Las maneras en las que los jóvenes se vinculan con la política pueden ser un verdadero enigma para los adultos. Y si no, que levante la mano el que hubiera sospechado que dos eventos determinantes a nivel global de los últimos días, la revuelta de la generación Z en Nepal y el asesinato de Charlie Kirk, iban a estar vinculados a una misma plataforma digital alejada del mainstream.

De la inteligencia artificial (IA) a las redes, la relación entre la tecnología y los procesos políticos cambia a la velocidad de la luz. Si en 2009 el mundo se enteró de cómo los manifestantes se organizaban por Twitter durante las protestas en Irán y en 2016 el escándalo de Cambridge Analytica demostró hasta dónde llegaba el poder electoral de Facebook, 2025 bien podría marcar un hito como el año en que un país, Nepal, eligió a su primer ministro por Discord.

Discord es una plataforma de mensajería y redes sociales lanzada en 2015 por Jason Citron y Stan Vishnevskiy en San Francisco. Originalmente, fue creada para que los usuarios de videojuegos pudieran comunicarse fácilmente mientras jugaban. Pero durante la última década se fue transformando y pegó un salto importante durante la pandemia, como un lugar que ayudó a comunidades a mantenerse conectadas. Hoy tiene más de 200 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo.

El CEO de Discord, Jason Citron, a la izquierda, junto a otros líderes de tecnológicas en una audiencia en el Congreso norteamericanoJose Luis Magana – FR159526 AP

“Lo particular de este tipo de tecnología es que funciona en servidores: para poder participar alguien debe invitarte a ingresar. A diferencia de plataformas abiertas como Twitter o Facebook, estos son espacios cerrados que generan comunidades con una lógica propia, centradas en temáticas específicas y con moderadores, lo que además permite que no sean fácilmente monitoreadas desde afuera”, dice a LA NACION Juan Ignacio Belbis, profesor de la maestría en Comunicación Política de la Universidad Austral.

El hecho de que a los espacios se acceda por invitación puede ofrecer una sensación de mayor seguridad y cercanía en comparación con plataformas de difusión masiva, como X, Facebook o Instagram. Además, al no tener feeds infinitos, Discord no tiene un flujo interminable de contenido, lo que la vuelve más atractiva para discusiones específicas.

Un stand de Discord en una convención en San FranciscoJeff Chiu – AP

Aunque mantiene una fuerte base de usuarios de videojuegos, su atractivo se extendió a múltiples intereses como la música o el deporte, y también sirvió para armar comunidades que debaten temas que prefieren mantener alejados del escrutinio público, como las criptomonedas o las apuestas.

La expansión de Discord también alcanzó el terreno político, a medida que la plataforma dejó de ser un espacio casi exclusivo para gamers y comenzó a ser utilizada por activistas y grupos con agendas ideológicas. Este paso estuvo cargado de varias polémicas, que le valieron a la plataforma ser señalada como un lugar que puede incentivar conductas radicalizadas e incluso se usado como sitio de reclutamiento de grupos neonazis.

El primero de esos episodios ocurrió en 2017, cuando supremacistas blancos recurrieron a Discord para coordinar la marcha “Unite the Right” en Charlottesville, que terminó con múltiples hechos de violencia y dejó un muerto. En 2022, Discord quedó en la mira por la masacre de Buffalo, en la que un joven de 18 años asesinó a diez personas en un supermercado. El atacante utilizaba la plataforma para registrar pensamientos, conversar con conocidos y compartir memes racistas. Y el caso más resonante probablemente sea la filtración de documentos clasificados del Pentágono en 2023 por parte de un joven universitario, que expuso la seguridad nacional norteamericana.

Miembros del Ku Klux Klan estuvieron presentes en los enfrentamientos violentos en Charlottesville, Virginia, en 2017Reuters

Lejos de aceptar ser considerada como un caldo de cultivo para la extrema derecha y la radicalización, la plataforma lanzó varias iniciativas y afirma que esas actividades son minoritarias en sus servidores. “Discord hizo varias cosas, como el filtrado de grupos, han dado de baja usuarios. Pretende seguir siendo una plataforma vendible, popularmente aceptada”, dijo Belbis.

Pero volvió a quedar en el centro del debate tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. El acusado, Tyler Robinson, de 22 años, usó la plataforma pocas horas después de disparar y confesó ante un grupo privado de amigos. “Fui yo, lo siento por todo esto”, escribió, antes de anunciar que se entregaría. Discord colaboró con el FBI aportando copias de estos mensajes y datos sobre la actividad de Robinson.

Foto policial de Tyler Robinson, el presunto asesino de Charlie Kirk.

La noche anterior a su detención, Robinson también había participado en distintos chats en los que bromeaba sobre las imágenes difundidas por la policía. También trascendieron comentarios sobre la necesidad de recuperar armas y municiones escondidas, aunque la empresa aclaró que esos intercambios probablemente ocurrieron en otra aplicación de mensajería y no en su plataforma.

Discord suspendió la cuenta de Robinson por violar su política de “comportamiento fuera de la plataforma” y afirmó que no encontró pruebas de que hubiera planificado el ataque dentro de sus servidores. Sin embargo, el caso reavivó el debate sobre el rol de este tipo de espacios en procesos de radicalización de los jóvenes. El gobernador de Utah, Spencer Cox, denunció que Robinson habría adoptado posturas extremistas en “los rincones más oscuros de Internet”, entre los que incluyó foros, memes políticos y chats de Discord.

El papel de Discord en la crisis en Nepal puede verse como un contraejemplo. El arco narrativo no está exento de cierta ironía: un gobierno prohíbe las redes sociales, es derrocado por una ola de protestas y luego reemplazado por uno interino elegido a través de una de las plataformas digitales que había intentado bloquear.

“El Parlamento de Nepal ahora es Discord”, dijo un creador de contenido de 23 años citado por The New York Times, cuando la plataforma ya desempeñaba un papel central e inédito en la toma de decisiones políticas.

Manifestantes se sacan selfies frente al Parlamento durante las protestas en KatmandúNiranjan Shrestha – AP

¿Cómo se llegó hasta aquí? Después de la turbulenta abolición de una monarquía absolutista en 2008 se inició un período democrático de nuevas libertades que se fue deteriorando. Este mes, la decisión del gobierno de bloquear 26 plataformas de redes sociales desencadenó un estallido de los jóvenes de la Generación Z. El bloqueo fue la punta del iceberg de un malestar más profundo con el autoritarismo, la desigualdad y la corrupción de la élite política.

La represión a las protestas dejó 30 muertos y retroalimentó la ira. Lo que siguió dio la vuelta al mundo: el gobierno colapsó en una Katmandú en llamas. Cuando el ejército entró en acción para restablecer el orden e impuso un toque de queda, miles de nepalíes recurrieron a Discord para debatir el futuro del país.

“Discord se convirtió en un espacio de encuentro para que los jóvenes nepaleses se reunieran y debatieran el camino a seguir”, dijo a LA NACION Pranaya Rana, un periodista residente en Katmandú que escribe el newsletter Kalam Weekly.

Con el Parlamento cerrado y un toque de queda, Discord se convirtió en una suerte de asamblea en la que participaron más de 100.000 jóvenes. El punto culminante fue la selección de un candidato para ocupar el cargo de primer ministro interino hasta las próximas elecciones. Los organizadores del canal, miembros de la organización cívica Hami Nepal, se reunieron con los jefes del ejército, quienes les pidieron que propusieran un nombre. Después de horas de debates y varias encuestas realizadas en la plataforma, el grupo de Discord se unió en torno a Sushila Karki, una expresidenta del Tribunal Supremo de Nepal, conocida por su oposición a la corrupción.

Así proponían a Sushila Karki como nueva primera ministra de Nepal.

“La votación no fue vinculante, sino más bien una encuesta de percepción sobre la opinión de la Generación Z respecto a los candidatos. La decisión fue bien recibida por las instituciones estatales, especialmente el ejército y el presidente, que coincidieron en nombrar a Sushila Karki como primer ministro interino, respetando la decisión de los manifestantes de la Generación Z”, relató Rana.

Las conversaciones y decisiones tomadas en el canal de Discord fueron tan relevantes que se debatieron en la televisión nacional y se transmitieron en vivo en sitios de noticias. Shaswot Lamichhane, moderador del canal, afirmó que el servidor de Discord llegó a “negociar con el ejército”.

¿Estamos entonces ante una utopía digital de una revolución con final feliz? No tan rápido. La plataforma también enfrentó desafíos y cuestionamientos: las discusiones a menudo eran desorganizadas, caóticas y ruidosas, y los moderadores tuvieron que bloquear los llamados a la violencia y combatir las fake news.

Las manifestaciones de la Generación Z en NepalAryan Dhimal – ZUMA Press Wire

“Dado que Discord permite identidades anónimas, cualquiera puede participar en la discusión. No es necesario ser de la Generación Z ni siquiera nepalí. Además, si alguien lo desea, podría movilizar fácilmente a un grupo de personas para que se infiltren en el grupo de Discord e influyan en el rumbo de la conversación”, explicó Rana.

Pero los resultados, de todas maneras, fueron sorprendentes. Steven Feldstein, experto de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional en el papel de la tecnología en los movimientos sociales, dijo a The New York Times que el protagonismo político de Discord fue “bastante sin precedente”. Y sobre todo un logro para una camada que está haciendo sus primeras armas en política.

“Las generaciones anteriores de nepalíes, millennials y la Generación X, probablemente ni siquiera habían oído hablar de Discord hasta la semana pasada”, concluyó Rana.

El experimento también plantea el interrogante de si logrará inspirar a jóvenes en otros países. Nepal no es un caso aislado en Asia. Indonesia, Tailandia y Timor del Este son otros tres países en los que la Generación Z ha salido a la calle en las últimas semanas, por disparadores distintos, pero con un malestar con una raíz común: el descontento con los privilegios políticos.

“En muchos otros lugares del mundo, los jóvenes están completamente hartos de la política”, dijo al sitio Gzero Joshua Kurlantzick, del Consejo de Relaciones Exteriores norteamericano.

Discord parece especialmente exitosa en captar ese malestar, pero también plantea una advertencia sobre cómo tendencias y conversaciones pueden pasar totalmente inadvertidas para la mayoría de la sociedad.

“Después de la pandemia Discord fue uno de los lugares donde las ideas de Javier Milei tuvieron gran acogida. No de forma militante, sino orgánica. Ahí surgieron memes, sobrenombres. Esas conversaciones pasaron muy fuera del radar”, explicó Belbis.