El ciclista Tadej Pogacar (REUTERS/Sarah Meyssonnier)
La decisión de Tadej Pogacar de no participar en la Vuelta a España 2025 ha generado repercusiones en el ámbito ciclista internacional, especialmente tras comentar la situación de seguridad vivida en la ronda española y su experiencia más reciente en África, donde se celebrará el próximo Mundial de Ciclismo. Pogacar, considerado uno de los grandes favoritos de la temporada y actual figura destacada del pelotón mundial, optó por ausentarse de la última gran vuelta del calendario europeo para priorizar su recuperación física y enfocarse en el campeonato mundial que tendrá lugar, por primera vez en la historia, en Ruanda.
Mientras el ciclista se entrenaba con la selección de Eslovenia en la antesala de la cita mundialista, se refirió a los acontecimientos sucedidos durante las etapas de la Vuelta, marcadas por protestas y manifestaciones en apoyo al pueblo palestino, que terminaron por alterar el desarrollo habitual de la carrera. Las declaraciones de Pogacar, recogidas por el medio Sportklub, han destacado por la contundencia y el contraste realizado respecto a las percepciones de seguridad entre ambos continentes. El esloveno expresó con claridad: “Me siento más seguro en África”. Esta aseveración llega tras un periodo de tensiones dentro de las propias etapas españolas y, en términos de imagen pública, supone un revés para los organizadores locales.
Las palabras de Pogacar ofrecen una perspectiva inusual desde el mundo del ciclismo profesional, donde muchos deportistas suelen mantener posiciones prudentes sobre cuestiones extradeportivas. En este caso, el doble campeón del Tour de Francia quiso especificar sus sensaciones respecto al entorno que ha encontrado en Ruanda. “África está bastante bien, quizás el aire es un poco malo. Pero la gente es muy amable. Me siento seguro, mucho más que en algún país europeo”, destacó el corredor. Su testimonio refuerza la impresión positiva sobre el ambiente local pese a tratarse de un territorio debutante en la organización de campeonatos del mundo.
El ciclistaTadej Pogacar (REUTERS/Sarah Meyssonnier)
Al abordar las dificultades técnicas del trazado, Pogacar explicó: “No hay mucho trabajo técnico. Es sencillo, con muchos desniveles. Tenemos cuatro subidas. Hay que esforzarse mucho en todas partes. No hay tiempo suficiente para descansar. El recorrido es rápido. Espero que mis piernas estén bien”. De este modo, el esloveno dejó clara la exigencia que caracteriza el circuito africano y subrayó la necesidad de dosificar las energías para mantener la regularidad durante toda la prueba.
La ausencia del líder esloveno en la última Vuelta a España tuvo implicaciones deportivas, ya que cedió su plaza al joven catalán Juan Ayuso, y motivó comentarios sobre la gestión de calendario de los principales referentes del pelotón internacional. Pogacar aclaró que fue una decisión tomada en conjunto con su equipo, orientada a garantizar una adecuada recuperación tras “un Tour tan exigente”. El ciclista argumentó: “Después de un Tour tan exigente, decidimos que lo mejor era tomarnos un descanso. La Vuelta es, por supuesto, una carrera a la que me encantaría volver. Tengo recuerdos fantásticos de 2019, pero ahora mi cuerpo me pide descansar”. De esta forma, dejó abierta la puerta a regresar en próximas ediciones mientras reafirmaba la prioridad de su preparación física.
Nuevas detenciones por las protestas en la Vuelta contra la participación del equipo Israel.
El objetivo inmediato de Pogacar en Ruanda es doble. Su aspiración pasa por sumar el oro en la contrarreloj y en la prueba de fondo de los Mundiales. Un reto de altísima dificultad nunca alcanzado en un mismo año por ningún corredor, ni siquiera por su rival más inmediato, Remco Evenepoel, quien conquistó ambos títulos sólo en temporadas distintas.