Carlos Pérez de Arrilucea

Sábado, 20 de septiembre 2025

| Actualizado 21/09/2025 08:23h.

El Baskonia ha cerrado el Trofeo EncestaRías con una nueva derrota, pero con mejores sensaciones que en el duelo inaugural ante el Valencia. El conjunto azulgrana ha cedido ante el Real Madrid después de firmar una buena primera parte con lo que incluso su pudo vislumbrar la posibilidad de traerse de Pontevedra el triunfo ante un gigante también inmerso en su particular fase de rodaje. Sin embargo, el duelo se hizo demasiado largo para los de Galbiati, que protagonizaron momentos demasiado largos de desconexión a lo largo de una segunda mitad en la que el dominio pasó a manos merengues.

Al menos, los azulgranas dejaron algunos destellos y tramo en los que su baloncesto llegó a adquirir cierto sentido, una misión casi imposible en una pretemporada marcada por la llegada escalonada de los internacionales y los contratiempos físicos. Diakite, con fiebre, y Hrabar, aquejado de problemas musculares, fueron baja de última hora ante el Madrid, lo que redujo todavía más la nómina de jugadores disponibles para el técnico italiano. Los problemas quedaron aparcados y el Baskonia peleó dos primeros cuartos de un partido disputado al ritmo bajo, como si las piernas pesaran tras el desgaste acumulado del choque disputado el día anterior.

Los puntos de Spagnolo y la energía de Diallo ayudaron al Baskonia a irse en el marcador con un 7-15 mediado el primer cuarto. Andrés Feliz era la referencia principal de un Madrid sometido a la cadencia azulgrana, superado por la inteligencia de Frisch, el más destacado en las filas vitorianas, y el juego frontal al aro de Samanic, vía casi única para intentar sacar a Tavares de su área de influencia. En su segundo choque de pretemporada, Luwawu-Cabarrot fue también una pieza más integrada y presente en el juego de ataque baskonista.

Mientras, el Madrid perdía a un Llull excluido del encuentro tras cometer una antideportiva y forzar una técnica por protestar. Fue un momento de dispersión merengue que el Baskonia supo aprovechar para alejarse en el luminoso (19-29, minuto 13). La reacción madridista llegó de la mano de Campazzo, Okeke y Tavares. Sufrió el Baskonia bajo los aros, por momentos desbordado ante el despliegue físico del rival. Encajó un parcial de 21-9 que le hizo perder pie para llegar al descanso por debajo en el luminoso (21-9).

El Baskonia se notaría con menos fuerza y con mayores lagunas en su baloncesto tras el descanso. Se destapó Procida como certero triplista para permitir al Madrid tomar el mando del encuentro. Buscó Galbiati la fluidez con diferentes permutas, con Spagnolo de base o Cabarrot como manejador de balón para asegurar en lo posible la circulación de balón. Fueron medidas de socorro puntuales que no cortaron el despegue de un Madrid que cerró el tercer cuarto con un 68-59 a favor.

La tónica se mantuvo durante los minutos iniciales de la última entrega, pero el Baskonia encontró la manera de impedir otra diferencia abultada, un riesgo que se hacía evidente cuando el plantel de Scariolo alcanzó su máxima ventaja de quince puntos (74-59, minuto 357). Irrumpió Clément Frisch como referente anotador azulgrana desde su inteligencia para encontrar buenas posiciones de tiro en el perímetro. El francés, que firmó 20 puntos, y 19 de valoración, dejó su impronta como jugador de trazo fino, listo y capaz de tapar ese físico ‘terrenal’ para puestos interiores con mucha movilidad y criterio en el juego.

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