Londres

La ministra británica de Exteriores, Yvette Cooper, ha advertido este lunes al Gobierno de Israel contra cualquier represalia por el reconocimiento por parte del Reino Unido del Estado de Palestina, por ejemplo con la anexión de más territorio en Cisjordania.

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«Le he dejado claro al ministro de Exteriores israelí que no deben hacer eso, y le he dejado claro también que la decisión que hemos tomado es la mejor manera de respetar la seguridad tanto de Israel como de los palestinos», ha declarado a la cadena pública BBC.

Cooper se encuentra en Nueva York (Estados Unidos), donde participará en la conferencia internacional sobre la solución de dos Estados auspiciada por Francia y Arabia Saudí, donde detallará el proceso para el reconocimiento de un Estado palestino anunciado el domingo en Londres por el primer ministro británico, Keir Starmer.

Paso histórico

El Reino Unido, Australia y Canadá, tres países tradicionalmente aliados de Israel, han dado este domingo el paso histórico de reconocer el Estado palestino, un movimiento al que horas después se sumó Portugal, mientras que Francia y otros cinco países lo harán previsiblemente este lunes.

El reconocimiento parece haber sido coordinado por estos cuatro países, en vísperas de una «Conferencia internacional para la solución de los dos estados» que se celebra en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.

Aunque Estados Unidos trató de torpedear este foro negando el visado de entrada a la delegación venida de Palestina, esta podrá hacerlo por videoconferencia tras un voto ‘ad hoc’ el pasado viernes de la misma Asamblea.

El paso del Reino Unido tiene gran carga simbólica por tratarse de la antigua potencia colonial y firmante en 1917 de la Declaración Balfour, el documento con el que daba su visto bueno a crear un «hogar nacional» para el pueblo judío en la hasta entonces Palestina. Esa declaración se considera el germen histórico del Estado de Israel.

Y aunque el Estado palestino ya lo reconocían antes de este domingo 147 países, no había entre ellos ninguno de las economías más avanzadas del mundo reunidas en el llamado G7, por lo que la decisión de Reino Unido, Canadá y Francia adquiere así mayor relevancia.