Lukas Otaegui y Xabier Manzanares

Miércoles, 30 de julio 2025, 02:00

El ciclismo es uno de los deportes que más ha evolucionado en el último siglo. El paso del acero a la fibra de carbono, el reemplazo de los sistemas de cambio tradicionales a los electrónicos y la implementación de los pedales automáticos son algunos de los muchos avances que han mejorado el rendimiento, la seguridad y la competitividad del ciclista moderno. A su vez, la rutina de los competidores también se ha visto envuelta en este contexto de cambios e innovación. Los equipos son conscientes de que unos buenos hábitos se traducen en una subida en el nivel de sus ciclistas y por eso en los últimos años los grupos han hecho una gran inversión para proporcionar la máxima comodidad a sus corredores fuera de las carreteras en busca de potenciar su rendimiento dentro de ellas.

Un ejemplo son sus autobuses, que además de trasladar a los deportistas del hotel a la salida en el preludio de la carrera, y de la meta al hotel al término de la misma, se han convertido en un lugar de confort para los competidores. «Para nosotros es un lujo poder contar con estas comodidades. Al final es como una autocaravana, pero mucho más grande y nos ahorra trabajo a la hora de la recuperación», explica Unai Iribar, ciclista del grupo Kern Pharma.


El equipo navarro abrió las puertas de su autobús a DV para mostrar todos los rincones que esconde un vehículo de estas características. «Además de los asientos, tenemos baño, duchas y una cocina. Es prácticamente como una casa en la que los competidores pueden concentrarse y descansar al inicio o al final de las diferentes carreras», cuenta Gabriel Irisarri, conductor del autocar del equipo ciclista.

El vehículo cumple la función de sala de reuniones en la que los ciclistas ultiman detalles antes de la carrera

Además, el vehículo ejerce como base de operaciones antes de la carrera ya que cuenta con una sala de reuniones en la que el director explica «las claves de la etapa, los kilómetros y los apartados más técnicos», con el apoyo gráfico de un televisor. «Aquí es donde se preparan los últimos detalles antes de salir a la carretera. Se vive mucha tensión antes de una carrera y creemos que compartir esos momentos con los compañeros puede ser positivo para nuestros competidores», afirma Irisarri.

En el ciclismo, el fin de una etapa significa el comienzo de otra, por lo que una completa y rápida recuperación es clave de cara a las siguientes carreras. «Al acabar la etapa nuestros ciclistas vienen al autobús y comienzan su periodo de recuperación. Se duchan, se cambian, toman las comidas e incluso reciben masajes durante el viaje de camino al hotel», cuenta el conductor.

Imagen principal - El autobús, la segunda casa de los ciclistas

Imagen secundaria 1 - El autobús, la segunda casa de los ciclistas

Imagen secundaria 2 - El autobús, la segunda casa de los ciclistas

Cada equipo tiene su autobús

Según el presupuesto y los recursos económicos de cada uno, los servicios y comodidades disponibles para la plantilla pueden variar. No se trata de disponer de los dispositivos más modernos, sino de asegurar que los ciclistas se sientan cómodos con las facilidades ofrecidas. En el caso del Euskaltel, un equipo con cierto prestigio en el mundo del ciclismo, su autobús incluye elementos y herramientas que otros grupos no llegan a ofrecer. «Para los ciclistas es esencial tener un espacio donde puedan relajarse. El equipo pasa aquí la mayor parte del tiempo y debe sentirse lo más cómodo posible», explica Asier Murua, fisioterapeuta del equipo.

La mayoría de ellos cuentan con cocina, baño, duchas y zonas de rehabilitación que utilizan al acabar la competición

Una de las grandes diferencias del equipo naranja respecto a otros autobuses son los asientos giratorios. Cada sillón, individual en este caso, cumple una doble función: permite el descanso de los ciclistas y, al mismo tiempo, crea un espacio para las reuniones antes y después de cada etapa. «Cada asiento está asignado a un corredor. A la hora de reunirnos, el equipo pone todas las ideas en común y se forma un pequeño espacio de debate», señala Murua. Además, en este caso, el autobús cuenta con un proyector que apunta a una lona desplegable donde el grupo puede visualizar las diferentes zonas de la prueba.

Además de una cocina, donde los deportistas pueden calentar distintos alimentos antes de una carrera, el equipo dispone de una ducha situada en la parte central del autobús. Esta área es «esencial para el grupo». «Hoy en día, la mayoría de los equipos cuentan con una, pero en nuestro caso la ducha es doble, lo que ahorra tiempo y mejora la comodidad», afirma. «Los ciclistas tienen muchas manías antes de enfrentarse a una prueba, ya sea escuchar música, revisar el móvil o simplemente tumbarse un rato antes de salir», comenta. Para ello, el equipo Euskaltel dispone de un espacio en la parte trasera del vehículo diseñado específicamente para la relajación, donde destaca un sofá curvado. Además de todo lo anterior, el autobús incluye cargadores, reposa cascos, cajones, un frigorífico e incluso una televisión, conformando un espacio esencial en el que el equipo pasa la mayor parte del tiempo.

En definitiva, el autobús de un equipo ciclista es mucho más que un simple vehículo de transporte. Se convierte en un espacio multifuncional donde los ciclistas pueden relajarse, cambiarse, alimentarse e incluso analizar la estrategia de carrera. Aunque el nivel de equipamiento varía según el presupuesto de cada equipo, todos buscan ofrecer un entorno cómodo y funcional. Este espacio cumple un papel clave no solo en la recuperación física, sino también en la convivencia y la comunicación entre los miembros del equipo, fortaleciendo la cohesión del grupo a lo largo de la competición.

Una sección exclusiva para guardar y cargar los transmisores

Otra de las incorporaciones tecnológicas de los últimos años ha sido el uso del pinganillo. A pesar de que haya generado debate en el mundo del ciclismo, la implementación de está herramienta ha provocado una comunicación constante de forma bidireccional entre los competidores en carrera y sus directores. Es por eso que los equipos reservan un espacio en sus autocares con el único objetivo de cargar y almacenar estos dispositivos y que estén siempre listos. «Es una radio interna que nuestros competidores usan para comunicarse con el director. Normalmente es para explicar o recordar que estrategia llevar en cada momento de la carrera, cuanta distancia hay con los competidores y demás», explica Gabriel Irisarri.

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