A pesar de la victoria ante el Espanyol, en el Real Madrid no todos están contentos. El día en el que Vinicius recuperó la titularidad tras la suplencia ante el Olympique de Marsella en Champions, el brasileño volvió a ser sustituido en los minutos finales del encuentro.

En cuanto vio su dorsal en la tablilla del cuarto árbitro lanzó la botella de agua que estaba usando para hidratarse, levantó los brazos y se marchó directamente al vestuario. Allí estaría apenas unos minutos ya que se sentó en el banquillo para ver, desde una posición que no le gusta, el final del encuentro.

Vinicius terminó el encuentro frustrado. Si bien con Ancelotti su presencia en el terreno de juego en cada partido estaba asegurada, con Xabi Alonso la situación ha cambiado. El brasileño no ha llegado a disputar aún ningún partido completo y hasta en dos ocasiones ha partido desde el banquillo -Oviedo y Marsella-.

Vinicius y Mbappé celebran el gol del 2-0 contra el Espanyol

En los seis partidos disputados hasta la fecha, ante Osasuna fue cambiado en el 78′, ante el conjunto carbayón entró en el 63′, frente al Mallorca abandonó el terreno de juego en el 72′ y en Champions jugó los últimos 27 minutos de partido.

Xabi Alonso es consciente de que su jugador no está contento con su rol en el equipo y en la rueda de prensa previa al partido ante el Espanyol reconoció que tuvo que retrasar la conversación con el brasileño porque «no era el momento de hablar con él».

Una decisión táctica

A pesar de que el tolosarra se deshace en elogios hacia Vinicius siempre que puede, el jugador no recibe ese cariño con minutos sobre el terreno de juego.

«A Vinicius sólo le ha faltado el gol. Es verdad que ha salido del campo en el momento en que mejor estaba y podía haber esperado un poco para sustituirlo, pero entendí que necesitábamos gente de refresco para mantener el control. Vinicius quería seguir porque se encontraba bien», argumentó Xabi Alonso en rueda de prensa.

«Mastantuono también, por ejemplo. ¿Enfadado? No se ha puesto muy contento, pero Franco tampoco. A todos les sucede, pero estoy muy contento con el partido de Vinicius. El calendario es exigente y hay que seguir», añadió el tolosarra.

Xabi Alonso, camino del banquillo antes del comienzo del partido ante el Espanyol.

Xabi Alonso, camino del banquillo antes del comienzo del partido ante el Espanyol.

Reuters

Uno de los argumentos más sólidos a favor del nuevo método de Xabi es la gestión coral del vestuario, que apunta a un claro reparto de roles. Si el pasado curso se criticaba la falta de presión defensiva por parte de Vinicius y Mbappé, esta temporada la implicación táctica es obligatoria.

En la plantilla hay varios candidatos para ocupar la banda izquierda, entre ellos Rodrygo, mientras por la derecha la llegada de Mastantuono añade todavía más competencia. El puzle ofensivo ha cambiado. Las jerarquías ya no son las mismas y nadie, más allá de Mbappé, es imprescindible.

La pérdida de protagonismo ha impactado en el ánimo del brasileño. Hasta hace poco, su energía contagiaba al estadio, levantando a la afición en los momentos clave. Ahora, su lenguaje corporal denota frustración.

Vinicius, con el Real Madrid

Vinicius, con el Real Madrid

AFP7 / Europa Press

No se trata de falta de actitud. Vinicius sigue trabajando e implicándose en los aspectos defensivos requeridos por Alonso. De hecho, en Anoeta demostró esa nueva faceta al sacrificarse en defensa cuando el equipo quedó en inferioridad.

Pero su aportación emocional, esa que lo convertía en bandera del equipo, está difuminada. Las sustituciones -todavía no ha completado ningún partido- y las suplencias han dejado huella.