No están siendo días fáciles para Kiko Rivera tras anunciar su separación de Irene Rosales después de once años. A pesar de que la relación siempre ha estado en el punto de mira, ambos habían superado varios conflictos personales y hasta incluso infidelidades. No obstante, parece que ya no ha vuelta atrás, especialmente por parte de ella.
La revista ‘Semana’ comunicó que «la ruptura se ha producido en términos cordiales y no hay terceras personas implicadas«. Aparte, ambos comparten el mismo pensamiento: lo más importante son sus hijas. «Son la mayor prueba del amor que hubo, y seguirán siendo el motor que nos una de por vida. Seremos padres siempre», comunicó el artista.
El colaborador del programa ‘Fiesta’ Saúl Ortiz ha desvelado que la «separación es un hecho y eso no va a cambiar», aunque «Kiko tenga deseos de regresar con la madre de sus hijos».
Chalet con parcela y piscina
Una de las primeras decisiones que ha tomado el hijo de Isabel Pantoja tras la separación es comprarse un chalet unifamiliar en Mairena de Aljarafe con parcela y piscina. «Por el que habría pagado en torno a 500.000 euros«, reveló el colaborador del formato de Telecinco.
El artista ha movido ficha para intentar estar más cerca del municipio en el que viven sus hijas con Irene Rosales, concretamente a tan solo siete kilómetros de distancia.
El artista ha adquirido el chalet unifamiliar en Mairena de Aljarafe, donde todas las viviendas no bajan del medio millón de euros. Según una reportera de ‘Fiesta’, es una zona «en la que reina la tranquilidad».
¿Intereses económicos?
Algunos colaboradores del programa apuntan a que es una decisión para estar más cerca de la madre de sus hijos, pero para la colaboradora Mónika Vergara se trata únicamente de intereses económicos.
«Irene Rosales vive con sus hijas de alquiler, qué extraño que Kiko haya esperado a separarse de Irene para comprar una casa, huele a que no quería comprarse algo mientras estaba con ella por lo que pudiera pasar de cara a una separación», destapó en ‘Fiesta’.