Reconoce Luz Gabás (Monzón, 1968) que, después de haberse llevado el Planeta con su última novela, Lejos de Luisiana (2022), la responsabilidad de presentar nuevo libro aprieta, si cabe, un poco más. Son ya seis las historias alumbradas por la escritora y todas conducen a ella. “Creo que hay mucho de autobiográfico en mis novelas y, cuanto más mayor me hago, más me parece que hay como un hilo conductor que une las seis que he escrito hasta ahora, aunque sucedan en siglos y en lugares diferentes. En Palmeras en la nieve quería hablar de la identidad, de donde vengo; en Regreso a tu piel del miedo a la muerte, en Como fuego en el hielo de la pelea entre la razón y la pasión, en El latido de la tierra de la adaptación a los nuevos tiempos en lo rural y en Lejos de Luisiana de la resistencia o la capacidad para seguir adelante. La palabra que resume Corazón de oro (Ed. Planeta) es la bondad, esa capacidad para preservar nuestro corazón a pesar de la hostilidad que nos rodea”, dice en relación a su nueva novela, recién llegada a las librerías. Y sigue.

“Esa fue la gran idea, el primer concepto, de ahí las citas iniciales que aparecen en la novela y la alusión a esa canción –de Neil Young, de la que la novela toma el título– que tenía guardada en mi cabeza desde hace muchos años. De ahí surgen la trama y los personajes. Quise que fuese un viaje físico y emocional por paisajes, escenarios, culturas diferentes y escenas que a todos se nos plantean en la vida y que nos ponen a prueba”, afina la escritora.

Quise que fuese un viaje físico y emocional por paisajes, escenarios, culturas diferentes”

Nada queda al azar en el imaginario de Luz Gabás. Por eso, allí donde terminó Lejos de Luisiana, empieza Corazón de oro. “Miles de lectores descubrieron aquel territorio entonces inmenso que, durante cuarenta años, de 1763 a 1803, fue gobernado por españoles. El final coincide en el tiempo con el comienzo del desplazamiento de los estadounidenses hacia el oeste del Misisipi. De la extensa bibliografía que manejé y amplié con nuevas lecturas y de mi propia experiencia personal –a los 17 vivió un año en San Luis Obispo– surgió el deseo de trasladarme literariamente hacia el oeste y ubicar mi nueva historia en California”, cuenta en las páginas finales del libro. Concretamente, se traslada al año 1849.

Un guiño a su primera novela

La novela arranca en Pasolobino, el pueblo ficticio del Pirineo aragonés de Palmeras en la nieve, novela con la que debutó y triunfó entre la crítica y el público, y cuya adaptación al cine se llevó dos premios Goya. Un guiño que no pasa desapercibido y del que ahora se sirve para iniciar una novela de aventuras que surca el océano, recorre vastas llanuras y desiertos en una caravana de viajeros, navega por el río Misisipi y vislumbra montañas imponentes como las Rocosas. Hasta arribar en los asentamientos mineros en la cordillera Sierra Nevada, la emergente ciudad de San Francisco y los ranchos del valle de San Luis Obispo. Allí, una mezcolanza de estadounidenses, colonos e indígenas aspira a sobrevivir y pelear por lo que consideran suyo.

Luz Gabás con su libro en las manos que tiene lugar al oeste del Misisipi

Luz Gabás con su libro en las manos que tiene lugar al oeste del Misisipi

Javier Ocaña

“Lorién, el joven protagonista, debe abandonar su aldea en busca de un territorio donde cumplir sus sueños, y realiza un viaje apasionante, desde los Pirineos, donde él nació, hasta el corazón de los Estados Unidos. Cruzará en una caravana por los fuertes, donde reconoceremos los de Laramie, Bridger o Hall, y el territorio de Utah, hasta llegar a California, un lugar al que llegan miles de personas atraídas por la fiebre del oro”, describe. Pero nada tiene que ver su héroe con el del western.

“Los carromatos, los forajidos, los colonos, los nativos, la naturaleza, la civilización… Todo lo que tiene que ver con el Lejano Oeste suena a western, pero yo no he querido escribir un western ni que mi héroe fuese un hombre rudo y violento. Quería que fuese un héroe con un corazón de oro en un contexto en el que hay racismo y codicia, luchas por el territorio, miedo ante los cambios, también ilusión, un proceso de adaptación a un nuevo mundo, un entorno lleno de oportunidades, pero también hostil. Un lugar que, a pesar de todo esto, encuentra un hueco para el amor como motor, el amor misterioso, el amor revelador y el amor sanador”. 

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Y es que Corazón de oro es, ante todo, una gran historia de amor. “Lorién ha sido rechazado por su prometida, pero conoce a una persona que será muy importante en su vida. Se llama Cynthia y es una mujer californiana que conoce bien la transición de la época de los ranchos españoles al nuevo mundo estadounidense”.

Un dato desconocido

Fue, precisamente, el descubrimiento de la cantidad de españoles que formaron parte de la fiebre del oro en California y trabajaron luego en ranchos lo que impulsó a la escritora a contar esta historia. En el proceso de documentación, Luz Gabás aglutinó más de 100 páginas de apuntes con todo lo que encontró en la prensa sobre California entre 1770 y 1865. “Quería saber lo que podía conocer de aquel lugar un chaval de 20 años en la España de la época”, dice. Hasta encontró relatos de viajes, casi todos de hombres. El itinerario que recoge en su novela es el de la Guía del Emigrante a Oregón y California publicada por Landford Hastings en 1845, que sirvió a muchos viajeros de la época.

Portada del libro 'Corazó de oro' de la editorial Planeta

Portada del libro ‘Corazó de oro’ de la editorial Planeta

Javier Ocaña

“La frase que define la novela –no es mérito mío, sino de marketing– me encanta: “cuando el oro desató la locura, el amor marcó el rumbo”. Yo creo que es un mensaje que la resume muy bien. Estos también son tiempos hostiles en los que cada uno tenemos una responsabilidad que no tiene tanto que ver con una toma de postura como con nuestro deseo de calma. Hay una frase en El Principito que a mí me gusta y que dice “no siempre se calla para guardar silencio, se calla para conservar la paz. A veces, estar en paz es mejor que tener razón”. Yo no quiero tener razón ni en la novela ni en nada, simplemente propongo que, a pesar de los momentos duros, hay que guardar el corazón”, dice Luz Gabás.