La historia de la pintora Eli Eguren es, en muchos sentidos, la historia de una pasión que nunca se apagó. Desde muy niña mostró una … inclinación natural hacia el dibujo y la pintura. Sus primeros pasos fueron con los conocidos lápices de colores Alpino, que le abrieron un universo de creatividad. Unos lápices que sehan quedado grabados en nuestra memoria.
A los quince años recibió su primer maletín de pinturas al óleo, un regalo que marcó el inicio de una relación vital con esa técnica pictórica que, pese a haber explorado otros caminos artísticos, siempre ha sido su preferida y su punto de retorno.
Su inquietud la llevó a formarse con diferentes profesores y a experimentar con técnicas variadas. Eibar fue el primer escenario de su aprendizaje, pero pronto amplió horizontes en Bilbao y San Sebastián, donde se empapó de nuevos lenguajes artísticos. Más tarde, su vida dio un giro cuando se trasladó a Guadalajara, en México, donde residió durante cinco años. Allí continuó su formación y se abrió a influencias culturales distintas, lo que enriqueció notablemente su paleta y su forma de mirar el arte.
Eibar fue el primer escenario de su aprendizaje, pero se abrió a nuevas técnicas en Bilbao y San Sebastián
De regreso a Eibar, Eguren se implicó de lleno en la vida cultural local. Durante años llevó la comisaría de exposiciones en el Topaleku, un espacio emblemático para la difusión artística en la ciudad. Su labor consistió en organizar muestras, acercar el arte a nuevos públicos y apoyar a otros creadores que, como ella, buscaban un lugar donde expresarse. Paralelamente, no abandonó su propia producción y comenzó a exponer en distintas poblaciones de la comarca y del País Vasco, además de participar en concursos de pintura al aire libre. Su talento le valió el reconocimiento en varias ocasiones, al ser premiada en certámenes donde la rapidez, la espontaneidad y la conexión con el entorno se ponen a prueba.
Profesora en Arrate elkartea
Con el tiempo, su vocación docente se consolidó. Durante diez años impartió clases de pintura en un local de la asociación Arrate Kultur Elkartea, donde formó dos grupos de alumnos. Aquella etapa la recuerda como una de las más gratificantes de su carrera, no solo por la transmisión de conocimientos, sino también por el aprendizaje mutuo y el ambiente de creatividad compartida que se respiraba en sus talleres.
Hoy, Eguren sigue vinculada profundamente al arte. Actualmente ejerce como vicepresidenta de la Asociación Artística de Eibar, desde donde continúa promoviendo iniciativas culturales y apoyando el trabajo de otros creadores. Su trayectoria demuestra que el arte, más que una profesión o un hobby, ha sido el hilo conductor de toda su vida. La pintora eibarresa ha explorado diferentes estilos y técnicas, pero siempre ha regresado al óleo, un medio que le ofrece la posibilidad de trabajar con texturas, colores profundos y tiempos de creación más pausados. «Siempre vuelvo al óleo», confiesa, consciente de que es en esa técnica donde mejor logra expresar su visión del mundo.
La biografía de Eli Eguren es también testimonio de la fuerza de la cultura local en Eibar, una ciudad que ha sabido nutrirse de artistas que, como ella, han aportado tanto en lo personal como en lo colectivo. Su labor en el Topaleku, sus exposiciones, sus clases y su papel en la Asociación Artística son reflejo de un compromiso que trasciende la obra individual: es una apuesta por el arte como motor de convivencia, identidad y futuro.
A lo largo de los años, ha demostrado que la pintura no solo se vive frente al lienzo, sino también en la relación con los demás: alumnos, colegas, vecinos y espectadores que han encontrado en su trabajo y en su impulso cultural una ventana para acercarse al mundo del arte. Por eso, hablar de Eli Eguren es hablar de una vida marcada por la sensibilidad y el deseo de compartir la belleza que surge de un pincel.
Se pueden ver un total de 30 obras de los últimos cinco años de su fecunda carrera en el hogar del jubilado de Unzaga, hasta este domingo. La muestra puede ser visitada de lunes a viernes, de 19.00 a 21.00. Los sábados y domingos abre de 12.00 a 14.00 y de 19.00 a 21.00 horas.