Esther Cañadas es uno de los grandes nombres de la moda española y, a sus 48 años, sigue siendo una de las modelos más icónicas del país. De hecho, ha sido una de las grandes protagonistas en el desfile de Carolina Herrera en la Plaza Mayor de Madrid. Un momento inolvidable en su trayectoria que nos desvelará más a fondo en ‘El Hormiguero’ como invitada especial durante la noche del lunes, 22 de septiembre. Pero su historia va mucho más allá de las pasarelas. En una reciente entrevista con Harper’s Bazaar, Esther ha hablado de sus raíces y de cómo su infancia marcó el carácter que hoy la define.
Y es que su carrera comenzó muy pronto. Tenía solo 15 años cuando decidió que quería perseguir un sueño del que, en los noventa, se sabía poco más que era algo duro y exigiría esfuerzo. No obstante, contaba con el apoyo de sus padres: «Ellos trabajaban mucho y no tuve la infancia más acomodada, pero de alguna manera me dieron todo lo que soy hoy: la responsabilidad, el ayudar en casa… eso te curte, te ayuda a valorar todo y a darle sentido a cada cosa«, explica.
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La responsabilidad en casa: clave para formar adultos independientes
Con esa mentalidad, siendo todavía adolescente, se mudó a Barcelona y «se buscó las castañas», en sus propias palabras, empezando una carrera que la llevaría a trabajar con las mejores firmas internacionales y a desfilar en las pasarelas más prestigiosas del mundo. Para Cañadas, esa educación de infancia, sin lujos, pero con valores muy sólidos, fue clave para aprender a ser independiente.
Colaborar en casa, ver el esfuerzo de sus padres y entender que todo costaba trabajo le dio una base sobre la que construir su carrera en un sector tan competitivo como el de la moda. «No se trata solo de suerte», parece decir con su historia, «sino de disciplina, resiliencia y de entender que cada logro tiene un precio en esfuerzo».
La importancia de que los niños ayuden en casa
El testimonio de la modelo pone sobre la mesa un tema esencial: la colaboración de los niños en las tareas domésticas no es solo una ayuda para los padres, sino una escuela de vida. Colaborar en casa también les ayuda a adquirir hábitos de orden y disciplina, y a comprender que el hogar es un espacio compartido que requiere cuidado por parte de todos. No se trata de cargarles con tareas excesivas, sino de adaptar las responsabilidades a su edad y capacidad para que las vivan como algo natural, no como un castigo.
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Responsabilidades (por edades) que pueden asumir los niños