Victoriano Suárez Álamo

Domingo, 21 de septiembre 2025, 22:46

Jon Arretxe aterriza en el Observatorio Criminal de Gran Tarajal, que se desarrollará entre el 25 y 27 de septiembre, con su nueva entrega de las aventuras de su detective Touré, titulada ‘Números rojos’.

-Tras ‘Mañas de lagarto’, en la que Touré viajó hasta Gran Canaria, ¿cómo surgió ‘Números rojos’?

-Tenía muy claro que ‘Mañas de Lagarto’ no iba a ser la última de la saga, porque era la décima y les tengo manía a los números redondos. Me había salido una novela donde predomina el humor, a pesar de unas cuantas escenas cruentas, y me apetecía hacer una undécima entrega más dura que la anterior. En esa linea, también tenía decidido cómo iba a comenzar: el arranque de la novela es una persecución de un grupo de neonazis a Touré, al que insultan y agreden por el simple hecho de ser negro. Es una situación real que vivió, y me contó, Malcolm Treviño-Sitté, el actor que encarna al detective Touré en la teleserie de TVE, ETB y Netflix.

-¿Qué le motivó a situar la acción de esta nueva entrega de Touré en Barcelona?

-Siendo fiel al estilo de novela negra que escribo, prefiero situar mis historias en los ambientes marginales de las grandes ciudades, y, de las que me quedan, más o menos cerca de casa Barcelona era la única gran urbe que me faltaba, después de haberme llevado a Touré a Bilbao, París, Madrid… Además, ya conocía la ciudad de otras visitas y me apetecía mucho situar una entrega de la saga allí, especialmente en sus barrios más desfavorecidos, como el Raval, que tiene un potencial tremendo para este tipo de historias y es el hábitat natural de miles de personas como Touré.

-¿Repitió la fórmula de visitar varias veces la ciudad no solo para ambientarse y recabar datos sino también para escribir buena parte de la misma en el mismo sitio en el que transcurre la historia?

-Exactamente. Es una fórmula que probé hace ya muchos años, me ha ido siempre bien y sigo utilizándola. En esta ocasión, me he hospedado varias veces en una fonda de mala muerte del barrio del Raval, escenario principal de la novela, para estar bien ambientado. Y a base de callejear con todos los sentidos despiertos, de recorrer los lugares donde se refugian los sin techo o las prostitutas, de observar la labor de asociaciones que ayudan a sobrevivir a los más desfavorecidos… la propia ciudad me ha obsequiado con unos personajes y unas situaciones impagables. De hecho, la gran mayoría de las cosas que suceden en la novela están basadas en la realidad.

-En ‘Números rojos’ hace un guiño al encuentro de Touré con Eladio Monroy, el personaje creado por el añorado escritor grancanario Alexis Ravelo, durante la estancia de su personaje en Gran Canaria en la anterior novela. ¿Implica eso que puede que vuelva Touré por la isla o solo es un homenaje más a su admirado como escritor y persona Alexis Ravelo?

-‘Mañas de Lagarto’ fue un homenaje de arriba abajo a mi querido Alexis. No solo crucé a su Eladio Monroy con mi Mahamoud Touré, también podríamos decir que Lagarto de Escaleritas, uno de los personajes principales de la novela, es el propio Alexis Ravelo. Touré no va a volver por la isla, porque sus novelas nunca han repetido marco, con la excepción de Bilbao, su lugar de residencia; pero yo seguro que sí regreso, ya sea en viaje de placer o de trabajo. La temporada que me pasé por Gran Canaria, no como turista sino como autor en busca de inspiración, me dio la oportunidad de conocer una realidad, unos lugares y, sobre todo, unas personas que pasan desapercibidos para los miles de turistas clásicos, pero que merecen muy mucho la pena.

-¿Comparte la idea de que ‘Números rojos’ es una novela sobre la venganza?

-La venganza es uno de los motores de la trama principal, sobre todo el del personaje misterioso que escribe números en rojo sobre el lomo del gato de Botero, en el Raval. Pero hay otros temas que tienen tanto peso como la venganza: la decadencia, la marginalidad, la desesperanza, la solidaridad, la amistad, el racismo… En general, creo que es una de las novelas más duras de la saga, quizás la más cruda de todas. Y, tal vez, la mejor. Eso es lo que me parece ahora, aunque habrá que esperar un tiempo, para conocer el ‘feed-back’ de los lectores.

-Touré cada vez parece más desalentado con su suerte y los tiempos que corren. ¿Ante lo segundo es un reflejo de lo que siente Jon Arretxe?

-Es un reflejo de lo que veo que se cuece en nuestras sociedades. La extrema derecha se está haciendo dueña del mundo, encabezada, cómo no, por el impresentable de Trump, que sirve de modelo a muchos otros dirigentes que están llegando al poder. Se están recortando rápidamente derechos que había costado una barbaridad conquistar, se está imponiendo la xenofobia, el racismo, las ideologías más rancias, el echar la culpa de todo a los inmigrantes pobres; los líderes más poderosos actúan con una prepotencia y una impunidad inconcebibles… Yo, al fin y al cabo, soy un pijo blanco que vive como Dios, pero para las personas del perfil de Touré, para los diferentes y para los más vulnerables, en general, esto se está poniendo feo.

-¿Cómo le ha afectado a su trayectoria como escritor y a la saga de este personaje la serie de televisión sobre la misma? ¿Habrá segunda temporada?

-Me ha venido muy bien para hacerme más conocido entre la gente que no tenía ni idea de quién era el creador de ese personaje tan simpático de la teleserie, porque no se puede comparar la repercusión de una obra escrita, por muy buena que sea, con la de cualquier serie cinematográfica, por muy corriente que sea. Y, además, ‘Detective Touré’ está muy bien hecha. Desde su estreno, me están dando una oportunidad muchos lectores nuevos, que espero se vayan enganchando a mi querido Touré. Y, además, me están invitando a más festivales de novela negra, lo cuál no está nada mal. En cuanto a la segunda temporada, la están negociando ahora mismo.Los socios creen en el proyecto, los guiones provisionales ya están hechos, pero falta lo de siempre: ponerse de acuerdo en el tema de la pasta.

-¿Qué le ha motivado a acudir al Observatorio Negrocriminal de Fuerteventura?

-Es un festival al que no se le puede decir que no, por muchas razones: el marco en el que se desarrolla es de postal; la organizadora, Carmen Nieto, es una joya en todos los sentidos; en la primera edición nos trataron fenomenal; además, he cogido mucho cariño a las islas y cada vez que me proponen acudir a un festival de cualquiera de ellas, voy de cabeza… A donde se hacen las cosas bien, merece la pena volver, y allí estaremos, con un grupo de autores de mucho nivel.

¿Está ya con la escritura de la 12ª entrega de Touré? ¿Nos puede adelantar algunos detalles?

-No sé si va a haber 12ª entrega. Mientras me lo pienso, he hecho un paréntesis y estoy escribiendo otra novela totalmente diferente a las de la saga de Touré, sin crítica social, sin ambiente marginal, sin inmigrantes… Todos los personajes principales, malos y peores, van a ser vascos de ocho apellidos vascos, va a haber mucho humor (bastante negro) mucho ritmo, mucha sorpresa, mucho muerto… El título ya está decidido, y da una idea de lo que el lector se va a encontrar: ‘Txistorra noir’. Por cierto, el arranque de la novela, un atraco en una fábrica de chistorras de Arbizu, lugar donde vivo, me lo propuso la comisaria del Observatorio Criminal de Fuerteventura, Carmen Nieto.

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