23/09/2025
Actualizado a las 02:16h.
La estrella del pop Dua Lipa ha despedido a su agente de representación por firmar una carta para exigir la expulsión del grupo Kneecap del festival de Glastonbury, según informa la prensa británica. La banda irlandesa es de las más activas del panorama internacional en cuanto al apoyo a Palestina se refiere, y la artista, también muy concienciada con el asunto, ha querido mostrarles su apoyo con este despido fulminante que además se alinea con su propia coherencia al respecto.
Antes de la celebración de Glastonbury, varios profesionales de la industria musical y artistas habían firmado una carta privada que se envió al fundador del festival, Michael Eavis, instándole a retirar al grupo.
Sin embargo la carta se filtró, y tras ser ampliamente criticada por otras personas del mundo de la música, Kneecap siguió adelante con su actuación en el horario asignado. Pero Dua Lipa descubrió entonces que uno de los firmantes de la carta era David Levy, su manager de la agencia de talentos WME.
Según un informe de The Mail on Sunday, que cita una fuente de la industria musical, la decisión de despedir a Levy se debe a su postura pro-Palestina, que «no concuerda» con la de su ahora exagente. «Ella lo considera un partidario de la guerra de Israel en Gaza y del terrible trato que reciben los palestinos, y eso quedó muy claro en la carta que él firmó y envió a Michael Eavis», dijo la fuente anónima.
La cantante albano-británica ha tomado posición respecto a la vulneración de derechos humanos en Palestina por parte del gobierno israelí en numerosas ocasiones, y el pasado diciembre escribió en sus redes: «Cada día que pasa, me duele el corazón por el pueblo de Israel y Palestina. Dolor por las vidas perdidas en los horribles ataques en Israel. Dolor al ser testigo del sufrimiento sin precedentes en Gaza, donde 2,2 millones de almas, la mitad de ellas niños, soportan penurias inimaginables. Por ahora, espero desesperadamente un alto el fuego en Gaza e insto a los gobiernos a detener la crisis que se desarrolla. Nuestra esperanza reside en encontrar la empatía para reconocer esta terrible situación humanitaria. Mando mucho amor a las comunidades palestinas y judías de todo el mundo, que soportan esta carga más que la mayoría».
En ayo del año pasado, llegó a pedir a sus casi noventa millones de seguidores en redes que tomaran parte en los actos de solidaridad con Palestina, asegurando que «quemar niños vivos nunca puede justificarse», y agradeciendo que «el mundo entero se está movilizando para detener el genocidio israelí». Y en otra publicación, tras ser acusada de antisemita, escribió: «Rechazo absolutamente las acusaciones falsas y espantosas. Éste es el precio que se paga por defender los derechos humanos palestinos contra un gobierno israelí cuyas acciones tanto Human Rights Watch como el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem acusan de persecución y discriminación. Adopto esta postura porque creo que todos –judíos, musulmanes y cristianos– tienen derecho a vivir en paz como ciudadanos iguales del Estado que elijan».
De ahí que haya mostrado un apoyo sin fisuras los raperos Kneecap, que por su parte han sido vetados en varios festivales, e incluso en varios países como Hungría, donde se les considera «una amenaza para la seguridad nacional» y se les ha prohibido la entrada durante tres años «por incurrir repetidamente en discursos de odio antisemita que apoya el terrorismo y a grupos terroristas». Además, uno de sus miembros, Liam Og O hAnnaidh, que actúa bajo el nombre artístico de Mo Chara, fue acusado el pasado mayo de un delito de terrorismo en el Reino Unido por supuestamente exhibir una bandera de Hezbolá en una actuación el año pasado.
El mundo de la música se está movilizando masivamente en contra del gobierno de Netanyahu. Además del boicot a festivales y plataformas con intereses en Israel, se han organizado conciertos como el ‘Together for Palestine’ liderado por Brian Eno, en el que participaron Damon Albarn, James Blake, Bastille o Portishead.
El pasado viernes, más de 400 músicos y discográficas firmaron la iniciativa «No Music for Genocide» (No a la música para el genocidio), retirando su música de Israel en respuesta a su guerra en Gaza y a la «limpieza étnica de la Cisjordania ocupada», asegurando que «este acto tangible es solo un paso hacia el cumplimiento de las demandas palestinas de aislar y deslegitimar a Israel, ya que mata sin consecuencias en la escena mundial», afirman los impulsores de la iniciativa.
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