María Albert

Durante años, Esther Cañadas (Albacete, 1977) fue considerada como una de las grandes ‘top model’ internacionales gracias a su despampanante belleza, su impresionante 1,80 y su mirada de hielo. En los 90 trabajó para marcas de prestigio como Gucci, Dolce & Gabbana, Versace, Chanel o Donna Karan y, para esta última, la modelo española fue su gran musa. Fue a principios de los 2000 cuando, tras casi una década sobre la pasarela, decidió decir adiós al mundillo, obligada por una enfermedad que estuvo a punto de acabar con ella.

La castellanomanchega se retiró discretamente, fue madre de su única hija y pasó muchos años alejada del sector de la moda, en el que se introdujo cuando apenas tenía 15 años. Ahora, casi tres décadas después de saltar a la fama y con más vitalidad que nunca, ha vuelto a subirse a la pasarela para abrir y cerrar el desfile de Lola Casademunt en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

Sobre toda esta experiencia como modelo internacional y su complicada lucha contra este trastorno autoinmune hablará en su paso por ‘El Hormiguero’. Cañadas acude este lunes 22 de septiembre al programa de Pablo Motos como primera invitada de la semana y allí, sin duda, se abrirá sobre su dura experiencia sobre las pasarelas y los motivos detrás de su repentino adiós a la moda.

Repasamos todo lo que debes saber sobre el lado más personal de Esther Cañadas: desde sus inicios como modelo hasta sus parejas más famosas.

De estar casi arruinada a convertirse en ‘top model’ de los 90

Los primeros trabajos de Esther Cañadas le llegaron con apenas 15 años, cuando esta decidió mudarse a Barcelona para continuar con la profesión de modelo. A pesar de su belleza, mantenerse en la industria antes de que llegara su gran oportunidad internacional no fue nada sencillo y pasó mucha hambre. «Recuerdo estar sentada en la cocina de mi casa con 16 años mirando las facturas de la luz, del agua y tal con mi bol de arroz blanco diciendo ‘¿yo cómo voy a pagar esto ahora?’», contó hace unos años en el pódcast ‘A solas con…’ de Vicky Martín Berrocal.

Su salto al estrellato llegó casi por sorpresa: quedó finalista en el concurso Supermodel of the World y el mundo de la moda por fin se abrió ante ella. Pronto tuvo que dejar atrás definitivamente las fronteras españolas y cruzar el Atlántico hasta Estados Unidos gracias a «un booking directo de 30.000 dólares». La experiencia fue absolutamente bizarra para Cañadas, que de pronto se vio inmersa en mundo de limusinas, ramos de flores de todos los agentes de Nueva York y constantes piropos de admiradores, todos ellos asombrados por su increíble belleza.

Esther Cañadas junto a Naomi Campbell tras la muerte del diseñador Gianni Versace

Esther Cañadas junto a Naomi Campbell tras la muerte del diseñador Gianni Versace

REUTERS

«Me pasaban notas debajo de la puerta de la habitación, me venía un camarero y me decía ‘perdone, hay un señor que quiere hablar con usted si usted cruza la calle…’. Era todo como una locura. Llamaba a mi agente en España, a cobro revertido por supuesto, porque no tenía ni un duro, y le preguntaba ‘¿pero qué está pasando?’ y me decía ‘no tengo ni idea», ha rememorado ante la diseñadora de moda, recordando sus primeros años en las pasarelas internacionales.

A la hora de elegir un agente, se quedó con el único que le dijo que sí a la línea roja que marcó: desfilar en la Semana de la Moda, que empezaba en tres días. «Se morían de la risa. Para hacer los desfiles, lo normal es cerrarlos tres meses antes. Si no eres conocida, no puedes llegar y decir de desfilar. Hubo un agente que me dijo que ‘sí’ y me fui con él», explicó la modelo, que se sumó a todos los desfiles que pudo durante su primera temporada en Nueva York.

A pesar de haber conseguido esto, Esther Cañadas consiguió mantenerse humilde gracias a sus primeros y horribles años como modelo: «Mucha gente cree que va a seguir teniendo los pies en la tierra, todos lo creemos, pero cuando te pasa es complicado reaccionar. Me ha ayudado tener un pasado de pasar hambre y de patearte ciudades… Si no trabajaba, no comía».

Dos divorcios y su última pareja conocida

Durante sus primeros años como ‘top model’, la albaceteña también se convirtió en todo un personaje de la prensa del corazón. En 1997, durante la campaña con la que Donna Karan presentó su perfume DKNY The Fragance, esta coincidió con el que terminaría siendo su primer marido: el modelo Mark Vanderloo. Ella tenía 19 años y él, 29, pero esto no evitó que entre ambos surgiera una relación.

Esther Cañadas se casó en 1999 con el modelo Mark Vanderloo, del que se separó apenas un año después

Esther Cañadas se casó en 1999 con el modelo Mark Vanderloo, del que se separó apenas un año después

EFE

Apenas dos años después de conocerse gracias a este spot, la pareja contraía matrimonio en una romántica ceremonia celebrada en la Toscana italiana. En una entrevista para la revista ¡HOLA!, esta aseguró que le había «pedido a Dios lo que todas las novias le piden»: «Quiero que sea para siempre… Hay que pedirle que el matrimonio dure hasta que la muerte nos separe». Sus súplicas no se cumplieron, pues la bellísima pareja se separaba apenas un año después de su boda.

No fue este el único romance breve que protagonizó Esther Cañadas, que volvió a casarse en 2007 con el piloto de motos Sete Gibernau. Ambos llevaban cuatro años de relación antes de pasar por el altar, aunque su matrimonio apenas duró después de darse el ‘sí, quiero’: el motorista y la modelo se separaron un año después del enlace.

La supermodelo española también pasó por el altar en 2007 con el piloto de motos Sete Gibernau

La supermodelo española también pasó por el altar en 2007 con el piloto de motos Sete Gibernau

ABC

En 2013 volvió a enamorarse, esta vez del empresario y actor indio Vikram Chatwall, con el que llegó a estar comprometida. No obstante, en 2014 ambos rompieron su relación y este acusó a la supermodelo de haber huido a México con un anillo de compromiso valorado en 300.000 dólares.

La última relación que se le atribuye fue con el arquitecto e ingeniero valenciano José Barea, junto al que fue fotografiada en Ibiza hace cuatro años y del que no se ha vuelto a saber mucho más.

La desconocida enfermedad que casi acaba con Esther Cañadas

Hace más de una década, Esther Cañadas fue diagnosticada de vasculitis, una enfermedad inmunológica que produce la inflamación de los vasos sanguíneos, que estuvo a punto de acabar con su vida en varias ocasiones. «Lo tengo muy presente, me podía haber quedado ahí y no estar hoy contigo. Sé que lo he vivido y doy las gracias por estar aquí», contó la modelo en el podcast de Vicky Martín Berrocal.

Ahora, ya curada, esta admitió que lo que peor lleva es no poder aconsejar a las personas que sufren enfermedades parecidas y le piden consejo: «Son enfermedades muy complicadas y en muchos casos crónicas. No es algo fácil de vivir, de manejar y, sobre todo, de curar. He estado seis años de mi vida luchando por salir de un sitio que era muy difícil. Tuve dos o tres momentos de decir ‘este día aquí te quedas’. Cuando vi que no avanzaba, me puse hasta de voluntaria experimental, tenía que haber una cura».

«He estado seis años de mi vida luchando por salir de un sitio que era muy difícil. Tuve dos o tres momentos de decir ‘este día aquí te quedas’»

La modelo vivió todo este trance sola, algo que ha admitido que le ha ayudado a darse cuenta de que puede hacerle frente a todo. Tiempo después de conocer su diagnóstico, Cañadas decidió abandonar el mundo de la moda y mudarse a México, tras meses tratando de compaginar su vida sobre las pasarelas con este trastorno.

«Era un desastre todo, tenía muchísimos efectos secundarios que un día eran unos y otro día, otros. A mí todas las analíticas me salían bien, pero me explotaban todos los vasos capilares del cuerpo a la vez. Vivía con un 10% de mi energía, tenía receta de reposo absoluto de por vida. Es la primera vez que lo cuento, son cosas que no suelo decir», reveló en exclusiva en esta charla.

«Me explotaban todos los vasos capilares del cuerpo a la vez. Vivía con un 10% de mi energía, tenía receta de reposo absoluto de por vida»

A pesar de estos problemas que tuvo para salir adelante, siempre tuvo claro que no debía rendirse si quería salir adelante y hacer frente a la enfermedad: «Hubo una época en la que dije que, si era algo que había creado, también podía curarme. Me puse a meditar con monjes, he hecho todo mentalmente y físicamente para salir de ahí… Lo único que puedo decirle a toda la gente que me pregunta es que no te tienes que rendir, tienes que seguir ahí porque en algún momento hay una puerta. No pasa nada por estar mal, pero hay que volver», ha recalcado.

El nacimiento de su hija Galia, el gran amor de su vida

Durante este tiempo que pasó alejada de las pasarelas, Esther Cañadas se convirtió en madre de su única hija, Galia, que se ha convertido en el gran amor de su vida. «Mi hija es mi vida entera, es una maravilla. Es espabilada, es divertida, me lo paso genial con ella», le explicó a Martín Berrocal en su charla para YouTube.

Aunque la enfermedad la apartó de su labor profesional, este tiempo también le permitió centrarse por completo en la maternidad, algo que no habría podido hacer por su anterior trabajo: «Yo tuvo la suerte infinita de poder criar a mi hija y dedicarme a ella. No me he perdido nada y eso no me lo quita nadie, eso es un regalo».

Aún así, para Cañadas no fue una tarea fácil ser madre soltera de la pequeña. La modelo ha criado en solitario a la pequeña, de 10 años, y nunca ha revelado la identidad del padre. De hecho, esta ha comentado que también ha tenido «momentos difíciles» en los que «se te vuelca el corazón», aunque las grandes alegrías que le ha traído han merecido la pena.

Reportar un error