Con discreción y sin hacer demasiado ruido, la iniciativa legislativa popular (ILP) para que la tauromaquia deje de ser patrimonio cultural ha ido abriéndose un hueco en la actividad parlamentaria. Este martes, a las 11.30 horas, los promotores de la iniciativa comparecerán en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados ante las distintas fuerzas políticas para argumentar por qué deben apoyarla. Se trata de uno de los pasos previos antes de que la iniciativa se someta a su admisión a trámite. No obstante, la plataforma No es mi cultura, según ha podido saber Público, ya se ha reunido con los grupos —excepto con el PP y Vox— y las sensaciones son buenas.
Los promotores de la ILP subrayan que llamaron a todos los grupos de la Cámara Baja para iniciar conversaciones y establecer una primera toma de contacto, también al PP y a Vox, pero ni los de Alberto Núñez Feijóo ni los de Santiago Abascal accedieron a ello. En cualquier caso, está descartado que la formación de extrema derecha se plantee siquiera su posición sobre la iniciativa y, visto lo visto, también los populares. «Pero nosotros queremos dejar claro que esta no es una iniciativa de toros sí o toros no, sino que lo que busca es devolver competencias a las comunidades autónomas para que puedan decidir qué cultura quieren en sus regiones». Desde 2013 la tauromaquia tiene la condición de patrimonio cultural y obliga a las distintas Administraciones a protegerla.
Lo que está claro es que el elemento central de la ecuación es el PSOE, un partido con un intrínseco debate territorial acerca de la tauromaquia. Sin embargo, los defensores de la ILP quieren evitar a toda costa que se abra ese melón para no «ensuciar el debate», que en el fondo es competencial. Y lo cierto es que, según ha podido saber este medio a través tanto de fuentes del Grupo Socialista en el Congreso como de la plataforma No es mi cultura, la reunión que mantuvieron fue positiva.
«Hubo muy buen entendimiento«, confirman desde el PSOE. «Entendemos que una ILP con este volumen de firmas [664.777, muchas más del medio millón necesario, fueron admitidas por la Junta Electoral Central] es una iniciativa que debe ser atendida, como ha ocurrido en otras ocasiones». Y no solo eso, los socialistas explican que se trata de una propuesta «seria, argumentada y debatida«, fundamentalmente porque «se centra en la afectación del reparto competencial de los eventos culturales».
Aunque, por el momento, las fuentes socialistas consultadas no confirman que vayan a otorgar su apoyo a la iniciativa, a diferencia de meses atrás ahora sí allanan el camino de su posible voto favorable o, cuando menos, asumen un marco de debate que les dificultaría mucho justificar un «no» o una abstención. No en vano, enfatizan que la ILP se centra en el «reparto competencial», despojando a la misma, en la línea que defienden sus promotores, de la pregunta toros sí o toros no, que comportaría un incómodo debate dentro del PSOE.
Con el apoyo asegurado de todos los partidos a la izquierda del PSOE, enmarcar el debate en la descentralización del Estado elimina dudas también en las filas del PNV y, por supuesto, de Junts per Catalunya. De todas formas, fuentes de los promotores de la iniciativa reconocen que el camino será complejo, sobre todo por las presiones que ejercerá el sector taurino: «Es más poderoso que nosotros«. Además, temen que el PP y Vox traten de convertir el debate en una defensa de la idea de España ante un supuesto ataque precisamente para azuzar a los sectores más taurinos del PSOE.
Fuera como fuere, este martes se celebrará la comparecencia del grupo promotor en la Comisión de Cultura, uno de los pasos previos a la votación en Pleno de la admisión a trámite de la propuesta y el lugar donde cada partido podrá exponer sus argumentos a favor y en contra. La encargada de defender la postura de la plataforma No es mi cultura será la abogada Cristina Ibáñez, una de las líderes del movimiento, que defenderá el rechazo del uso del patrimonio cultural como excusa para perpetuar la crueldad animal, en la línea de lo que ha dicho públicamente Aïda Gascón, otra de las integrantes del movimiento, que fue entrevistada por Público.
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La actual ILP pretende dejar sin efecto otra ley votada en 2013 que fue la que precisamente convirtió la tauromaquia en patrimonio cultural, con todo lo que ello implica. Fundamentalmente, el principal cambio que introdujo aquella ley, que también partió de una iniciativa legislativa popular, fue que las comunidades autónomas no pudieran decidir el tratamiento que debían darle a las corridas de toros o incluso si debían prohibirlas, como había hecho Catalunya en 2010. De hecho, el Tribunal Constitucional (TC) anuló la ley catalana en 2016 precisamente porque la tauromaquia había sido declarada patrimonio cultural tres años más tarde de su prohibición.
Ese estatus que se le dio a los toros no es trivial en absoluto. El artículo 3 de la norma especifica que «los poderes públicos garantizarán la conservación de la tauromaquia y promoverán su enriquecimiento, de acuerdo con lo previsto en el artículo 46 de la Constitución«. Es un precepto de la Carta Magna que especifica que «la ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio«. De modo que, desde 2013, va contra la ley que una región decida no proteger los toros o prohibirlos.
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La ILP que está ahora a punto de empezar su tramitación parlamentaria, si no lo impide una mayoría en contra, persigue precisamente despojar al festejo de la condición de patrimonio cultural para esquivar el blindaje generado en 2013 durante el primer Gobierno de Mariano Rajoy.