La espera ha llegado a su fin. Este sábado, Rocío Camacho vio cumplir uno de sus mayores sueños, darse el ‘sí, quiero’ con Guillermo Aylon, el hombre con el que comparte sus días desde hace tres años. Ambos sellaron su amor en una ceremonia civil, en el castillo de Batres, en Madrid, que estuvo repleta de familiares y amigos que quisieron estar presentes en este día tan especial. Aunque las celebraciones, eso sí, comenzaron el viernes con una preboda en la que no faltó la música y el jolgorio. Prueba de ello son las instantáneas que han publicado en sus redes sociales y que sirven como un precedente de lo que acaece en la noche de ayer.

Uno de los secretos mejor guardados era el vestido de novia que iba a lucir en su boda. Rocío Camacho, que no quiso dar muchos detalles, sí adelantó, en conversación con Vanitatis, que se había decantado por «algo sencillo, elegante y con un toque sensual». Y así ha sido. La creadora de contenido lució un vestido blanco, de Lorenzo Caprile, de líneas depuradas y corte elegante, que se distinguía por un escote barco drapeado que enmarcaba la zona de los hombros y se abría en una espectacular espalda en uve. La silueta se completaba con una falda estructurada que caía con volumen limpio y culminaba en una larga cola. Se trataba de una apuesta que equilibraba sobriedad y sofisticación.

Los novios derrochando felicidad. (Instagram / @rocioccamacho)

Rocío Camacho ha acompañado el estilismo con un recogido bajo pulido, con raya lateral, que dejaba despejado el rostro y resaltaba los rasgos de la novia. El peinado, sencillo y refinado, reforzaba la elegancia del vestido y le daba un aire regio sin caer en artificios. El maquillaje, por su parte, se mantuvo en la misma línea: natural, luminoso y con protagonismo en la mirada, consiguiendo que la belleza de la novia brillase de manera fresca y delicada. En conjunto, se trató de una propuesta muy coherente con su personalidad, que apostaba por la fuerza de los detalles bien ejecutados en lugar de recurrir a excesos, consolidando un look nupcial impecable.

Rocío Camacho y Guillermo Aylon convertidos en marido y mujer. (Instagram / @rocioccamacho)

El enclave elegido, con aires medievales, combina, a la perfección, con vestido de novia. Señalar que no es el primer rostro conocido que se decanta por el castillo de Batres para su gran día. Hace unos meses, Jaime Cantizano celebró su boda con Miguel Golding. Pero antes que ellos, el pasado junio, Jaime Lorente se dio el ‘sí, quiero’ con Marta Goenaga. Aunque centrándonos en la boda de Camacho y viendo las fotografías que se han ido publicando, podemos decir que la creadora de contenido ha logrado que su estilismo no solo sea un vestido de novia, sino una puesta en escena coherente y muy personal.

Los novios durante el ‘sí, quiero’. (Instagram / @rocioccamacho)

Como era de esperar, este ‘sí, quiero’ congregó a varios rostros conocidos de este país. Aunque gran parte de ellos pertenecen a la industria del entretenemiento –Susana Megan, Claudia Martínez y Marta Carriedo, entre otras-, destacaba la presencia de la medallista olímpica Carolina Marín, quien ya se dejó ver en la preboda con un espectacular vestido de tirantes con detalles dorados de color marrón. Así, en buena compañía, los ya convertidos en marido y mujer disfrutaron de una jornada llena de emoción que, a buen recaudo, quedará grabada, para siempre, en sus retinas.

La espera ha llegado a su fin. Este sábado, Rocío Camacho vio cumplir uno de sus mayores sueños, darse el ‘sí, quiero’ con Guillermo Aylon, el hombre con el que comparte sus días desde hace tres años. Ambos sellaron su amor en una ceremonia civil, en el castillo de Batres, en Madrid, que estuvo repleta de familiares y amigos que quisieron estar presentes en este día tan especial. Aunque las celebraciones, eso sí, comenzaron el viernes con una preboda en la que no faltó la música y el jolgorio. Prueba de ello son las instantáneas que han publicado en sus redes sociales y que sirven como un precedente de lo que acaece en la noche de ayer.