Cantidad y calidad suelen tomarse argumentalmente hablando como dos conceptos antagónicos. Sin embargo, en lo referente a la instrucción judicial de la dana que el pasado 29 de octubre devastó más de 70 municipios de la provincia de Valencia este aspecto no es así. El último en declarar como testigo ante la jueza Nuria Ruiz Tobarra fue este pasado viernes el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, (CHJ) Miguel Polo.
Cabe destacar que el dirigente, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica que hoy dirige Sara Aagesen y a cuyo frente el día de la tragedia estaba (en Bruselas) Teresa Ribera acudió como testigo. Es decir, tenía la obligación legal de decir la verdad. De no ser así, se le abriría un proceso penal.
Había mucha expectativa con Polo, sin duda azuzada con silencio tan atronador como cómplice durante estos casi once meses. Como buen ‘monclovita’, llevaba bien escrito el discurso, lo que, al mismo tiempo, tampoco le evitó los reproches de víctimas a las puertas del Juzgado.
Una vez dentro, Polo, como era su obligación, respondió a la instructora y a todas las partes. Fue entonces cuando el relato construido desde la izquierda, con nombres como Diana Morant, Pilar Bernabé o Joan Baldoví, entre otros, comenzó a venirse abajo por sí solo y como si no hubiera un mañana. Mes tras mes, socialistas, nacionalistas y, por qué no decirlo, comunistas y ‘aprovechateguis‘ de toda raza y condición se han sumado a la ‘cacería’ política contra Carlos Mazón con tal de hacerle culpable de las 229 muertes que dejó la riada.
«Nadie era capaz de prever lo que pasó»
Basta una nada desdeñable frase del dirigente: «Yo no era capaz de prever y nadie lo era de lo que iba a suceder». Nada más y nada menos. Casi once meses de silencio atronador impuesto por la factoría de propaganda del Palacio de La Moncloa para llegar al mismo punto que desde el minuto uno argumentó la Generalitat Valenciana.
Pero las palabras de Polo fueron más allá y dejaron en muy mal lugar a la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé. El tema en cuestión no es baladí. Si la burbujeante número cuatro de PSOE dijo también como testigo que durante la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) no habló de la situación en el barranco del Poyo el 29 de octubre hasta que habló por teléfono con la alcaldesa de Paiporta, Polo fue más allá y no le quedó más remedio que afirmar que la CHJ no informó de los datos de caudales al momento.
Imagen tomada este viernes del presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Miguel Polo, llegando a declarar como testigoEuropa Press / Rober Solsona
En este sentido, asumió en primera persona que entre las 16:15 y las 18:45 horas, cuando ya había decenas de municipios inundados, no se informó. La propia Bernabé y la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, no han dicho absolutamente nada al respecto. Cuando se trata de estos asuntos, el silencio suele ser su máxima y única respuesta.
Morant y Bernabé, en mal lugar
Una y otra han estado tratando de ‘revalorizar’ la tragedia. La una para subir en el organigrama del PSOE hasta llegar a ser la número cuatro en la sede de Ferraz, mientras que la otra, desconocida para algunos hasta incluso en ese edificio, no ha desperdiciado el paso fatídico del agua para darse a conocer en una Comunidad Valenciana en la que las encuestas le daban un sonoro fracaso, tanto o mayor al del conocimiento público y aprobación ‘popular’ otorgados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del siempre ‘imparcial’ José Félix Tezanos.
Dicho lo cual, Polo ha dejado a los pies de los caballos no ya a Bernabé, Morant y, en consonancia al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sino al relato que dadas las urgencias demoscópicas de este último les une a todos ellos sin solución de continuidad. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, por lo visto, ni supo ni sabía ni tenía que a ver nada. Ahora bien, el argumentario monclovita expone con letras mayúsculas que Mazón, pese a la información errónea de la Agencia Estatal de Meteorología (Amet), lo debió de saber todo.
Sea como fuere, el caso es que la declaración de Polo, que no se descarta que pueda acabar imputado, deja en un mal lugar a sus compañeras. Tal como se desprende de su declaración, la Generalitat no contó en ningún momento con la información de caudales actualizada, con lo que Bernabé y Morant han estado utilizando información falsa o, cuanto menos errónea. Eso sí, de una manera u otra, Morant y Bernabé quedan más que tocadas.