento de abandono y lejanía, sufre un juvenil e inocente desengaño amoroso y cree que su vida ya no tiene sentido; es más, está convencida de que lleva el fracaso escrito en los genes.
La Galera (2025). 280 páginas
La gramática del amor
La joven protagonista es una chica a la que le gusta leer y escribir, una romántica de libro que, tras una triste humillación sufrida en el aula, es «castigada» por su profesor de gramática inglesa a asistir todas las semanas a su despecho para leer y trabajar sobre unas obras concretas de literatura universal. De esta manera, de forma suave y progresiva, le propone adentrarse en lo que él denomina «la gramática del amor», al mismo tiempo que le aconseja entrenar atletismo tres veces por semana.
De esta forma tan poco convencional, comenzarán unas semanas de ejercicio profundo, tanto físico como mental, que sumergirán a Irene en la lectura de siete clásicos de la literatura que tienen mucho que aportar al tema del amor; así mismo, ella madrugará y correrá con ganas en las pistas de atletismo, como huyendo de sí misma.
Irene descubrirá los magníficos paisajes de Cornualles, al mismo tiempo que conocerá en qué consiste el verdadero amor a través de la lectura guiada de siete famosas novelas. La primera lección a la que se enfrenta es de un novelista japonés contemporáneo, Haruki Murakami, con su novela Al sur de la frontera, al oeste del sol. En concreto, este autor centrará sus pensamientos en la importancia del primer amor y en cómo este modela la vida de una persona.
Jane Austen, con Orgullo y prejuicio, se aliará con Irene en la defensa de los sentimientos universales, en los que todos los hombres se reconocen. Nuestra protagonista defenderá ante su profesor e incluso ante sus compañeros, que el amor debe seguir existiendo, a pesar de que la moda actual se ciña a lo pasajero.
Atormentada por una honda tristeza, con la Carta de una desconocida, de Stefan Zweig, aprenderá a expresar con claridad sus temores en lugar de guardarlos para sí, pues entenderá que los sentimientos que no se expresan pueden acabar devorando a cualquiera.
La lectura de Las desventuras del joven Werther irá acompañada de una lección de pintura alemana romántica y de la explicación del Sturm und Drang. Con otras de las novelas sugeridas, aprenderá que la amistad es otra forma de amar, incluso más pura y generosa.
Entre la literatura, la naturaleza, el deporte y la música de todos los tiempos —desde Rachmaninoff hasta The Muse, pasando por Sinatra—, y a través de los lazos de amistad, compañerismo e incluso rivalidad que surgen entre los alumnos del internado, Irene irá aprendiendo a perdonarse, a conocerse en lo más profundo y a levantarse tras cada caída, sanando las heridas que dejaron tanto el amor como la amistad.
Considero que es una novela ideal para adolescentes que comienzan a conocerse a sí mismos y a explorar el mundo del amor. Ofrece una forma novedosa y amena de acercarlos a una pequeña parte de la literatura clásica. Sin embargo, un lector adulto podría sentirse distante de esos sentimientos intensos y cambiantes propios de los adolescentes.
La prosa es clara, sencilla y eficaz, pensada sobre todo para lectores jóvenes, pues es una obra sin artificios literarios y podría defraudar a un público adulto. La estructura, de capítulos cortos y ritmo ágil, facilita una lectura rápida e inmersiva. Por último, visualmente, la edición destaca por sus ilustraciones atractivas.
Un punto crítico es que muchos personajes, especialmente los secundarios, se quedan en un plano superficial y no se profundiza en ellos, simplemente, cumplen con su labor en la trama. La novela entrelaza múltiples referencias a obras clásicas del Romanticismo, y Rocío Carmona utiliza fragmentos y resúmenes para ilustrar reflexiones sobre el amor. Sin embargo, esto conlleva que se revelen tramas completas de los libros mencionados, lo que puede molestar a lectores que esperan descubrirlas por sí mismos.
En conclusión, es una novela juvenil delicada, un tanto ligera por la actitud de los mismos personajes, que combina el universo adolescente con el amor por la literatura. Por otro lado, es muy rica en referencias a clásicos, y propone reflexiones sobre el amor y la pérdida. Puede resultar predecible, pero ofrece una lectura emotiva. Para mí, lo mejor de todo es que introduce a los jóvenes en la literatura clásica de una forma muy accesible.