El secretario de Organización y coportavoz de Podemos, Pablo Fernández, ha confirmado este lunes el voto en contra su formación a la Ley de PSOE y Junts para el traspaso de competencias de inmigración a Cataluña que se debatirá este martes en el Congreso y ha acusado al texto de legitimar el «racismo institucional».
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ya trasladado el pasado sábado su rechazo a apoyar la toma en consideración de la iniciativa del PSOE y Junts. «No extenderemos la agenda del odio»,resumió en una entrevista del programa ‘Parlamento’ de Radio Nacional recogida por Europa Press, en la que recalcó que es una proposición de ley con una motivación «racista». «El objetivo es abiertamente racista. De hecho, en el preámbulo dice claramente que la inmigración es un problema y que pone en riesgo la cohesión social, y, por tanto, con los votos de Podemos no se van a hacer leyes racistas. Eso está clarísimo», ha sentenciado.
Pablo Fernández También ha descalificado las palabras del secretario general de Junts, Jordi Turull, que acusó a los morados de «catalanofobia» por su rechazo a la iniciativa, de ser una «auténtica gilipollez» por parte de «este personaje» al que se le debería caer «la cara de vergüenza». En rueda de prensa este lunes en la sede de Podemos, Fernández ha proclamado sobre la propuesta de ley que para «hacer políticas racistas no se podrá contar nunca con Podemos», dejando claro que su partido está dispuesto a tumbarla.
En su momento Belarra pidió al PSOE y a Junts, así como al resto de socios del Gobierno, que «no se escondan detrás de las legítimas demandas de autogobierno del pueblo catalán» para justificar esa ley. Y ha recordado que Podemos siempre ha apoyado esas demandas, «incluso en los momentos más difíciles», cuando rechazó la aplicación del artículo 155 de la Constitución durante el ‘procés’ y respaldó el derecho a decidir de los catalanes.
«Nosotras siempre hemos estado al lado de la gente de Catalunya en sus legítimas aspiraciones de autogobierno; el problema es que Junts está utilizando esas legítimas aspiraciones para extender su agenda racista en su competición electoral con Aliança Catalana, y nosotros no vamos a permitir con nuestros votos que se extienda esa agenda del odio», añadió.
Ambos dirigentes han afirmado que Junts no se ha puesto en contacto con Podemos, pero tampoco el PSOE, con quien mantienen «una distancia enorme». «No hay conversaciones con el Gobierno porque ha entrado en una deriva que, no sólo es mala para España ahora, sino que le está poniendo una alfombra roja a un posible Gobierno del PP y Vox».
Iglesias manda «un poquito a la mierda a Junts»
Por su parte, exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, también respondió a Junts: «con todo cariño y respeto pueden irse un poquito a la mierda».»Los que ahora están compitiendo con los fascistas de Aliança Catalana y con propuestas abiertamente racistas, nos digan ahora que no ser pujolista es ser catalanófobo y cuando además en su partido hay posiciones prosionistas contrarias a los derechos humanos, pues con todo el cariño y respeto váyanse un poquito a la mierda», ha lanzado el también exvicepresidente del Gobierno durante una tertulia en RNE.
Podemos tiene la balanza en su mano
Los morados, junto con PP, Vox y Unión del Pueblo Navarro (UPN) suman 175 votos, justo la mitad de los 350 escaños que componen el hemiciclo. Si Podemos no cambia de postura, la iniciativa decaería aún en el caso de que recabara el apoyo los 175 de PSOE, Sumar y todos sus socios (incluidos Àgueda Micó, de Compromís, y el exministro José Luis Ábalos, ambos en el Mixto). Y es que el Reglamento del Congreso establece que si hay un triple empate, el texto se da por rechazado.
Además, está por ver si en el caso de Sumar hay o no fugas. El diputado de Compromís adscrito al grupo plurinacional, Alberto Ibáñez, dijo en su día que no podía votar a favor de una propuesta que, a su juicio, provocaba que la agenda política sobre la migración gire a las posiciones de la «extrema derecha y el racismo».