Tratamientos más individualizados y menos invasivos que contribuyen a mejorar la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con cáncer de tiroides, como la rediferenciación tumoral mediante inhibidores de la vía MAPK para recuperar la captación de yodo en tumores refractarios, marcan una nueva etapa en el manejo de este tipo de cáncer. Se trata de un tumor poco común que representa menos del 1% de las neoplasias malignas, con una incidencia que oscila entre 2 y 20 casos por cada 100.000 habitantes al año. En España, la tasa es de 5 casos por cada 100.000 mujeres y 1,9 casos en hombres.
La rediferenciación tumoral mediante inhibidores de la vía MAPK para restaurar la captación de yodo en tumores refractarios marca una nueva era en el manejo de este tipo de cáncer
Dentro de la campaña de comunicación “En Oncología cada AVANCE se escribe en Mayúsculas”, SEOM pone de relieve la evolución y los progresos médicos que se han logrado en estas últimas décadas en el tratamiento de distintos tumores. Coincidiendo con el Día Mundial del Cáncer de Tiroides, que se conmemora este miércoles 24 de septiembre, se resaltan los avances más significativos en un cáncer cuya incidencia ha ido creciendo en los últimos diez años debido al hallazgo incidental de nódulos pequeños, aunque con una mortalidad que continúa siendo baja y estable. En este periodo, la Medicina de Precisión y la estratificación del riesgo han transformado el abordaje de la enfermedad.
El cáncer de tiroides suele aparecer en la mediana edad, en función del tipo histológico. Es la neoplasia endocrina más común (representa el 90% de todas las neoplasias endocrinas) y la principal causa de mortalidad dentro de los tumores endocrinos. Como se ha señalado, la incidencia ha crecido en los últimos años, pero la mortalidad se mantiene estable. Se han identificado diferencias geográficas, siendo más elevada la frecuencia de carcinomas foliculares en áreas con déficit de yodo.
El cáncer de tiroides es un tumor raro que constituye menos del 1% de las neoplasias malignas
En los últimos años el número de cánceres de tiroides en ambos sexos ha experimentado un crecimiento más rápido que cualquier otro tumor en ambos sexos. Ese aumento en la incidencia, probablemente pueda reflejar la detección cada vez más precoz de enfermedad subclínica, como en el caso de tumores papilares pequeños. Cuando nos referimos a cáncer de tiroides en general, se suele hablar de tumores diferenciados de tiroides, aunque existen otros subtipos mucho menos frecuentes.
La mayoría de los pacientes con cáncer de tiroides diferenciado no mueren de su enfermedad. Sin embargo, se han identificado algunos factores que están relacionados con un mayor riesgo de recaída y mortalidad. Los factores pronósticos más importantes son la edad al diagnóstico, el tamaño del tumor primario y la presencia de afectación de partes blandas y metástasis a distancia.
Una vez que se diagnostica un cáncer de tiroides, se pueden considerar varias opciones de tratamiento, dependiendo de la extensión de la enfermedad, la edad del paciente y la presencia o ausencia de comorbilidades. Como en la mayoría de las patologías oncológicas, el mayor beneficio para los pacientes se consigue con el manejo multidisciplinar. En el abordaje de los pacientes con cáncer de tiroides es fundamental la interacción del cirujano, endocrinólogo, especialista en medicina nuclear, oncólogo radioterápico y oncólogo médico.
DIAGNÓSTICO Y DESESCALADA
La evaluación ecográfica estandarizada mediante ACR TI RADS ofrece un lenguaje común para describir nódulos y orienta sobre qué lesiones necesitan biopsia. Las citologías indeterminadas (Bethesda III y IV) se complementan ahora con pruebas moleculares, que evita la mayoría de las cirugías diagnósticas, con un valor predictivo negativo superior al 94%. La cirugía es el pilar fundamental del tratamiento en los pacientes con carcinoma diferenciado de tiroides. En pacientes con factores de mal pronóstico (invasión vascular, subtipos histológicos agresivos, etc.) se plantea ablación con radioiodo tras la intervención quirúrgica. Los cambios en el tratamiento del cáncer de tiroides en los últimos años se refieren fundamentalmente a la enfermedad avanzada sin cambios en cuanto a tratamiento local.
DESESCALADA EN EL CARCINOMA DIFERENCIADO DE TIROIDES
En los tumores bien diferenciados de bajo riesgo, la tendencia actual es realizar lobectomías en lugar de tiroidectomías totales y omitir la ablación con yodo radiactivo. Ensayos recientes demostraron que esta estrategia no es inferior en términos de control tumoral. La vigilancia activa se ha consolidado como opción segura para microcarcinomas papilares. En cohortes con más de 20 años de seguimiento, solo un pequeño porcentaje de tumores progresa y ningún paciente fallece por la enfermedad.
TERAPIAS DIRIGIDAS PARA ENFERMEDAD AVANZADA
La quimioterapia clásica tiene un papel muy limitado en el tratamiento del carcinoma de tiroides. En los últimos años, el grupo más desarrollado de fármacos es el de los inhibidores de tirosin-kinasa. Este tipo de tratamiento ha supuesto un avance en los pacientes que progresan a tratamiento con yodo radiactivo. Bajo esta denominación se agrupa una serie de moléculas dirigidas a bloquear los cambios químicos que ocurren en el dominio intracelular de los receptores de membrana desencadenando la cascada de transmisión de la señal de crecimiento hacia el núcleo. Se trata de fármacos orales, habitualmente bien tolerados y que se pueden tomar de continuo, si el paciente no presenta mucha toxicidad, hasta que la enfermedad se haga resistente a ellos.
En el carcinoma diferenciado refractario al yodo y con metástasis, cabozantinib se aprobó en 2015 tras demostrar un aumento de la supervivencia libre de progresión. Las fusiones NTRK se tratan con larotrectinib o entrectinib, fármacos agnósticos aprobados en 2018 y 2019, respectivamente, con tasas de respuesta superiores al 57%. Para el carcinoma anaplásico con mutación BRAF V600E, la combinación dabrafenib + trametinib es el tratamiento estándar y produce respuestas rápidas. Para tumores con fusiones RET, los inhibidores selectivos selpercatinib y pralsetinib se aprobaron en 2021 y ofrecen respuestas duraderas y han desplazado a las multiquinasas como primera línea.
En cuanto al futuro, como hemos indicado, la rediferenciación tumoral mediante inhibidores de la vía MAPK para restaurar la captación de yodo en tumores refractarios es una línea de investigación prometedora. Estas innovaciones marcan una nueva era en el manejo del cáncer de tiroides, con tratamientos más personalizados y menos agresivos que mejoran la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes.
*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.