Iga Swiatek no logró ningún rosco en la final del WTA 500 de Seúl. No lo necesitaba porque lo único que quería era ganar su vigesimoquinto título como profesional y el tercero del curso. La polaca tuvo que sudar y mucho para acabar con la resistencia de Ekaterina Alexandrova, por 1-6, 7-6(3) y 7-5

La tenista se acordó de su padre, Tomasz, que fue olímpico en la modalidad de remo en los Juegos Olímpicos de Seúl’88. Terminó séptimo: «Mi padre no pudo ganar aquí. Al menos yo gané el torneo». 

Swiatek, de 24 años, está en racha. Ha decantado a su favor 22 de los últimos 24 partidos y por eso está en la carrera por quitarle el cetro de la WTA a Aryna Sabalenka. De hecho, suma 57 partidos ganados en la presente temporada, uno más que Sabalenka. 

La bielorrusa, que ha renunciado a la gira asiática, incluido el torneo de categoría 1000 de Pekín, no volverá a competir hasta el Masters femenino de Riad (1 al 8 de noviembre). La pausa de Aryna le da margen a Iga para recortar los 2.792 puntos que las separan en la clasificación.

 

Se atreve con el coreano

Swiatek, siempre con un semblante serio, estaba tan contenta que en la ceremonia de premiación se atrevió a decir unas palabras en coreano: «Espero jugar a tenis mejor de lo que hablo coreano», bromeaba.